martes, 14 de junio de 2011

Capitulo veintidós.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Poso sobre el teclado mis dedos con delicadeza sintiendo el tacto frío de las teclas y antes de comenzar a presionarlas respiro hondo.
Cierro los ojos,en mi cabeza empiezan aparecer las notas, y las hago fluir por el teclado. Las primeras notas que toco no van con letra así que me concentro en el sonido de éstas, sintiendo como me aísla de todo y me hace disfrutar.
Al segundo veinte o por hay, llega el momento de que mi voz se oiga y antes me aclaro la garganta.
'When i was younger
I saw my daddy cry
And cursed at the wind'

Comienzo a cantar con un hilillo de voz. Hago una parada para respirar mientras que las notas en el teclado siguen sonando y vuelvo a cantar con más fuerza.
'He broke his own heart
And i watched
As he tried to reassemble it'

Mi voz ahora suena alta y decidida y me alegro por ello. Noto la respiración de Harry a mi lado y me tranquiliza.
'And my momma swore that
She would never let herself forget'

Presiono mis ojos con fuerza y me concentro en la canción aunque sé que pronto va a terminar pues no está acabada.
'And that was the day i promised
Id never sing of love...

If it does not exist'

Consigo terminar de cantarla y siento como algunas lágrimas se arremolinaban en mis ojos, y aunque yo hacía todo lo posible para que ninguna se escapara, no pude evitar como una de ellas salia de mi ojo derecho y hacía una carrera hasta terminar en mi barbilla.
Apagué el teclado, me limpié la lágrima y cuando iba a darme la vuelta sentí unos brazos al rededor mío, abrazándome, dándome calor y apoyo.

-No... no está terminada- dije con la voz baja.

-¿Eso es lo qué piensas?-me preguntó desde detrás mio.

Me gire en la silla, quedándome enfrente de él y con la duda en los ojos- ¿El qué?

-Que el amor no existe.

Baje la mirada avergonzada. Pero Harry acercó su mano hasta mi barbilla y la hizo que subiera.
Mire a sus ojos azul zafiro que me miraban con ternura.

-No- negué- Ya no.

En la boca de Harry se dibujó una sonrisa y eso hizo que en la mia se instalara otra, este chico tenía una influencia increible para hacer sonreir a otras personas.
Se acercó a mi, hasta que sus labios volvieron a rozar los mios y cuando los juntó del todo volví a sentir ese hormigueo que infundia todo mi cuerpo.
Harry acercó una mano a mi cadera e inclinandose hacía mi, profundizó el beso, pasé las manos por su nuca, atrayéndolo más a mi y notando como su lengua recorría mi boca.

Pov; Harry Judd.

Hayley me había cantado y tocado una canción de su puño y letra.
Esa canción decía todo lo que sentía y me había dejado realmente sin palabras, la melodía era preciosa y juntada con su voz la hacía aún más perfecta. Pero sin duda, lo que podías descartar de esa canción, era la letra.
No hay palabras para explicarlo.

Pero, como bien había dicho Hayley, no estaba terminada.

Me acerqué a ella y la abracé desde atrás, notando su piel fria contra la mia y en ese momento creo que pude apreciar hasta un leve tembleque por su parte.

-¿Eso es lo que piensas?-la pregunté intrigado.

Se dió la vuelta ante mi pregunta y se me quedó mirando de frente.
-¿El qué?-inquirió.

-Que el amor no existe.

Hayley miró de nuevo a mis ojos y seguidamente bajó la mirada avergonzada y temerosa por si pudiera ver en sus ojos todos sus temores.
Acerque mi mano a su barbilla, levantándola levemente para que me volviera a mirar a los ojos y comprendiera que yo estaba ahí para cualquier situación.

-No-negó- Ya no.

Sonreí. Sonreí por el echo que había continuado con un 'Ya no'. Eso quería decir, que antes si lo pensaba y por suerte ahora no.
Hayley sonrío y sentí de nuevo el impulso de besarla, de tener sus labios pegados a los mios.
Me acerqué a ella, y posando una mano en su cadera la besé de nuevo.Ella correspondió a mi beso y entrelazó sus brazos por mi cuello juntandome más a ella.
Me incliné más y cuando estaba jugando con mi lengua en su boca, ella se apartó rápidamente y se levantó de la silla, dejándome ahí, sin saber que hacer y extrañado por su reacción.
Me gire para ver a donde había ido y la ví rebuscando en su cajón.

-¿Qué haces?-le pregunté divertido.

-Estoy buscando un bolígrafo-respondió sin ni siquiera mirarme.

Fruncí el ceño confuso y me acerqué a ella- ¿Para qué?

-Se me acaba de ocurrir cual puede ser el estribillo de la canción y como no lo apunte se me olvida.

Sonreí. Mientras la observaba buscar desesperadamente un bolígrafo en su cajón.
Por fín lo encontró, se levantó, pasó al lado mio y llegó hasta la libreta que tenía encima del piano. Seguí sus pasos y me quede detrás de ella, sintiendo a escasos centimetros su espalda de mi cuerpo, intenté ver por encima de su cabeza que es lo que escribía pero cuando iba a empezar a leer cerró de nuevo la libreta.

Se giró, me miró y esbozó una sonrisa.

-¿No me vas a dejar verlo?-pregunté alzando una ceja.

-No- negó con la cabeza mientras que dejaba la libreta encima del piano.

Abrí la boca para protestar pero Hayley interpuso su dedo indice en esta mandándome callar.

-Quiero que la oigas terminada, cuando la tenga, te la cantaré-me anunció.

Me acerqué a ella, juntando nuestras frentes y nuestros alientos.
-Me gusta la idea.

Hayley sonrío y pasó sus brazos por mi cuello, abrazándome y apoyando su cabeza en mi hombro. Yo pasé los míos por su cadera y sentí su cuerpo pegado al mio.
Noté como su boca se abría para echar un pequeño bostezo y caí en la cuenta que era muy tarde.

-¿Tienes sueño?-la pregunté en su oído.

-Un poco-respondió.

-Pues venga, vete a la cama que es tarde.

La aparto y la llevó hasta la cama empujándola por la cadera.
La hago tumbarse y la tapo.

-Harry- me susurra.

-Dime- la contesto sentándome en la cama.

-Quédate un poco por favor.

Miro a la calle y puedo ver como solo hay la luz de la luna alumbrándola. Asiento y me tumbo al lado suyo sin taparme.
Hayley sonríe satisfecha y acomoda su cabeza a mi pecho pasando un brazo por este y yo, acomodo mi cabeza a mi brazo flexionado mirando al techo.

-Buenas noches Harry.

-Buenas noches Hayley- la respondo y la beso en la cabeza mientras la acaricio el pelo con una mano.

jueves, 9 de junio de 2011

Capitulo veintiuno.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Sigo en esa posición durante tiempo. No sé exactamente cuanto. Quizás lleve diez minutos, o veinte, la noche entera o quizás solo hayan pasado dos segundos y me han parecido eternos.
Cuando levanto la cabeza de la almohada abro los ojos que anteriormente tenía cerrados con fuerza,miro por las ventanas y el cielo ya esta completamente negro.
Debe de ser tarde.
Me incorporo hacia atrás sintiendo como la postura anterior me ha dañado en la espalda y oigo un ruido en la ventana.

No le doy la minima importancia, posiblemente sea algun pajaro, alguna rama u hojas.
Suspiro y vuelvo a oir el sonido esta vez más fuerte.
Le vuelvo a ignorar hasta que veo perfectamente con mis ojos como una piedra de mediano tamaño golpea el cristal del balcón.
Me sorprendo y salgo por el lado derecho de la cama.
Entreabro la cortina e intento divisar algo en la oscuridad pero se me hace imposible, hasta que veo un movimiento en el jardín.

Decidida, abro la cristalera que me permite salir al balcón y salgo a este. El frio me estremece los huesos y recuerdo que voy en pantalones cortos y camiseta de manga corta.
Me acaricio los brazos con cada mano y sin ver nada extraño me giro para volver al interior de mi habitación hasta que oigo que alguien me llama.

-Hayley.

Abro los ojos y me asomo a la barandilla del balcón mirando para abajo- ¿Harry?-pregunto extrañada.

Ahí abajo puedo ver a Harry, con la misma ropa que llevaba esa tarde y sonriendome. Me extraña y me inquieta.

-Necesito hablar contigo- responde.

Me acomodo con los codos en la barandilla.

-Habla- le propongo.

Harry ríe- Más cerca.

Harry ve la duda en mis ojos y prefiere actuar, mira a la pared donde está situado mi balcón y llega a divisar una enredadera.
Rápidamente se acerca a ella y escalando llega hasta mi balcón.
Asombrada por su agilidad me echo para atrás y él salta hasta el interior de éste.

-Ahora si- dice riendo.

-¿De qué querías hablar?-inquiero rápidamente, el frío me empieza a estremecer.

-Si.. bueno eso, que... quería arreglar las cosas contigo, no me gusta que estemos...bueno, así, se podría decir que enfadados y...-está nervioso y no sabe como seguir. Pero a mi me ha bastado para darme cuenta que él tampoco lo ha pasado bien con nuestra discusión. Me acerco a él y finalizo su frase con un beso cálido en los labios. Me responde dándome otro y pasando sus manos por mis brazos, sintiendo su calor.- Entonces, ¿me perdonas?

Me separo de él y le miro a sus ojos que podrían iluminar una noche en la oscuridad- ¿Me perdonas tú a mi?.

Harry vuelve acercar sus labios a los míos mientras me sonríe y tras juntarlos, los desvía hasta mi oreja.

-No hay nada que perdonar- me susurra.

Siento un escalofrío y Harry lo nota y me mira de arriba abajo.

-¿Tienes frío?

-Un poco- contesto. Miro al interior de la habitación y aunque sé que no es apropiado lo hago- ¿Quieres entrar dentro?- señalo la habitación.

Harry me mira a los ojos un instante y después desvía la mirada a la habitación, asiente y le doy la mano guiándole adentro.

Una vez dentro los dos, cierro la cristalera que me ha permitido salir y corro las cortinas.

-Bueno... y esta es... mi habitación.-anuncio echándola un rápido vistazo.

Él, como anteriormente he echo yo en la suya, la mira detalladamente y sonríe cuando ve varias fotos en un corcho. Se acerca y las observa. Me gustaría saber que piensa en esos momentos.
Cuando me doy cuenta se está acercando al piano que tengo al lado de la ventana.

-¿Tocas el piano?-pregunta pasando sus dedos por las teclas sin llegar a presionar ninguna.

-Un poco.

Harry sonríe y mira a la esquina- ¿Y la guitarra también?- asiento- ¿Me tocas algo en el piano? Me encanta el sonido.

Le miro y me acerco a él. -Es que...-objeto.

-Por fa. -me protesta.

Bufo sonoramente y Harry ríe. Me siento en la silla que hay situada para tocar el piano y Harry se sienta en la que hay al lado.

-Bueno... si no te importa, me gustaría empezar a tocar una canción que he compuesto yo pero que.. no he terminado. Nadie la ha oído nunca y por eso me hace ilusión que la oigas tu primero- le anuncio vergonzosa.

Harry me mira, asiente y sonríe.

sábado, 14 de mayo de 2011

Capitulo veinte.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Puedo decir que los viajes en coche con Harry son gratificantes. Hemos estado hablando todo el rato, casi siempre de él, porque yo lo pedía. Pero en los momentos que hemos quedado en silencio, el silencio no era para nada incomodo. Es más, era hasta confortable.

Hemos llegado hasta la verja negra que separa la calle del recinto de mi casa.
Una presión se instala en mi pecho, no quiero bajar del coche y dar por terminado el día con Harry. Me gusta demasiado estar con él, su presencia, su olor...

-¿ Algún día vas a bajar?-pregunta Harry riendo.

-¿Acaso me estás echando?-inquiero girándome en el asiento.

Harry ríe y niega con la cabeza, se acerca poco a poco a mi y acorta las distancias depositando un beso en mis labios.
Muevo los mios contra los suyos, sin dejarle escapar.

-¿En que pensabas?-me susurra todavía cerca de mi cara.

-En ti.- Harry alza una ceja, río y bajo la mirada- Bueno..en.. nosotros.

La mirada de Harry cambia a preocupación y busca la mia- ¿Pasa algo?-inquiere nervioso.

-Nononono-niego rápidamente mirándolo a los ojos.

-¿Entonces?

Me encojo de hombros y miro por la ventanilla. El sol ya se ha escondido y la luna empieza a aparecer tras las nubes.
Las farolas de la calle se han encendido y ahora iluminan las aceras.

Los dos estamos en silencio, no sé si mi contestación le ha servido o si se ha enfadado. Decido averiguarlo y giro mi cabeza de nuevo para encontrarme con sus ojos azules mirándome, intentando descifrarme, traspasarme y conseguir saber lo que pienso.
Creo que se cansa de buscar una explicación a mi anterior gesto y se vuelve a poner en su asiento, recto.

-Es tarde... deberías irte- dice mirando fijamente al frente.

Asiento y me bajo del coche sin ninguna palabra de por medio. No sé porque se ha enfadado, y eso me hace enfadarme a mi más.
Espera, ¿es nuestra primera discusión de pareja?
Me doy la vuelta antes de entrar por la verja negra.
Y veo a Harry mirándome, pero cuando ve que le miro, arranca el coche y se va.
Suspiro.

Me encamino hacía la entrada de casa, meto la llave en la cerradura y entro notando el calor hogareño.
Todavía sigo dándole vueltas al tema de Harry. No entiendo que he echo mal.

Mary-Kate está con Erick en el sofá hablando animadamente. Tienen al rededor cajas de pizza.

-¡Ya era hora señorita!- exclama riendo Mary-Kate.

Les echo un vistazo y asiento.

-Ey-dice preocupada mientras se levanta y va hasta mi posición- ¿Te pasa algo?

Niego con la cabeza.

-¿Has cenado?-me pregunta mientras rehuyo su mirada.

Vuelvo a negar.

-Podrías decirme algo...

-Me voy a la cama, estoy cansada. Mañana hablamos.

Mary-Kate asiente y me da un abrazo. Se lo devuelvo, es lo que necesitaba y no sé como pero lo ha sabido.
Intento esbozar una sonrisa cuando nos separamos.
Subo las escaleras sin ganas, abro la puerta de mi habitación y la de Mary-Kate en este fin de semana y me pongo unos pantalones cortos de pijama junto con una camiseta básica de tirantes de color rosa pastel y encima una camiseta grande de los 'Beatles' que deja al descubierto mi hombro.

Me siento con las piernas cruzadas en la cama y miro a un punto fijo.
En realidad no pienso en nada.
No me apetece hacer nada, tampoco dormir. No sé porque me siento así, supongo que no me gusta pelearme con la gente y que lo haya echo con Harry no me gusta...
Decido arreglarlo y busco mi móvil.
Busco su numero en mi agenda y le doy a la tecla de llamada sin pensarlo una vez más.
Un pitido. Dos pitidos. Tres pitidos. Cuatro...cinco... Llamada finalizada.
No lo coge.

Tiro el teléfono con frustración contra la cama y me tapo con una almohada la cara.

Pov;Harry Judd.



Paro el coche enfrente de mi casa, Hayley me está llamando al movil. En este momento, lo tengo en mis manos pero no le doy a la tecla de descolgar.

¿Por qué? No lo sé. Soy imbecil.

Miro por la ventanilla y veo que en mi casa estan las luces del comedor encendidas. Y las persianas de los cuartos bajadas.
Miro hacia el aparcamiento, todavía no ha llegado mi padre.
Posiblemente mi madre ya esté haciendo la cena.

Suspiro y apoyo la cabeza contra el volante. Estoy en esa posición y con los ojos cerrados varios minutos hasta que unos golpes en el cristal del copiloto me sorprenden. Levanto la cabeza y veo a Kat.
Bajo la ventanilla.

-¿Qué quieres Katherine?-le pregunto molesto.

-¿Yo? Nada, pero te recuerdo que tienes tú casa enfrente...-contesta.

-Ya...-respondo sin ganas.

-¿Te pasa algo?-me pregunta. Hago una mueca extraña y se echa a reír-Espera, voy a tirar la basura y me cuentas.

Asiento levemente y en menos de dos segundos Kat se está subiendo al asiento del copiloto.

-Cuentame.

La miro- Es que... no sé, creo que he discutido con Hayley.

Alza una ceja- ¿Crees?

-Si- respondo.

-¿Y porqué no vas a averiguarlo?

La miro desconcertado, no la entiendo.

-Quiero decir- reanuda- que vayas a su casa y lo hables con ella y lo arregléis.

Recapacito las palabras de mi hermana y si, creo que tiene razón. Tengo que hablar con ella. Por lo de antes y por lo ahora.
Quiero que con ella salga todo bien, que todo vaya más perfecto que bien.

-Tienes razón-admito.

Kat sonríe y asiente y se baja del coche.

-Entonces...-dice antes de cerrar la puerta- ¿Les digo a papá y a mamá que no te esperen despiertos?

Asiento sonriendo y vuelvo a arrancar el viejo coche.

Katherine cierra la puerta y se vuelve hasta la puerta de casa.
La miro por ultima vez y piso el acelerador.

lunes, 2 de mayo de 2011

Capitulo diecinueve.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Pov; Harry Judd.

Termino de tocar la batería y dejo las baquetas.
Levanto al vista encontrandome con los ojos de Hayley, aquellos que no tienen un solo color. Si te fijas bien, sus ojos estan compuestos por tres colores: Azul, gris y verde. Y en ellos hacen una mezcla explosiva, depende de como le de la luz, a veces resalta el azul y otras veces el verde.

Me mira expectante y no tengo ni la minima remota idea a que se debe. Busco en ella una explicación de porque no habla, pero, nada de nada.
¿Tan mal lo he echo?. Bajo la mirada triste y noto como ella se levanta de la silla y se acerca a mi. Me coje la barbilla con sus finos dedos y acerca sus tiernos labios a los mios.
Los mueve rapido con decisión, no sé a que se debe esto pero yo sigo el beso.
Para y me mira a los ojos.

-Wow-articula- Increible Harry, increible.

Me empiezo a reir y Hayley levanta una ceja sin entenderlo.

-¿Entonces, ha estado bien?-pregunto.

Hayley sonríe y se sienta en mi regazo- ¿No me has oido? ¡Ha sido increible! Nunca había visto a nadie tocar la batería con tanto afán y dedicación como lo haces tu. Dios...ha sido...

La interrumpo esbozando una sonrisa- ¿Increible?

Ella se echa a reir, me encanta el sonido de su risa. Es melódico.

-Si, increible.

Nos quedamos mirandonos y de mientras pensamos.
Hayley aparta su mirada de la mia y mira el resto de la habitación curiosa.

-¿Vamos arriba?-pregunto rompiendo el silencio formado.

Ella asiente y espero a que se levante de mi regazo. Después, subimos las escaleras de nuevo al salón y me pongo al lado suyo cogiendola la mano. Supongo que no se lo espera, porque se sorprende a notar el roce de mi piel contra la suya, pero no la debe de incomodar ya que entrelaza sus dedos con los mios.

-Vamos al jardín-propongo, ella asiente.

Pov; Hayley Williams.

Salimos dados de la mano al jardin, me sorprende que me haya cogido la mano, pero en realidad estaba deseando que lo hiciera. Entrelazo mis dedos con los suyos y noto por el rabillo del ojo como sonríe.

Bajamos las escalerillas y siento el irregular cesped debajo de mis zapatos. Me lleva hasta debajo de un árbol y se pone en frente mio,sin soltar mi mano.

Le sonrío y se acerca a mi.

-Anoche estuve toda la cita deseando hacer esto-dice y mira nuestras manos.

-¿El qué?-pregunto- ¿Darme la mano?

Él asiente.

-¿Y porque no lo hiciste?-pregunté confusa.

-Bueno... no sabía como ibas a reaccionar-contesta avergonzado.

Me muerdo el labio inferior y le miro- ¿He reaccionado mal ahora, a caso?

Harry niega con la cabeza y junta su frente con la mía, noto su respiración en mi cara y mientras inhalo su olor cierro los ojos.

-¿Me concedes un baile?-abro los ojos de nuevo tras tal pregunta y él ríe al ver mi reacción.

-Por supuesto-contesto.

Nos juntamos más, y enlazo mis brazos a su cuello. Él, acerca sus manos a lo más bajo de mi espalda y me aproxima mas.
Nos balanceamos levemente bajo el manto de hojas del árbol y un sol que incide sobre ellas dejando mostrar unos rayos de sol en nosotros.
Levanto la mirada del suelo donde nuestros pies se mueven de derecha a izquierda y de nuevo de izquierda a derecha, me encuentro con la mirada de Harry. Sus ojos de azul intenso me hacen sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

Apoyo mi cabeza en su pecho y noto como su corazón late más rápido con el simple contacto de mi piel con la suya. Sonrío y Harry apoya su barbilla en mi cabeza.

-Harry...-susurro contra su pecho. Él inclina su cabeza alejando su barbilla de la mía y levanto la vista para volver a encontrarme con sus perfectos ojos- Yo...-tomo aire- yo...

-¡Hola chicos!-exclama una voz femenina desde la puerta trasera de la casa.

Rápidamente quito mis manos de su cuello y él levanta la vista para mirar a quien nos haya interrumpido.

-Hola Katherine- saluda él, sorprendido por mi reacción, pero sin quitar sus manos de mi cadera.

-Ups, perdón, ¿interrumpía algo?-pregunta mientras nos ve andar hasta su posición.

Avergonzada intento hablar y saludarla- No, nada...hola -me acerco a ella y la doy dos besos- Soy Hayley.-sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

-¡Hola Hayley!-me devuelve los besos- Soy Katherine, la hermana de Harry.

-Sí, lo sabía- miro a Harry sonriente mientras él nos observa apoyado desde el marco de la puerta indiferente a la conversación.

-Bueno...¿te quedas a cenar?-pregunta Katherine.

Me sorprendo, ¿cenar? ¿ya? ¿tan tarde es?

-¿Cenar a las siete de la tarde, Katherine?-pregunta Harry.

Katherine suspira- bueno, pues merendar...

-Me encantaría, pero...creo que es mejor que me vaya yendo, me temo que es muy tarde-respondo excusándome.

Harry se acerca a mi- ¿Te vas?-Asiento- Vamos que te llevo.

-No, no, no hace falta....-contesto.

Harry me mira alzando una ceja mientras coge las llaves del coche de la encimera y ríe- Anda, vete a ponerte tu ropa.

Recuerdo que llevo la camiseta de Harry como única ropa y me avergüenzo tiñendo mis mejillas de un color rojizo. Bajo la mirada y asiento, subo las escaleras despidiéndome de Katherine que se queda en la cocina con Harry hablando.
Subo las escaleras y me dirijo de nuevo al baño donde se había quedado mi ropa. Me pongo el pantalón con cuidado de no hacerme daño al rozar con la herida y me quito la camiseta de Harry para a continuación ponerme la mía.
Llaman a la puerta y doy mi permiso para que abran. Es Harry.

-Te venía a decir...que si quieres te puedes quedar mi camiseta- me muestra su sonrisa.

-Oh, no, no, no hace falta, en serio....-se la tiendo pero él la rechaza.

-De verdad, que a mi me da igual.

La miro y dudo unos segundos entre quedármela o no, la verdad es que me encantaría pero mi madre o mi padre sospecharían y no me traería nada más que problemas. Pero sé que Harry es muy testarudo así que, me acerco a él, quedando bajo su mirada y con la camiseta en la mano.

-Vamos a hacer un trato- le ofrezco mientras rodeo su cintura con mis brazos y le miro a los ojos- Te la quedas tú y cuando venga a tu casa tengo una camiseta para mi. ¿Trato hecho?

Harry ríe y mira la camiseta, de nuevo a mi y asiente- Esta bien, esta va a ser tu camiseta oficial.

Sonrío y le doy un beso en la mejilla.
Volvemos a bajar las escaleras dados de la mano y salimos por la puerta principal. De nuevo, rumbo a mi casa.

domingo, 1 de mayo de 2011

Capitulo dieciocho.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Nos adentramos en una urbanización. Me sorprende las casas, todas son iguales. Sin duda, me alegro de como es la mía.

Seguimos hasta pararnos en frente de la típica casa británica de ladrillo marrón.
Harry para el coche, mira la casa, a mi y me sonríe.
Me siento obligada siempre a devolverle las sonrisas.

Baja del coche y como de costumbre, me abre la puerta. Intenta cogerme de nuevo pero se lo impido. Refunfuña y le permito que me ayude hasta la puerta de su casa.
Poso una pierna y cojeo la que estoy sangrando.
Saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta.

Ahora me doy cuenta que no solo Harry huele así. Toda su casa huele a él. Si por mi fuera, metería su olor en un frasco y me lo llevaría a mi casa. Respiro hondo y sonrío.Es reconfortable.

-Vamos al aseo de arriba- me dice cerca del oído y yo asiento.

Subo las escaleras cojeando. Me he vuelto a negar a que Harry me lleve en brazos, no estoy discapacitada. Sé andar.
Harry se ha puesto detrás mio, tiene miedo a que me caiga para atrás y por el rabillo del ojo veo como niega con la cabeza.

-¿Ves? puedo subir yo sola-digo saltando el último escalón.
No debería de haber adelantado acontecimientos. En el ultimo salto, mi cuerpo se ha balanceado hacia atrás, no he mantenido el equilibrio y si no llega a ser porque Harry está detrás mio y me ha sujetado por la cintura me caigo.

Él ríe y asiente- Si, si, ya lo veo... tu solita.

Pongo los ojos en blanco mientras río y le acompaño hasta el aseo.

-Ven, sienta- da unas palmadas a la encimera del lavabo.

-¿Donde? ¿Ahí?

-Si, aquí-vuelve a golpearla y me acerco cojeando.

Hago un pequeño salto y con agilidad me siento ahí arriba.

Harry se agacha y me examina la herida que no ha dejado de sangrar ni un segundo. Al rededor de esta, mi pantalón se ha vuelto rojo.

-Umm...creo que te tienes que quitar el pantalón para poder curarte la herida mejor- mis ojos se agrandan tras ese comentario y siento como mis mejillas se tiñen de rojo.Harry lo nota y ríe divertido- Espera aquí.

Asiento sin decir nada y espero.
Harry vuelve al minuto con una camiseta negra entre las manos.

-Toma- me la tiende, yo la cojo y me la quedo mirando. Tiene unas letras en rojo que sobresaltan en ella y encima unas en blanco. No me paro a mirar que pone. Realmente no entiendo porque me da su camiseta. Él observa mi cara y comprende que no lo entiendo- Es para que te quites el pantalón-le miro- Es lo suficiente larga para que te tape hasta las rodillas o eso creo...

Tuerzo el morro y eso hace que Harry sonría- Te dejo el baño un momento mientras te cambias- no me da tiempo a responder una contestación y Harry sale del aseo dejándome sola.
No tengo más remedio que hacerle caso y cambiarme de ropa por mucha vergüenza que esté pasando.

Me bajo del lavabo y me quito el pantalón con cuidado, noto como se resbala por mi pierna y cuando roza con la herida me escuece. Reprimo un gesto desagradable y me lo quito del todo. Con la pierna flexionada me quito la camiseta y vuelvo a mirar la camiseta de Harry.
La acerco a mi nariz y la huelo. Otra vez su olor inunda mis napias.
Sonrío y me la pongo por encima, en efecto, como él decía me quedaba grande pero por encima de las rodillas, lo suficiente para taparme la ropa interior.
Después de coger mi ropa, doblarla y ponerla a un lado, me acerco cojeando a la puerta y la abro.

Con tan mala suerte que Harry estaba apoyada en ella y al abrir casi se cae para atrás. Río ante la casi caída y se da la vuelta para mirarme. Sube la mirada poco a poco desde mis rodillas,seguidas por mi cadera, hasta mi pecho y por ultimo mi cara.

-Te queda mejor que a mi- sonríe y no puedo evitar soltar una risilla nerviosa- Ahora si que sí, vamos a limpiarte la herida.

Asiento y me vuelvo a sentar encima del lavabo. La camiseta se eleva un poco al sentarme y se queda a la mitad de mis muslos. Harry se queda mirando lo poco que me tapa la camiseta con el Alcohol en la mano y noto como me ruborizo y rápidamente bajo la camiseta lo máximo que puedo. Él levanta la vista hasta mis ojos sonriendo y vuelve a bajarla hasta la herida.

No hemos hablado en todo este tiempo que me ha estado curando. He intentado reprimir algunas quejas de dolor pero alguna vez escocía tanto que no podía.

Por fin termina lo que para mi ha sido una eternidad y me tiende la mano para ayudarme a bajar.

-Alah, ya hemos terminado señorita quejas- dice riéndose.

Yo le saco la lengua y aceptando su mano bajo del lavabo.

-Ya me puedo poner mi ropa ¿no?-inquiero rápidamente.

-Yo creo que... tienes que esperar a que se seque el Betadine-contesta con una sonrisa picara.


Resoplo y él ríe acercándose a mi. Me pregunto como puede tener los ojos de un color azul tan intenso.
Siento como poco a poco va acortando las distancias y junta de nuevo sus labios con los míos. Al principio en un suave roce, después juega con ellos y agarro su camiseta con fuerza entre mis manos, mientras nuestras lenguas comienzan una pequeña batalla noto la mano que le queda libre subiendo por mi pierna flexionada, desde mi rodilla hasta mi muslo. Se acerca a mi cadera y sube la mano por debajo de mi camiseta. Cuando llega a la altura de mis costillas me obligo a parar y así hago.
Él ve mis intenciones y quita su mano de nuevo suavemente y acaricia mi cara. Sonríe y me da un beso en la comisura del labio.

-¿Te enseño mi cuarto?-inquiere a todavía escasos centímetros míos.

-Si-asiento y me lleva tras el.

En este camino intento apoyar la pierna, todavía me duele pero ya no tanto.

Llegamos hasta una puerta en donde hay una pegatina típica que señaliza el 'Aseo de mujeres' Sonrío y él abre la puerta.
Nada más entrar veo su cama,-su habitación es de un color azul claro- tiene un armario delante de la puerta y a cada lado de la cama hay una mesita con la bandera de Inglaterra.

-Bueno...esta un poco desordenada....-intenta excusarse.

-No pasa nada- río y entro, cerrando él la puerta tras de mi.

Paso la mirada por toda la habitación y veo que tiene un mural de fotos en el cabecero de la cama. La cama está desecha pero no le presto demasiada atención.
Tiene muchos posters y me fijo en el de un surfista que ocupa la mitad de una pared y el de un canguro.
Debajo del póster del surfista encuentro un montón de CD's amontonados y me acerco a curiosear.
La verdad es que, tiene muchos y sin ningún orden.
Encuentro varios de Blink 182 y Linkin Park.
Sonrío ante este ultimo. Es uno de mis favoritos.

-¿Te gustan?-susurra a mi lado.

Me sobresalto pegando un pequeño brinco y él ríe.

-Me gusta este- saco el disco de 'My generation' de 'The Who'. Miro la carcasa y de nuevo a Harry- es uno de mis favoritos.

Harry sonríe- Si, también de los míos.-antes de quedarnos en un silencio, él vuelve a interrumpir- ¿Te enseño la batería?

-¡Es verdad!-exclamo, miro a mi al rededor pero no veo ninguna batería- ¿Donde la tienes?

-Está en el cuarto de abajo.

Asiento y dejo de nuevo el disco en su sitio, aunque si lo hubiera dejado en cualquier otro lado, Harry no hubiera notado la diferencia.

Bajamos las escaleras de su casa, ya puedo posar la pierna bien. Y seguimos descendiendo hasta el sótano, al lado del garaje hay un pequeño cuarto donde tienen dos guitarras y al fondo una batería de color azul turquesa y platillos dorados.
Me acerco maravillada y Harry me sigue cerca.

-¿La puedes tocar?-inquiero mirándole.

Harry hace una mueca y finalmente resopla dándose por vencido, coge una silla que encuentra en la otra parte de la habitación y me hace sentarme en ella.
Después de encontrarme a mí, sitio, se sienta en el asiento que hay detrás de la batería y coge sus baquetas.

Hace chocarlas entre ellas dos o tres veces y comienza a tocarla.

sábado, 30 de abril de 2011

Capitulo diecisiete.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

''Today is gonna be the day
That they're gonna throw it back to you..''

El sonido de mi móvil nos interrumpió.
Me separé de él para cogerlo y vi en la pantalla el nombre de Mary-Kate.
Descolgué.

-¿¡Donde estás?!-pregunta alarmada.

-Acabo de salir del Hospital...¿Por qué? ¿estas bien? ¿ha pasado algo?-inquiero asustada.

Ella suspira aliviada- No, no, al contrario, creía que te había pasado algo a ti.

Sonrío- No, tranquila. Es que he comido fuera, nada mas.

Harry tose tapándose con la mano pero aún así Mary-Kate le oye.

-¿estas sola?-pregunta curiosa.

Miro a Harry sonriente- No, estoy con... Harry.

Él sonríe y se pone a mi lado, pasando su brazo por mi cintura.

-Uuuuuuuuuuuuy-exclama alargando la 'U'- ¿Con Harry eh? ¡A ver que haces pillina!

Harry debe de haberla oído, porque empieza a reírse de una forma nada disimulada.
Yo avergonzada respondo.

-¡Que dices! Anda, deja de pensar guarradas-Harry aumenta su risa y yo me río con él-¿Has comido?-pregunto a Mary-Kate cambiando de tema.

-Si,si, tu cámbiame de tema...-río de nuevo- Pero que sepas que cuando vuelvas, si vuelves...-deja esas palabras en el aire y vuelve a su comentario- me vas a contar todo.

-Si,si. Entonces, has comido ¿no?-pregunto de nuevo sin hacerla caso.

Ella gruñe- Si.

-Pues... no sé, ahora iré, supongo- miro a Harry y él me mira-Bueno, no sé, ya lo hablaremos- Harry sonríe y vuelve a mirar al horizonte- Invita a Erick si quieres.

-¿Seguro? Si tu padre dijo...

-Ya, pero no vas a estar sola ¿no?

-Vale. Gracias.

-No tienes por que darlas- admito.

-Pásatelo bien, pero te quiero en casa pronto eh-me advierte como un mayor.

Río- Que si, que si, adiós.

No le doy tiempo a que responda y cuelgo guardando de nuevo el teléfono en mi bolsillo.

Harry vuelve a su posición de antes, juntando su frente con la mia y me besa en la comisura del labio dulcemente.

-Ven-me indica mientras tira de mi brazo.

Sonrío y le sigo detrás, hasta que llegamos a la punta del mirador, que está un poco más elevada que el resto. En él hay un arbol bastante grande y crecido. Harry se acerca a su ancho tronco y saca las llaves del coche.

-¿Qué haces, Harry?-pregunto asomando la cabeza por su hombro para ver mejor el tronco en el que ahora con las llaves está tallando algo.

Termina de escribirlo y lo tapa con una mano. Me mira por encima del hombro y sonríe- He tallado este día en el árbol. Ahora, este árbol nos pertenece, a los dos. Como pareja.-quita las manos y encuentro una fecha rodeada por un corazón:''8-6-2002''. Me acerco a ello maravillada y toco la corteza del árbol con las yemas de mis dedos. Noto el relieve que han echo las marcas al pasar la llave por ella y sonrío.-¿Te gusta?-pregunta Harry agarrándome por la cintura y apoyando su barbilla en mi hombro.

-Me encanta- concluyo dándome la vuelta en sus brazos y de nuevo le vuelvo a besar.

Bajamos de nuevo en silencio con cuidado de no resbalarnos y en una de las ultimas bajadas, noto como una zarza que no he visto se clava en uno de los descosidos de mi pantalón. Reprimo un grito y me miro la pierna, he intentado seguir andando sin darme cuenta que se me había clavado y ahora tenía los pinchos hundidos en mi piel. Me paro, y me intento sacar los pinchos de golpe pero eso me hace más daño aun y esta vez si que grito de dolor.
Harry oye mi grito y se da la vuelta preocupado, nota que no estoy con él y vuelve a subir esta vez más rápido.
Llega hasta mi posición y se acerca a mi.

-¿Qué pasa? ¿Por qué has gritado?-miro hacia mi pierna de la que empieza a salir un liquido rojo- Oh, vale, no pasa nada, quítate uno a uno.

Tragó saliva y mojándome los dedos de sangre quito los pinchos uno a uno, aunque duele, no lastima tanto como quitarlos todos de golpe.
Cuando consigo soltarme de todos ellos, me siento en el suelo con la pierna dolorida. Harry no piensa dejarme ahí y me coge en brazos.

-¿Qué haces?-le pregunto a la vez que él empieza a andar.

-No pensarás que te voy a dejar desangrándote ¿no?-pregunta mientras hace el esfuerzo de bajarme.

-Primero, solo es una pequeña herida y segundo, Harry, peso mucho, nos vamos a caer.

Harry para y me mira.Niega con la cabeza y sigue andando.
Me río ante su tonta reacción y al fin, hemos vuelto al viejo parque.
Cuando ya siento que Harry anda sobre una superficie plana le obligó a que me baje, pero él me hace caso omiso y me lleva hasta el aparcamiento donde está su coche.
Llegamos, lo abre con una extraña maniobra sin soltarme y abre la puerta del copiloto para sentarme. Me sienta y me examina la herida.

-En serio Harry, no es nada...-le digo en un intento de tranquilizarle.

-Vamos a mi casa y te curo mejor la herida ¿te parece?-No le veo inconvenientes. Pero el simple hecho que me lleve a su casa y estén sus padres.... y sobre todo, su padre...Harry, vuelve a ver la duda en mis ojos como él solo sabe hacerlo y prosigue- Tranquila, mis padres hoy estarán en su cena de cada sábado con los vecinos.

Asiento más tranquila y tras un fugaz beso en los labios, cierra mi puerta para después rodear el coche y meterse en el asiento del conductor.

Capitulo dieciséis.


Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Andamos por un gran paseo donde los arboles nos arropaban con sus grandes mantos y tapaban a un sol ya tímido que se escondía detrás de nubes grises.
Mientras andábamos a paso lento, mi cabeza estaba apoyada en su hombro y él no hacía ademán de quitarla.

-¿Tienes hambre?-me susurró.

Sonreí- Un poco...

-¿Qué te apetece comer?

-Una hamburguesa.

Volteó la cabeza con una sonrisa en su boca y rió.-Esta bien, una hamburguesa.

Andamos de nuevo hasta el aparcamiento donde se encontraba su viejo coche y nos montamos. Tras un molesto sonido del coche, éste arranco y en silencio nos dirigimos hasta una vieja hamburguesería.

-¿La conoces?- inquiere Harry mientras quita las llaves del contacto.

-Si-respondo- solía venir con... mi hermana.

Él asiente, y sé que cree que no debería de haber preguntado. Me acerco a él y le rodeo el torso con mis brazos.

-Harry- susurro, él quita los ojos de enfrente y baja la mirada hasta mi cara- No te sientas mal, no quiero que te sientas mal. Te lo he contado por que he querido y punto.No puedes evitar decir cosas que me recuerden a ella, en realidad, todo me recuerda a ella. Pero ya me he acostumbrado a su ausencia. No quiero que dejes de decir cosas por miedo a recordarmelo ¿vale?.

Él asiente y me da un beso en la cabeza. Noto como aspira el olor de mi cabello y me aparta levemente con una sonrisa para bajar del coche, rodearlo y abrirme la puerta para salir yo. Se lo agradezco con una sonrisa y bajo.

Nada más entrar por la puerta un olor a grasa me inunda las napias y hace que mi boca se vuelva agua. Inhalo otra vez y siento más apetito. Nos sentamos en una mesa alejada de la puerta como en el otro bar y Harry comienza a hablar.

-Así que, ¿Sabes tocar la guitarra?-inquiere mirando la carta.

-Si, la toco desde pequeña. Tú también sabes ¿no?

Levanta la vista de la carta y me la tiende- Toma, yo ya se lo que voy a pedir.-se la cojo de entre las manos y miro las opciones- Y sí, también sé. ¿Sabes tocar algo más?

Levanto la mirada de la carta sabiendo ya que elegir y asiento- El piano.¿Y tú?

-La batería.

Me sorprendo y mis ojos deben de haberse abierto porque Harry ahora se está riendo.

-¿Qué?-pregunto.

-¿Te has sorprendido?-inquiere todavía riendose.

-Si..bueno...-admito avergonzada- No conozco a nadie que la toque.

-Yo llevo un año.

Le sonrio y una amable señora mayor viene a tomarnos nota. Después de pedir cada uno su comida volvemos a la conversación. Esta vez, iniciada por mi parte.

-¿Me enseñaras un día?-le pregunto mientras sorbo por la pajita de mi vaso.

Sonríe- Claro.

La señora vuelve esta vez con nuestros respectivos platos. Y sonrío al ver mi apetecible hamburguesa, su olor llega hacía a mi. Y me hace la boca agua.

Tras estar comiendo con la risa de acompañante en toda la comida. Salimos y damos una vuelta por los al rededores, nos paramos en un parque viejo y nos sentamos en los columpios.

-¿Sabes?-pregunta sin querer recibir una respuesta a cambio- Ayer, fue una de mis citas preferidas. Yo diría que.. la primera de todas.

Sonrío y le miro mientras me balanceo- ¿Tienes una lista?- río y él acompaña mi risa.Asiente y de nuevo pregunto- ¿Y cual es la segunda?

-Esta.

Alzo una ceja- ¿esto es una cita?

Él frunce el ceño y mira al suelo, tras meditarlo se encoje de hombros y yo río.

-¿Y la tercera?-inquiero de nuevo.

-¿Me concedes una tercera?

Siento como mis mejillas se tornan de un rojo llamativo y escondo la cara bajando la mirada.

-Si-asiento sonriendo.

Estamos en silencio balanceándonos con el ligero viento hasta que Harry se levanta y me tiende la mano.

-Ven.

Le miro- ¿A donde vamos?-pregunto mientras aferro su mano contra la mía.

-Ya lo verás-responde con una sonrisa pícara y me lleva junto a él.


Andamos a través del antiguo parque y me lleva detrás de unos matorrales. Empiezo a impacientarme y él lo nota.

-Ey, tranquila...-dice acercándose a mi- Solo te voy a enseñar una cosa.

Su sonrisa me calma y le hago caso. Resulta que detrás de ellos hay unas escaleras mal echas y casi destruidas que suben por el pequeño monte que tengo en frente. Subimos mientras esquivamos ramas de arboles y zarzas.
Ascendemos más y más. Noto que ya estamos muy lejos del parque, del aparcamiento y de la hamburguesería. Ya no se oye a los coches pasar, solo hay ruido de pájaros y pequeños animales que corretean entre las ramas haciéndolas crujir.

Avanzamos hasta la parte más alta y Harry se pone detrás mio, tapándome con sus manos los ojos e impidiéndome la visión.

-¿Qué haces Harry?-pregunto temerosa por resbalarme y caerme.

-Chssss-me susurra en el oído y hace que mi piel se erice- déjame llevarte.

Asiento levemente con la cabeza y seguimos andando. Ahora el suelo ya no es barro, es suelo de baldosa, lo noto bajo mis pies. El aire se ha intensificado aunque no hay viento y ya no rozo ninguna rama de ningún árbol.
Me apoya contra unas barandillas metálicas en las que yo me agarro con las dos manos y noto como su manos bajan de mis ojos hasta mi cintura, apoya su barbilla en mi hombro y suspira.
Abro lentamente los ojos y me encuentro con un paisaje fascinante.

Nos encontramos en un mirador, desde el que puedo ver todo Chelmsford, y juraría que a lo lejos, en el horizonte veo la bahía.

-Wow-articulo- Harry, esto es precioso...-no puedo apartar la vista del paisaje.

-Lo sé. Venía aquí de pequeño con mis hermanos y mis padres... A veces, me escapo y vengo aquí a pensar.-Noto como respira. Su aliento se cuela en el hueco de mi oreja haciéndome cosquillas y su pecho se hincha y se deshincha en mi espalda, mientras, sus manos rodean mi cintura atrayéndome a él.-Te quería decir algo importante Hayley.-quito mi vista del paisaje unos minutos y giro un poco mi cara hacia la derecha para verle desde el rabillo del ojo- Pero para mi es difícil, y me gustaría que no me interrumpieras- asiento y vuelvo a mirar al horizonte.
Desde que te vi, la otra tarde.... supe que eras especial, y en cierto modo lo eres. No he conocido a chica igual que tú, y aunque creas que es difícil e incluso imposible. Puedo decirte con total seguridad que...que...me has enamorado- dejó caer esas palabras. Como si pesaran y después respiro hondo. Noté como el aire que respiraba me lo quitaba a mi, yo también lo necesitaba, me había quedado sin habla. No podía creer lo que me estaba diciendo. Me giró por mi cintura y me hizo quedarme en frente a él. Le mire a sus ojos azules que ahora brillaban y prosiguió- Hayley, ¿quieres salir conmigo?-preguntó al fin.

Sentí su respiración agitada y nerviosa esperando una contestación positiva. No pude evitarlo y junte nuestros labios. Le agarré de la camiseta y le atraje a mi.
Él levanto una mano queriéndome acercar a él por la nuca, pero la bajo y prefirió agarrarme por la cintura. Nos apoyamos en la barandilla y nos besamos jugando con nuestras lenguas.

Se separo de mi escasos centímetros y miró mis labios-¿Y bien, eso es...?

-Un sí. Eso es un si- admití aliviada, mientras volvía a juntar nuestros labios notando como él sonreía.