viernes, 29 de abril de 2011

Capitulo trece.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Mi despertador sonó a las 9 en punto, tenia sueño, pero como cada sábado, no podía faltar. Lo apagué, lo más rápido que pude para que Mary-Kate no se despertara, y no lo hizo. La miré, estaba realmente graciosa, tenia una pierna por fuera de la manta y en cambio, estaba tapada hasta las orejas. Me reí en silencio y me levante, me duche y me vestí normal. Me puse una camiseta de cuadros desabrochada con una de tirantes debajo y unos vaqueros claros con rotos. Unas converse rojas y me peiné el pelo ondulado.

Antes de salir de la habitación deje una nota a Mary-Kate, avisándole que llegaría después de comer, como cada sábado y que si me quería encontrar ya sabía donde iba a estar.

La di un beso en la cabeza que ella apenas notó y sonriendo salí de la habitación.
Bajé abajo y me encontré a Claire planchando en el salón de estar.
Hoy, preferí no desayunar en casa y desayunar en la cafetería de allí. Aunque el desayuno no era muy bueno, aquel día tenía que hacer muchas cosas.

Salí con las llaves en la mano y me dirigí sin prisa.

Pov;Harry Judd.

Me desperté, el sonido molesto de la música de mi hermana retumbaba en mi habitación.

Me asomé por el marco de la puerta.

-¿Quieres apagar eso ya de una puñetera vez?-dije enfadado y escupiendo las palabras.

Mi madre pasó con el cesto de la ropa sucia y me miro.

-¡Harry! No digas palabrotas- dijo riñendome.

Refunfuñe- Lo siento, pero ¿puedes decirle a Katherine que baje la música?

Mi madre asintió y se dirigió al cuarto de ésta. Al momento el sonido ya no se apreciaba desde mi habitación. Cerré la puerta y de nuevo me eché a la cama pero ya no conseguía dormirme.
Miré la hora: doce y cuarto del mediodía. ¿Y que hacía yo a estas horas?
Suspiré y me levanté de nuevo.

Decidí darme una ducha y después ya elegir que hacer en el día.
Mientras estaba en la ducha, pensé en llamar a Hayley. Aunque habíamos quedado para la tarde, supongo que podríamos quedar para comer ¿no?. Además, yo la tenía que decir algo muy importante.

Salí del baño con una toalla atada a mi cintura y vi a Kat apoyada en el marco.

-Buenos días hermanito-dijo apartándome para pasar al baño.

-Buenos días para ti-respondí refunfuñando y yéndome a mi cuarto a vestirme.

Me puse unos vaqueros caídos, donde se podían ver mis calzoncillos negros, aunque mi padre no lo aprobara yo iba a seguir poniéndome pantalones caídos.
Me puse una camiseta negra básica y bajé a desayunar.

Me serví un boll de cereales y lo comí de pie encima de la encimera.

-¿Qué haces?-me pregunta mi madre cargada de cajas.

-Desayunar- respondo con la boca llena.

-Harry...es muy tarde.

Me encojo de hombros.
Termino, paso por su lado y la doy un beso en la mejilla que ella responde con una sonrisa.
Me voy al garaje y entró en la habitación insonorizada que hay al lado de ésta.
Me dirijo hacía mi batería y me siento tras ella, pongo un CD en la mini-cadena y corro a sentarme en la butaca que hay detrás de la batería y cojo mis baquetas.
Empiezan los primeros compases y con ellos mis primeros toques a la batería.
Llevo un año ya tocándola y cada vez que la toco me gusta más. Antes solo era un hobby, una afición, ahora se ha vuelto mucho más que eso.
Quiero llegar a ser de los mejores baterías. Y ahora que puedo, no voy a desaprovechar la situación.

Ya tenía decidido marcharme a Londres a buscar trabajo o castings, ahora, después de este verano depende todo.

La canción termina y no me he dado cuenta que mientras pensaba todo esto había ido tocando. Dejo las baquetas de nuevo en su sitio y saco el CD y lo vuelvo a meter en su sitio.

Subo arriba y busco el teléfono de casa,llamó a Hayley.

-¿Si?-contestó su voz.

Sonreí.-¿Hayley?

-Si.

-¡Soy Harry!

-Oh, Harry...¿hasta la tarde no habíamos quedado, no?

-Esto...si...pero...he pensado que podíamos quedar para comer.

Silencio. Y temo haber estropeado todo hasta que oigo su voz.

-No puedo, lo siento.-susurra.

-¿Por qué susurras?

-Es que... aquí no se puede hablar alto.

-Pues...¿donde estas?-pregunto curioso.

-Esto....en el hospital.

-¿En el hospital?!-preguntó alarmado- ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?

-Si,si. Estoy bien Harry- esas palabras me alivian, pero todavía no sé porque estas ahí- Espera, ¿tienes algo que hacer ahora?

-No.

-¿Puedes venir y te lo explico?

Sonrío inconscientemente.

-Por supuesto. En dos minutos estoy allí.

-Vale, adiós Harry.

-Hasta luego.

Me despido y dejo el teléfono encima de la encimera.

Me dirijo al jardín trasero donde mi madre está plantando algo.

-¡Mamá!-gritó para que me oiga, ella se da la vuelta y me mira- No creo que venga a comer ¿Vale?

Ella asiente y sonríe.
Me despido con la mano y cojo las llaves del coche antes de salir.

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