viernes, 29 de abril de 2011

Capitulo tres.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Como otro día mas, en mi monotona vida, me levante, desayune tranquila ojeando el periódico que aquella mañana Josh había ido a comprar al quiosco que había girando la manzana. Vamos, como todas las mañanas.
Y de mientras sorbía un poco de mi Té rojo veía de reojo como Claire me untaba las tostadas con mermelada.
Algo en el periódico me llamó la atención.

-Claire...-dije intentando llamar la atención de la ama de llaves.

-Diga señorita Hayley.

-¿Conoces a este chico..?-dije señalando una imagen en blanco y negro que había en el periódico.

Claire se puso las gafas de pasta y examinó la foto.

-Oh, es el hijo del señor Judd. Uno de los mayores accionistas de su colegio junto con su padre.-contestó

Mire la foto. Ahí estaba Harry, el joven de la tarde anterior con su familia. Su padre, su madre, y supongo que su hermana y su hermano. Sin darme cuenta una sonrisa se estaba formando en mi boca.

-Pero... no tienen la misma clase social.-prosiguió ella y yo desvié la mirada del periódico.

-¿Cómo dices?

-El señor Judd, es el accionista mayoritario por que lo heredó de su padre. No como su señor padre, que lo ha ganado.

Yo asentí sin respuesta.

-¿Mi padre conoce al señor Judd?-inquirí

-¿El señor Williams al señor Judd? O, por supuesto.

-Entonces, ¿cómo es que nunca les he visto juntos?-pregunto de nuevo.

- Me temo.. que su señor padre no se lleva demasiado bien con el señor Judd.-Terminó de hacerme las tostadas, yo en silencio asentí y ella se disculpó para salir del comedor dejandome desayunar sola.

Por las mañanas nuestro choffer Kevin me llevaba al instituto, así que, supuse que ya debía de estar esperandome en la entrada con el coche en marcha. Cogiendo mi mochila y mi almuerzo, salí por la puerta de la entrada y saludandole con una sonrisa entré dentro del BMW negro de cinco plazas, por las puertas de atrás.
Ya dentro me acomodé y pensé en la conversación de esta mañana con Claire.

-Resulta, que a padre no le cae bien el padre de Harry... Oh, que suerte tuve al no mencionarle en la cena de anoche. Quizás, no me deje a mi conocerle. O quizás si. ¿que tendra que ver la enemistad de padre con el de Harry?..

Sin darme casi cuenta llegué al instituto, lo supe porque Kevin había parado el coche y había abierto la puerta trasera en la que yo estaba apoyada.

-Que tenga una buena mañana señorita Hayley.-dijo

-Igualmente Kevin.-le sonreí mientras salia del coche notando como el sol me iluminaba.

Despidiéndome de él, me dirigí a la puerta donde Mary-Kate me estaba esperando.

-¡Hola!-la saludé con la mano desde las escaleras.

-Hola Hayley.

-¿Ha tocado ya?-pregunto

-Así es.

-¿Vamos entrando?-inquiero mirándola a los ojos.Ella solo asintió.-A la salida te tengo que contar una cosa.

Me miró interesada.- ¿Es buena?

La sonreí-Bastante buena.

Y dando por finalizada nuestra conversación entramos en nuestras respectivas clases.

No ibamos a la misma clase, ya que a mí me habian adelantado un curso, ahora iba a terminar 2º de bachiller y me estaba preparando para la selectividad y de ahí, a la universidad.
Aunque debería de haber ido a 1º de bachiller.
Pero, resulta que tengo un nivel avanzado.

Después de las clases, y de la parada del almuerzo salimos todos de nuestras aulas, yo esperé a que todos salieran. Y salí la ultima junto con el profesor.
No dejaba de pensar en que ya cada vez faltaba menos para que tocaran las vacaciones de verano. Y aunque no tenía planes estaba realmente entusiasmada.

Me encontré con Mary-Kate en la salida que ya estaba con su novio Erick.

-¡Hola!-dije saludando a los dos, interrumpiendo uno de sus miles de besos.

-Oh, Erick, no te lo he contado.. pero sabes que, ¿Este fin de semana lo paso en la casa de Hayley?

Erick, era uno del grupo. Bueno, así les gustaba llamarlo, decían que era mejor poner etiquetas. Yo no lo creía.
Era el tipico joven aplicado en los deportes, que venía de buena familia, como Mary-Kate y que se esforzaba en los estudios.
Tanto como los padres mismos de Mary-Kate y los padres de Erick estaban orgullosos de la pareja.

-¿Y eso?-inquirió dirigiéndome una mirada.

- Mis padres y los suyos viajarán y podremos estar juntas el fin de semana.

Una sonrisa se dibujó en su cara.

-Oh no, ni lo pienses.-contesté interrumpiendo sus pensamientos

-¿Por qué no?

-Por que mi padre me lo ha dejado muy claro, nada de chicos. Incluido tú.

-¿Te lo ha dicho así? ¿Incluido Erick?

Yo solo asentí, era verdad. Y si no, que le preguntara él mismo, aunque sabía de sobra que no tendria tanto valor.
Los tres andábamos de camino a nuestras casas.
Yo me separé en una manzana y me despedí de ellos con la mano.
Y cuando iba a girar la esquina...

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