Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.
Cruzamos la calle despacio, sin prisa. Llegamos hasta una bar/cafetería, no es nada especial, pero en estos momentos es perfecto.
Apenas había gente, indicamos que queremos comer y nos llevan a una mesa lo más alejados de la entrada. Me siento en frente de Harry en un banco de madera y miro distraída por el ventanal que tengo a mi derecha.
No me gusta que me vea así, no quiero estar distante con él, pero no puedo evitarlo. No debería de haber aceptado que viniera al hospital. Aunque ha ayudado mucho a Ashley, eso no lo puedo negar.
Harry carraspea. Eso es signo que quiere hablar, pero yo no creo estar preparada para ello y sigo mirando por la ventana, apoyada en mi mano.
-Hayley... no voy ha hacerte hablar. No, si no quieres. Sé que esto no te ayuda. Pero...si algún día quieres hablar, si me lo quieres contar... Yo voy a estar disponible-le miro- No solo con esto, con todo. Quiero que tengas presente que siempre voy a estar cuando me necesites-noto su mano junto a la mía y asiento.
Harry suspira, como si se hubiera aliviado al decir esas palabras y mira la carta.
Me siento obligada. Me siento obligada a contárselo, a contarle la historia y quiero hacerlo, pero tengo miedo a todo. A que en realidad me diga que va a estar apoyándome y no lo haga. Tengo miedo a su reacción o si no quiere saber nada más de mi.
Le miro y él nota mi mirada en la suya. La levanta y estamos mirándonos sin decir nada, hasta que dejo escapar de mi boca un suspiro.
-Quiero hacerlo.-Abre la boca para contestar pero le interrumpo- Quiero contarte la historia.
-Espera, primero vamos a pedir algo de beber.
Asiento, me parece una buena idea, no tengo hambre ni sed. Pero me vendría bien una tila.
Después de tener nuestras respectivas bebidas, yo una tila y él una coca-cola, prosigo.
-Solo te quiero pedir una cosa Harry, que no me interrumpas.-él asiente y continúo- Tenía una hermana, se llamaba Nichole -al decir aquel nombre cierro los ojos fuerte, no puedo permitirme llorar ahora, los vuelvo ha abrir y veo a Harry mirándome con sus ojos azules- En diciembre cumpliría los 20. Ella me enseñó todo lo que puedo saber. Un día, cuando tenia apenas mi edad, le dieron una noticia, que ya nos esperábamos en cierto modo debido a sus síntomas. Tenía leucemia -mi voz se carraspeo y de nuevo cerré los ojos, sentía que Harry me quería tocar, se quería acercar y abrazarme, pero sabía que si lo hacía ahora no le contaría la historia- la dieron dos años de vida. los primeros meses los pasó bien. A partir del sexto mes, empezaba a tener los claros síntomas de leucemia aguda: Decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, disminución de peso, fiebre que dura varios días, escalofríos, le sangraba la nariz sin motivo, moratones sin haber recibido ningún golpe, palidez...etc-los dije todos de carrerilla, como si me los hubiera estudiado, y en cierto modo era así, yo tuve que sufrir con ella todo aquello- Un día, llegué a casa después del instituto y cuando subí a su habitación la vi desmayada en el suelo. Me acerqué a ella, y su corazón iba lento, muy lento -me moje los labios que tenía secos y proseguí a duras penas- la llevamos a este mismo hospital, y la ingresaron. Dijeron que ahora, definitivamente se tenía que quedar en el hospital, ya no la podíamos cuidar en casa. Puesto que necesitaba atención las 24 horas del día. Iba a mejor, yo creía que iba a mejor, aunque no dejaran, intentaba venir todas las tardes, algunas veces las enfermeras se saltaban la norma y me dejaban pasar a verla, la veía más animada. Hasta que un sábado, hablé con ella, me dijo que no quería aguantar más, que no tenía fuerzas -noté de nuevo un liquido bajando por mi mejilla y terminaba en mi barbilla- Yo tampoco la veía realmente bien, aunque me hubiera encantado seguir con su voz cada mañana al despertarme, las dos sabíamos que esto iba a terminar más pronto de lo que los médicos pensábamos. Después de aquel día, fui a casa y estuve toda la tarde y noche llorando. Al día siguiente, temprano por la mañana, llamaron del hospital, Nichole había caído en coma sin motivo aparente. Era normal que cayeran y salieran de él sin motivo alguno, aunque cabía la posibilidad que no volviera a despertarse debido a su ya avanzada enfermedad. Esperamos días, semanas e incluso meses. Pero en uno de esos días, el ritmo ya bajo de su corazón se ralentizó más, su cuerpo no lo aguantó y....murió- al decir esta ultima palabra noté como mi cuerpo, mi cabeza y mis extremidades pesaban. Yo, pesaba. Como un inútil saco de patatas. Puse mis brazos en la mesa y dejé caer mi cabeza a ellos sollozando como hacía tiempo que no lo hacia.
Noté unos brazos pasando por mi cuerpo y al momento un cuerpo estaba junto con el mio, también con la respiración agitada. Metí mi cabeza sin permiso en su pecho y solté todas las lagrimas que había guardado para mi sola desde entonces.
Él paso su mano por mi espalda, intentando tranquilizarme, sin ningún éxito, pero aún así no se rendia.
Tragué saliva a la vez que moqueaba y levanté la cabeza por encima de la barbilla de Harry para mirarle a los ojos.
Sus ojos azules estaban acuosos y al entrelazarse con los mios no pudieron evitar soltar una chispa. Cogió su manga de la chaqueta, se tapo el puño con ella y me limpio todas las lágrimas de mi cara, a continuación cogió una servilleta de papel y me la tendió. Se la cogí con mucho gusto y me soné los mocos (buah, que palabra más fea).
Me eché hacía atrás, rendida y Harry se acerco otra vez para rodearme con un brazo.
-Ahora, todos los sábados, visito a los niños con leucemia avanzada como Ashley-proseguí aunque sabía que ya Harry no me obligaba a nada- apenas tiene ocho años y le han dado menos de seis meses de vida... Aunque esperaban que durara menos, yo siempre he tenido fe y espero que dure mucho más-note que una mano de Harry se entrelazaba con la mía y me daba su apoyo.
No sé exactamente cuanto tiempo estuvimos así, los dos callados mirando a un punto fijo, sumidos en nuestros propios pensamientos, alejados posiblemente del mundo que nos rodeaba pero muy cerca de lo que pensábamos cada uno.
Cuando yo termine mi tila, más tranquila y Harry su coca-cola.
Salimos a paso lento del bar.
No me había soltado ni un momento del agarre suyo y no pensaba hacerlo.
Nos dirigimos hacía un parque y nos sentamos en un banco libre en frente del típico estanque de patos.
-Se que no te puedo decir nada que ya sepas-empezó a hablar Harry- se, que aunque te diga que no fue tu culpa la enfermedad de tu hermana Nichole, lo vas a dar por hecho que si. Aunque en el fondo, tu también sabes que no lo es. Estas cosas pasan Hayley-rozó su mano con la mía y sentí un leve escalofrío- cada día, miles y miles de personas sufren enfermedades que les hacen debilitarse, que les afectan y afectan a sus familiares. Sé que no soy nadie para decirte que te comprendo. Por que aunque quisiera, no lo hago, lo hago, pero nadie sabría tan bien como tú lo que es sentir el dolor que alguien al que quieres se está yendo cada día más y no puedes hacer nada para pararlo. Pero lo único que si se, es que estas haciendo un gran trabajo con Ashley y los demás niños que ayudas. Por que no lo haces por obligación, te sientes bien haciéndolo y se te ve. Los ayudas mucho aunque no creas que lo suficiente, y hoy, yo lo he podido comprobar. He podido ver como haces reír a una niña de apenas ocho años, con leucemia, que tiene que estar 24 horas del día metida en un hospital, sin recibir visitas salvo los sábados.
Y cuando los sábados llegan, ella se alegra por estar viviendo.
Siento no poder decirte nada más Hayley...es lo único que puedo decirte y realmente espero que te ayude, porque como bien te he dicho yo voy a estar aquí siempre.-finalizó y me miro.
Nuevas lagrimas recorrían mi rostro, pero esta vez de emoción, nadie, jamás, me había dicho algo acerca la muerte de mi hermana que me hubiera echo sentir bien. Harry, se podía sentir orgulloso, él era el primero.
Me acerqué a él y acortando las distancias le bese en los labios con melancolía. Añoraba sus besos en esos momentos. Él lo siguió sin ninguna pega y pasando su mano por mi nuca me acercó más a él.
Me sentía bien, estaba bien. Por una vez en mucho tiempo, notaba que alguien me comprendía.
Vale, paula se a leido todo el fic en media hora y hoy se a levantado ñoña asique con este ultimo capítulo la has echo llorar... como una tonta.. con el moquillo colgando que estoy tio e.e"
ResponderEliminarHAHAHAHAHAHA
jo, me gusta muchoooooooooo. yo tambien quiero que harry acorte las distancias y me bese en los labios con melancolia hehe y luego, pues lo que surga!
Bueno melocotoncia, que me gusta muchsiisisisisisiismo :') y que te despiertes ya! que voy a subir cap y tengo que contarte una cosa muy vergonzosa que me a pasado.
Para @paula: jo tía, aquí no se puede responder a los comentarios T_T Pero aún así lo hago! hahahaha.
ResponderEliminarEste me ha salido así porque ayer estuve viendo Titanic después de Juno, pero me quede en la parte en la que la tia se quería suicidar, y después como una imbecila melocotona que soy, oí POV de McFly y después, Save you de Simple plan. Y mira los resultados! Todo el mundo se muere T_________T HAHAHAHAHAHAA.
Pero que sepas que me has echo feliz con tu comentario :') y que.. que más? Así! QUE ME ENSEÑES EL CAPITULO Ò_O
Un beeeeeeeeeeeso.
jajajajajajajajaj, no me maaaaaaaaaaaates a Harry ehhhh!
ResponderEliminarvale vale... voy a subirlo, repito: no te esperes anda bueno, hecho a la mañana hablando de melocotones con una tal patricia.. no puede salir nada bueno de ahi. Enfin que subo cap! y no tardes en subir o te capo! (juro que lo hago, voy con mi jeet heheheh)