sábado, 30 de abril de 2011

Capitulo diecisiete.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

''Today is gonna be the day
That they're gonna throw it back to you..''

El sonido de mi móvil nos interrumpió.
Me separé de él para cogerlo y vi en la pantalla el nombre de Mary-Kate.
Descolgué.

-¿¡Donde estás?!-pregunta alarmada.

-Acabo de salir del Hospital...¿Por qué? ¿estas bien? ¿ha pasado algo?-inquiero asustada.

Ella suspira aliviada- No, no, al contrario, creía que te había pasado algo a ti.

Sonrío- No, tranquila. Es que he comido fuera, nada mas.

Harry tose tapándose con la mano pero aún así Mary-Kate le oye.

-¿estas sola?-pregunta curiosa.

Miro a Harry sonriente- No, estoy con... Harry.

Él sonríe y se pone a mi lado, pasando su brazo por mi cintura.

-Uuuuuuuuuuuuy-exclama alargando la 'U'- ¿Con Harry eh? ¡A ver que haces pillina!

Harry debe de haberla oído, porque empieza a reírse de una forma nada disimulada.
Yo avergonzada respondo.

-¡Que dices! Anda, deja de pensar guarradas-Harry aumenta su risa y yo me río con él-¿Has comido?-pregunto a Mary-Kate cambiando de tema.

-Si,si, tu cámbiame de tema...-río de nuevo- Pero que sepas que cuando vuelvas, si vuelves...-deja esas palabras en el aire y vuelve a su comentario- me vas a contar todo.

-Si,si. Entonces, has comido ¿no?-pregunto de nuevo sin hacerla caso.

Ella gruñe- Si.

-Pues... no sé, ahora iré, supongo- miro a Harry y él me mira-Bueno, no sé, ya lo hablaremos- Harry sonríe y vuelve a mirar al horizonte- Invita a Erick si quieres.

-¿Seguro? Si tu padre dijo...

-Ya, pero no vas a estar sola ¿no?

-Vale. Gracias.

-No tienes por que darlas- admito.

-Pásatelo bien, pero te quiero en casa pronto eh-me advierte como un mayor.

Río- Que si, que si, adiós.

No le doy tiempo a que responda y cuelgo guardando de nuevo el teléfono en mi bolsillo.

Harry vuelve a su posición de antes, juntando su frente con la mia y me besa en la comisura del labio dulcemente.

-Ven-me indica mientras tira de mi brazo.

Sonrío y le sigo detrás, hasta que llegamos a la punta del mirador, que está un poco más elevada que el resto. En él hay un arbol bastante grande y crecido. Harry se acerca a su ancho tronco y saca las llaves del coche.

-¿Qué haces, Harry?-pregunto asomando la cabeza por su hombro para ver mejor el tronco en el que ahora con las llaves está tallando algo.

Termina de escribirlo y lo tapa con una mano. Me mira por encima del hombro y sonríe- He tallado este día en el árbol. Ahora, este árbol nos pertenece, a los dos. Como pareja.-quita las manos y encuentro una fecha rodeada por un corazón:''8-6-2002''. Me acerco a ello maravillada y toco la corteza del árbol con las yemas de mis dedos. Noto el relieve que han echo las marcas al pasar la llave por ella y sonrío.-¿Te gusta?-pregunta Harry agarrándome por la cintura y apoyando su barbilla en mi hombro.

-Me encanta- concluyo dándome la vuelta en sus brazos y de nuevo le vuelvo a besar.

Bajamos de nuevo en silencio con cuidado de no resbalarnos y en una de las ultimas bajadas, noto como una zarza que no he visto se clava en uno de los descosidos de mi pantalón. Reprimo un grito y me miro la pierna, he intentado seguir andando sin darme cuenta que se me había clavado y ahora tenía los pinchos hundidos en mi piel. Me paro, y me intento sacar los pinchos de golpe pero eso me hace más daño aun y esta vez si que grito de dolor.
Harry oye mi grito y se da la vuelta preocupado, nota que no estoy con él y vuelve a subir esta vez más rápido.
Llega hasta mi posición y se acerca a mi.

-¿Qué pasa? ¿Por qué has gritado?-miro hacia mi pierna de la que empieza a salir un liquido rojo- Oh, vale, no pasa nada, quítate uno a uno.

Tragó saliva y mojándome los dedos de sangre quito los pinchos uno a uno, aunque duele, no lastima tanto como quitarlos todos de golpe.
Cuando consigo soltarme de todos ellos, me siento en el suelo con la pierna dolorida. Harry no piensa dejarme ahí y me coge en brazos.

-¿Qué haces?-le pregunto a la vez que él empieza a andar.

-No pensarás que te voy a dejar desangrándote ¿no?-pregunta mientras hace el esfuerzo de bajarme.

-Primero, solo es una pequeña herida y segundo, Harry, peso mucho, nos vamos a caer.

Harry para y me mira.Niega con la cabeza y sigue andando.
Me río ante su tonta reacción y al fin, hemos vuelto al viejo parque.
Cuando ya siento que Harry anda sobre una superficie plana le obligó a que me baje, pero él me hace caso omiso y me lleva hasta el aparcamiento donde está su coche.
Llegamos, lo abre con una extraña maniobra sin soltarme y abre la puerta del copiloto para sentarme. Me sienta y me examina la herida.

-En serio Harry, no es nada...-le digo en un intento de tranquilizarle.

-Vamos a mi casa y te curo mejor la herida ¿te parece?-No le veo inconvenientes. Pero el simple hecho que me lleve a su casa y estén sus padres.... y sobre todo, su padre...Harry, vuelve a ver la duda en mis ojos como él solo sabe hacerlo y prosigue- Tranquila, mis padres hoy estarán en su cena de cada sábado con los vecinos.

Asiento más tranquila y tras un fugaz beso en los labios, cierra mi puerta para después rodear el coche y meterse en el asiento del conductor.

Capitulo dieciséis.


Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Andamos por un gran paseo donde los arboles nos arropaban con sus grandes mantos y tapaban a un sol ya tímido que se escondía detrás de nubes grises.
Mientras andábamos a paso lento, mi cabeza estaba apoyada en su hombro y él no hacía ademán de quitarla.

-¿Tienes hambre?-me susurró.

Sonreí- Un poco...

-¿Qué te apetece comer?

-Una hamburguesa.

Volteó la cabeza con una sonrisa en su boca y rió.-Esta bien, una hamburguesa.

Andamos de nuevo hasta el aparcamiento donde se encontraba su viejo coche y nos montamos. Tras un molesto sonido del coche, éste arranco y en silencio nos dirigimos hasta una vieja hamburguesería.

-¿La conoces?- inquiere Harry mientras quita las llaves del contacto.

-Si-respondo- solía venir con... mi hermana.

Él asiente, y sé que cree que no debería de haber preguntado. Me acerco a él y le rodeo el torso con mis brazos.

-Harry- susurro, él quita los ojos de enfrente y baja la mirada hasta mi cara- No te sientas mal, no quiero que te sientas mal. Te lo he contado por que he querido y punto.No puedes evitar decir cosas que me recuerden a ella, en realidad, todo me recuerda a ella. Pero ya me he acostumbrado a su ausencia. No quiero que dejes de decir cosas por miedo a recordarmelo ¿vale?.

Él asiente y me da un beso en la cabeza. Noto como aspira el olor de mi cabello y me aparta levemente con una sonrisa para bajar del coche, rodearlo y abrirme la puerta para salir yo. Se lo agradezco con una sonrisa y bajo.

Nada más entrar por la puerta un olor a grasa me inunda las napias y hace que mi boca se vuelva agua. Inhalo otra vez y siento más apetito. Nos sentamos en una mesa alejada de la puerta como en el otro bar y Harry comienza a hablar.

-Así que, ¿Sabes tocar la guitarra?-inquiere mirando la carta.

-Si, la toco desde pequeña. Tú también sabes ¿no?

Levanta la vista de la carta y me la tiende- Toma, yo ya se lo que voy a pedir.-se la cojo de entre las manos y miro las opciones- Y sí, también sé. ¿Sabes tocar algo más?

Levanto la mirada de la carta sabiendo ya que elegir y asiento- El piano.¿Y tú?

-La batería.

Me sorprendo y mis ojos deben de haberse abierto porque Harry ahora se está riendo.

-¿Qué?-pregunto.

-¿Te has sorprendido?-inquiere todavía riendose.

-Si..bueno...-admito avergonzada- No conozco a nadie que la toque.

-Yo llevo un año.

Le sonrio y una amable señora mayor viene a tomarnos nota. Después de pedir cada uno su comida volvemos a la conversación. Esta vez, iniciada por mi parte.

-¿Me enseñaras un día?-le pregunto mientras sorbo por la pajita de mi vaso.

Sonríe- Claro.

La señora vuelve esta vez con nuestros respectivos platos. Y sonrío al ver mi apetecible hamburguesa, su olor llega hacía a mi. Y me hace la boca agua.

Tras estar comiendo con la risa de acompañante en toda la comida. Salimos y damos una vuelta por los al rededores, nos paramos en un parque viejo y nos sentamos en los columpios.

-¿Sabes?-pregunta sin querer recibir una respuesta a cambio- Ayer, fue una de mis citas preferidas. Yo diría que.. la primera de todas.

Sonrío y le miro mientras me balanceo- ¿Tienes una lista?- río y él acompaña mi risa.Asiente y de nuevo pregunto- ¿Y cual es la segunda?

-Esta.

Alzo una ceja- ¿esto es una cita?

Él frunce el ceño y mira al suelo, tras meditarlo se encoje de hombros y yo río.

-¿Y la tercera?-inquiero de nuevo.

-¿Me concedes una tercera?

Siento como mis mejillas se tornan de un rojo llamativo y escondo la cara bajando la mirada.

-Si-asiento sonriendo.

Estamos en silencio balanceándonos con el ligero viento hasta que Harry se levanta y me tiende la mano.

-Ven.

Le miro- ¿A donde vamos?-pregunto mientras aferro su mano contra la mía.

-Ya lo verás-responde con una sonrisa pícara y me lleva junto a él.


Andamos a través del antiguo parque y me lleva detrás de unos matorrales. Empiezo a impacientarme y él lo nota.

-Ey, tranquila...-dice acercándose a mi- Solo te voy a enseñar una cosa.

Su sonrisa me calma y le hago caso. Resulta que detrás de ellos hay unas escaleras mal echas y casi destruidas que suben por el pequeño monte que tengo en frente. Subimos mientras esquivamos ramas de arboles y zarzas.
Ascendemos más y más. Noto que ya estamos muy lejos del parque, del aparcamiento y de la hamburguesería. Ya no se oye a los coches pasar, solo hay ruido de pájaros y pequeños animales que corretean entre las ramas haciéndolas crujir.

Avanzamos hasta la parte más alta y Harry se pone detrás mio, tapándome con sus manos los ojos e impidiéndome la visión.

-¿Qué haces Harry?-pregunto temerosa por resbalarme y caerme.

-Chssss-me susurra en el oído y hace que mi piel se erice- déjame llevarte.

Asiento levemente con la cabeza y seguimos andando. Ahora el suelo ya no es barro, es suelo de baldosa, lo noto bajo mis pies. El aire se ha intensificado aunque no hay viento y ya no rozo ninguna rama de ningún árbol.
Me apoya contra unas barandillas metálicas en las que yo me agarro con las dos manos y noto como su manos bajan de mis ojos hasta mi cintura, apoya su barbilla en mi hombro y suspira.
Abro lentamente los ojos y me encuentro con un paisaje fascinante.

Nos encontramos en un mirador, desde el que puedo ver todo Chelmsford, y juraría que a lo lejos, en el horizonte veo la bahía.

-Wow-articulo- Harry, esto es precioso...-no puedo apartar la vista del paisaje.

-Lo sé. Venía aquí de pequeño con mis hermanos y mis padres... A veces, me escapo y vengo aquí a pensar.-Noto como respira. Su aliento se cuela en el hueco de mi oreja haciéndome cosquillas y su pecho se hincha y se deshincha en mi espalda, mientras, sus manos rodean mi cintura atrayéndome a él.-Te quería decir algo importante Hayley.-quito mi vista del paisaje unos minutos y giro un poco mi cara hacia la derecha para verle desde el rabillo del ojo- Pero para mi es difícil, y me gustaría que no me interrumpieras- asiento y vuelvo a mirar al horizonte.
Desde que te vi, la otra tarde.... supe que eras especial, y en cierto modo lo eres. No he conocido a chica igual que tú, y aunque creas que es difícil e incluso imposible. Puedo decirte con total seguridad que...que...me has enamorado- dejó caer esas palabras. Como si pesaran y después respiro hondo. Noté como el aire que respiraba me lo quitaba a mi, yo también lo necesitaba, me había quedado sin habla. No podía creer lo que me estaba diciendo. Me giró por mi cintura y me hizo quedarme en frente a él. Le mire a sus ojos azules que ahora brillaban y prosiguió- Hayley, ¿quieres salir conmigo?-preguntó al fin.

Sentí su respiración agitada y nerviosa esperando una contestación positiva. No pude evitarlo y junte nuestros labios. Le agarré de la camiseta y le atraje a mi.
Él levanto una mano queriéndome acercar a él por la nuca, pero la bajo y prefirió agarrarme por la cintura. Nos apoyamos en la barandilla y nos besamos jugando con nuestras lenguas.

Se separo de mi escasos centímetros y miró mis labios-¿Y bien, eso es...?

-Un sí. Eso es un si- admití aliviada, mientras volvía a juntar nuestros labios notando como él sonreía.

viernes, 29 de abril de 2011

Capitulo quince.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Cruzamos la calle despacio, sin prisa. Llegamos hasta una bar/cafetería, no es nada especial, pero en estos momentos es perfecto.
Apenas había gente, indicamos que queremos comer y nos llevan a una mesa lo más alejados de la entrada. Me siento en frente de Harry en un banco de madera y miro distraída por el ventanal que tengo a mi derecha.
No me gusta que me vea así, no quiero estar distante con él, pero no puedo evitarlo. No debería de haber aceptado que viniera al hospital. Aunque ha ayudado mucho a Ashley, eso no lo puedo negar.

Harry carraspea. Eso es signo que quiere hablar, pero yo no creo estar preparada para ello y sigo mirando por la ventana, apoyada en mi mano.

-Hayley... no voy ha hacerte hablar. No, si no quieres. Sé que esto no te ayuda. Pero...si algún día quieres hablar, si me lo quieres contar... Yo voy a estar disponible-le miro- No solo con esto, con todo. Quiero que tengas presente que siempre voy a estar cuando me necesites-noto su mano junto a la mía y asiento.

Harry suspira, como si se hubiera aliviado al decir esas palabras y mira la carta.
Me siento obligada. Me siento obligada a contárselo, a contarle la historia y quiero hacerlo, pero tengo miedo a todo. A que en realidad me diga que va a estar apoyándome y no lo haga. Tengo miedo a su reacción o si no quiere saber nada más de mi.

Le miro y él nota mi mirada en la suya. La levanta y estamos mirándonos sin decir nada, hasta que dejo escapar de mi boca un suspiro.

-Quiero hacerlo.-Abre la boca para contestar pero le interrumpo- Quiero contarte la historia.

-Espera, primero vamos a pedir algo de beber.

Asiento, me parece una buena idea, no tengo hambre ni sed. Pero me vendría bien una tila.

Después de tener nuestras respectivas bebidas, yo una tila y él una coca-cola, prosigo.

-Solo te quiero pedir una cosa Harry, que no me interrumpas.-él asiente y continúo- Tenía una hermana, se llamaba Nichole -al decir aquel nombre cierro los ojos fuerte, no puedo permitirme llorar ahora, los vuelvo ha abrir y veo a Harry mirándome con sus ojos azules- En diciembre cumpliría los 20. Ella me enseñó todo lo que puedo saber. Un día, cuando tenia apenas mi edad, le dieron una noticia, que ya nos esperábamos en cierto modo debido a sus síntomas. Tenía leucemia -mi voz se carraspeo y de nuevo cerré los ojos, sentía que Harry me quería tocar, se quería acercar y abrazarme, pero sabía que si lo hacía ahora no le contaría la historia- la dieron dos años de vida. los primeros meses los pasó bien. A partir del sexto mes, empezaba a tener los claros síntomas de leucemia aguda: Decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, disminución de peso, fiebre que dura varios días, escalofríos, le sangraba la nariz sin motivo, moratones sin haber recibido ningún golpe, palidez...etc-los dije todos de carrerilla, como si me los hubiera estudiado, y en cierto modo era así, yo tuve que sufrir con ella todo aquello- Un día, llegué a casa después del instituto y cuando subí a su habitación la vi desmayada en el suelo. Me acerqué a ella, y su corazón iba lento, muy lento -me moje los labios que tenía secos y proseguí a duras penas- la llevamos a este mismo hospital, y la ingresaron. Dijeron que ahora, definitivamente se tenía que quedar en el hospital, ya no la podíamos cuidar en casa. Puesto que necesitaba atención las 24 horas del día. Iba a mejor, yo creía que iba a mejor, aunque no dejaran, intentaba venir todas las tardes, algunas veces las enfermeras se saltaban la norma y me dejaban pasar a verla, la veía más animada. Hasta que un sábado, hablé con ella, me dijo que no quería aguantar más, que no tenía fuerzas -noté de nuevo un liquido bajando por mi mejilla y terminaba en mi barbilla- Yo tampoco la veía realmente bien, aunque me hubiera encantado seguir con su voz cada mañana al despertarme, las dos sabíamos que esto iba a terminar más pronto de lo que los médicos pensábamos. Después de aquel día, fui a casa y estuve toda la tarde y noche llorando. Al día siguiente, temprano por la mañana, llamaron del hospital, Nichole había caído en coma sin motivo aparente. Era normal que cayeran y salieran de él sin motivo alguno, aunque cabía la posibilidad que no volviera a despertarse debido a su ya avanzada enfermedad. Esperamos días, semanas e incluso meses. Pero en uno de esos días, el ritmo ya bajo de su corazón se ralentizó más, su cuerpo no lo aguantó y....murió- al decir esta ultima palabra noté como mi cuerpo, mi cabeza y mis extremidades pesaban. Yo, pesaba. Como un inútil saco de patatas. Puse mis brazos en la mesa y dejé caer mi cabeza a ellos sollozando como hacía tiempo que no lo hacia.

Noté unos brazos pasando por mi cuerpo y al momento un cuerpo estaba junto con el mio, también con la respiración agitada. Metí mi cabeza sin permiso en su pecho y solté todas las lagrimas que había guardado para mi sola desde entonces.
Él paso su mano por mi espalda, intentando tranquilizarme, sin ningún éxito, pero aún así no se rendia.
Tragué saliva a la vez que moqueaba y levanté la cabeza por encima de la barbilla de Harry para mirarle a los ojos.
Sus ojos azules estaban acuosos y al entrelazarse con los mios no pudieron evitar soltar una chispa. Cogió su manga de la chaqueta, se tapo el puño con ella y me limpio todas las lágrimas de mi cara, a continuación cogió una servilleta de papel y me la tendió. Se la cogí con mucho gusto y me soné los mocos (buah, que palabra más fea).
Me eché hacía atrás, rendida y Harry se acerco otra vez para rodearme con un brazo.

-Ahora, todos los sábados, visito a los niños con leucemia avanzada como Ashley-proseguí aunque sabía que ya Harry no me obligaba a nada- apenas tiene ocho años y le han dado menos de seis meses de vida... Aunque esperaban que durara menos, yo siempre he tenido fe y espero que dure mucho más-note que una mano de Harry se entrelazaba con la mía y me daba su apoyo.

No sé exactamente cuanto tiempo estuvimos así, los dos callados mirando a un punto fijo, sumidos en nuestros propios pensamientos, alejados posiblemente del mundo que nos rodeaba pero muy cerca de lo que pensábamos cada uno.
Cuando yo termine mi tila, más tranquila y Harry su coca-cola.
Salimos a paso lento del bar.
No me había soltado ni un momento del agarre suyo y no pensaba hacerlo.
Nos dirigimos hacía un parque y nos sentamos en un banco libre en frente del típico estanque de patos.

-Se que no te puedo decir nada que ya sepas-empezó a hablar Harry- se, que aunque te diga que no fue tu culpa la enfermedad de tu hermana Nichole, lo vas a dar por hecho que si. Aunque en el fondo, tu también sabes que no lo es. Estas cosas pasan Hayley-rozó su mano con la mía y sentí un leve escalofrío- cada día, miles y miles de personas sufren enfermedades que les hacen debilitarse, que les afectan y afectan a sus familiares. Sé que no soy nadie para decirte que te comprendo. Por que aunque quisiera, no lo hago, lo hago, pero nadie sabría tan bien como tú lo que es sentir el dolor que alguien al que quieres se está yendo cada día más y no puedes hacer nada para pararlo. Pero lo único que si se, es que estas haciendo un gran trabajo con Ashley y los demás niños que ayudas. Por que no lo haces por obligación, te sientes bien haciéndolo y se te ve. Los ayudas mucho aunque no creas que lo suficiente, y hoy, yo lo he podido comprobar. He podido ver como haces reír a una niña de apenas ocho años, con leucemia, que tiene que estar 24 horas del día metida en un hospital, sin recibir visitas salvo los sábados.
Y cuando los sábados llegan, ella se alegra por estar viviendo.
Siento no poder decirte nada más Hayley...es lo único que puedo decirte y realmente espero que te ayude, porque como bien te he dicho yo voy a estar aquí siempre.-finalizó y me miro.

Nuevas lagrimas recorrían mi rostro, pero esta vez de emoción, nadie, jamás, me había dicho algo acerca la muerte de mi hermana que me hubiera echo sentir bien. Harry, se podía sentir orgulloso, él era el primero.
Me acerqué a él y acortando las distancias le bese en los labios con melancolía. Añoraba sus besos en esos momentos. Él lo siguió sin ninguna pega y pasando su mano por mi nuca me acercó más a él.

Me sentía bien, estaba bien. Por una vez en mucho tiempo, notaba que alguien me comprendía.

Capitulo catorce.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Harry me había llamado, aunque no quería responder, tuve que salir de la sala y coger la llamada

Después de decirle que viniera al hospital, volví a la habitación con Ashley.
Al verme, volvió a sonreír y a quitar su mirada de la pequeña televisión.

-Lo siento peque-me disculpé sentándome en el sillón que podría tener mi nombre.-Me ha llamado un amigo.

Ella sonrió- ¿Un amigo o tu novio?

Me reí-¿Pero como puedes ser tan mala?-pregunté y me acerqué a ella, haciéndola suaves cosquillas en los costados.

Ella empezó a revolverse y me separe por si acaso.

-Ey, cuidado, haber si te vas a quitar el gotero- se lo coloqué bien y la mire.

-Hayley.

Me acerqué a ella más-Dime cielo.

-¿Un día puedes traer la guitarra y me enseñas?

Sonreí. Aunque en realidad lo que quería era llorar, me dolía. Me dolía que no pudiera salir de aquella habitación. Y también me dolía que ella y millones de niños más estuvieran en esa situación, sin que yo no pueda hacer nada. Aunque los médicos ya decían que hacía bastante consolándolos cada sábado desde las diez de la mañana, yo sabía que no era suficiente.

-Pues claro-contesté y la acaricié aquel pañuelo rosa que ya se había convertido como en una parte más de su cuerpo.

-Ejem-tosió- lo siento, ¿interrumpo algo?-pregunta una voz ligeramente familiar.

Me doy la vuelta y me encuentro a Harry apoyado en la puerta. Mirando alternativamente a Ashley y a mi.

-Oh no, claro que no Harry, entra- le ofrezco, pero en realidad tengo miedo a su reacción.

Ashley está mirando la televisión pequeña de aquel cuarto que siempre está encendida, día y noche y mientras me coge la mano.

-¿Y quién es esta niña tan guapa?-pregunta mirando a Ashley.

-Harry, esta es Ashley, Ashley, este es Harry, un amigo-les presento.

Ashley quita la mirada de la televisión y mira a Harry sonriente. Éste no deja de sonreír y de mirarla a los ojos.
Sonrío.

-Encantada Ashley- dice acercándose a ella y dándola dos besos- ¿Sabes? Creo que tienes un nombre de princesa, bueno... viéndote a ti ¿que otro nombre podrías tener? Pareces una verdadera princesa.

Ashley sonríe y sus ojos se iluminan, me alegro de verla así. Siempre las visitas son bienvenidas si son como las de Harry.

La verdad es que Harry me ha impresionado, llevamos hora y media hablando sin parar, donde no ha salido ningún tema de conversación incómodo, Ashley no ha dejado de reír y yo no he podido evitar soltar alguna carcajada de vez en cuando. Harry la está ayudando mucho inconscientemente.
Es la hora de las despedidas, aunque me encantaría llevármela conmigo.

-Ashley, cariño, es la hora...

-Jo, ¿ya?-se queja.

-Ey, pequeña, no pasa nada, si quieres mañana podemos venir...-contesta Harry calmándola.

Le miro, ha metido la pata, pero sin querer- Harry... mañana no permiten visitas, no a esta planta, hasta el sábado que viene nada.

Harry frunce el ceño y sabe que ha metido la pata, pero sonríe de nuevo.

-Bueno, no pasa nada, la próxima vez vuelvo ¿vale? Solo si la princesa quiere...claro.

Ashley vuelve a sonreír- ¡Yo si quiero que vuelvas!

Río-Oh,¿ me reemplazas por él?-pregunto, imitando que estoy dolida.

-No,no-niega- ¡quiero que vengáis los dos! Y tu, Hayley, con la guitarra.

Me acerco a ella sonriendo y la beso en la frente con cuidado- Por supuesto.

-¡Yo también puedo traer la mía!-exclama Harry.

-¡Vale! Así los dos me enseñáis.

Miro a Harry y él sonríe. -Por supuesto.

Harry se despide de ella y empiezan una pequeña guerra de cosquillas, yo me río mirando la situación en la que están, pero una enfermera viene y nos advierte que deberíamos irnos ya. Los dos asentimos, nos despedimos de nuevo de Ashley y salimos de la habitación.

Entramos en el ascensor y Harry pulsa el botón 0. Ahora es cuando suelo desmoronarme y me alegro que Harry este al lado mio.
Me acerco a él en cuanto las puertas se cierran y él viendo mis intenciones, abre sus brazos, yo, no los rechazo y me aferro a él. Como si fuera el único que me puede entender.
Me oprimo contra su pecho y dejo escapar unos leves sollozos, cerrando fuerte mis parpados para que ninguna lagrima se digne a recorrer mis mejillas. Pero es demasiado tarde, noto como varias lagrimas terminan su recorrido en mi boca dejando un leve sabor a sal.
Harry me acerca más a él, -si es posible- y me besa la cabeza con cuidado.

Las puertas se abren y me aparto ligeramente de él para salir, pero, pasa un brazo por encima de mi hombro y me junta a el.
Huelo su perfume y me alegro que no haya dicho nada en todo el trayecto.

Capitulo trece.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Mi despertador sonó a las 9 en punto, tenia sueño, pero como cada sábado, no podía faltar. Lo apagué, lo más rápido que pude para que Mary-Kate no se despertara, y no lo hizo. La miré, estaba realmente graciosa, tenia una pierna por fuera de la manta y en cambio, estaba tapada hasta las orejas. Me reí en silencio y me levante, me duche y me vestí normal. Me puse una camiseta de cuadros desabrochada con una de tirantes debajo y unos vaqueros claros con rotos. Unas converse rojas y me peiné el pelo ondulado.

Antes de salir de la habitación deje una nota a Mary-Kate, avisándole que llegaría después de comer, como cada sábado y que si me quería encontrar ya sabía donde iba a estar.

La di un beso en la cabeza que ella apenas notó y sonriendo salí de la habitación.
Bajé abajo y me encontré a Claire planchando en el salón de estar.
Hoy, preferí no desayunar en casa y desayunar en la cafetería de allí. Aunque el desayuno no era muy bueno, aquel día tenía que hacer muchas cosas.

Salí con las llaves en la mano y me dirigí sin prisa.

Pov;Harry Judd.

Me desperté, el sonido molesto de la música de mi hermana retumbaba en mi habitación.

Me asomé por el marco de la puerta.

-¿Quieres apagar eso ya de una puñetera vez?-dije enfadado y escupiendo las palabras.

Mi madre pasó con el cesto de la ropa sucia y me miro.

-¡Harry! No digas palabrotas- dijo riñendome.

Refunfuñe- Lo siento, pero ¿puedes decirle a Katherine que baje la música?

Mi madre asintió y se dirigió al cuarto de ésta. Al momento el sonido ya no se apreciaba desde mi habitación. Cerré la puerta y de nuevo me eché a la cama pero ya no conseguía dormirme.
Miré la hora: doce y cuarto del mediodía. ¿Y que hacía yo a estas horas?
Suspiré y me levanté de nuevo.

Decidí darme una ducha y después ya elegir que hacer en el día.
Mientras estaba en la ducha, pensé en llamar a Hayley. Aunque habíamos quedado para la tarde, supongo que podríamos quedar para comer ¿no?. Además, yo la tenía que decir algo muy importante.

Salí del baño con una toalla atada a mi cintura y vi a Kat apoyada en el marco.

-Buenos días hermanito-dijo apartándome para pasar al baño.

-Buenos días para ti-respondí refunfuñando y yéndome a mi cuarto a vestirme.

Me puse unos vaqueros caídos, donde se podían ver mis calzoncillos negros, aunque mi padre no lo aprobara yo iba a seguir poniéndome pantalones caídos.
Me puse una camiseta negra básica y bajé a desayunar.

Me serví un boll de cereales y lo comí de pie encima de la encimera.

-¿Qué haces?-me pregunta mi madre cargada de cajas.

-Desayunar- respondo con la boca llena.

-Harry...es muy tarde.

Me encojo de hombros.
Termino, paso por su lado y la doy un beso en la mejilla que ella responde con una sonrisa.
Me voy al garaje y entró en la habitación insonorizada que hay al lado de ésta.
Me dirijo hacía mi batería y me siento tras ella, pongo un CD en la mini-cadena y corro a sentarme en la butaca que hay detrás de la batería y cojo mis baquetas.
Empiezan los primeros compases y con ellos mis primeros toques a la batería.
Llevo un año ya tocándola y cada vez que la toco me gusta más. Antes solo era un hobby, una afición, ahora se ha vuelto mucho más que eso.
Quiero llegar a ser de los mejores baterías. Y ahora que puedo, no voy a desaprovechar la situación.

Ya tenía decidido marcharme a Londres a buscar trabajo o castings, ahora, después de este verano depende todo.

La canción termina y no me he dado cuenta que mientras pensaba todo esto había ido tocando. Dejo las baquetas de nuevo en su sitio y saco el CD y lo vuelvo a meter en su sitio.

Subo arriba y busco el teléfono de casa,llamó a Hayley.

-¿Si?-contestó su voz.

Sonreí.-¿Hayley?

-Si.

-¡Soy Harry!

-Oh, Harry...¿hasta la tarde no habíamos quedado, no?

-Esto...si...pero...he pensado que podíamos quedar para comer.

Silencio. Y temo haber estropeado todo hasta que oigo su voz.

-No puedo, lo siento.-susurra.

-¿Por qué susurras?

-Es que... aquí no se puede hablar alto.

-Pues...¿donde estas?-pregunto curioso.

-Esto....en el hospital.

-¿En el hospital?!-preguntó alarmado- ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?

-Si,si. Estoy bien Harry- esas palabras me alivian, pero todavía no sé porque estas ahí- Espera, ¿tienes algo que hacer ahora?

-No.

-¿Puedes venir y te lo explico?

Sonrío inconscientemente.

-Por supuesto. En dos minutos estoy allí.

-Vale, adiós Harry.

-Hasta luego.

Me despido y dejo el teléfono encima de la encimera.

Me dirijo al jardín trasero donde mi madre está plantando algo.

-¡Mamá!-gritó para que me oiga, ella se da la vuelta y me mira- No creo que venga a comer ¿Vale?

Ella asiente y sonríe.
Me despido con la mano y cojo las llaves del coche antes de salir.

Capitulo doce.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Nos paramos en frente de la gran verja de mi casa.
El coche hizo un sonido y el motor se paró.

Me quede mirando a Harry como quitaba las llaves del contacto. ¿Y ahora qué? ¿Qué debía hacer?
Harry me miró con una sonrisa en los labios y se fijó en mi cara de preocupación.
Se acercó a mi, y me dio un suave beso en los labios.
Aunque yo lo convertí en algo más, se echó para adelante y sin dejar de besarme se desabrochó el cinturón con una mano.
Me eché para adelante y nuestros labios se juntaron más, si cabía aquella posibilidad.

Inició un juego entre nuestras luengas, al que él no quería perder, pero cuando su mano bajo de mi nuca hasta mi hombro y acarició mi brazo. Sentí miedo por lo que podíamos llegar ha hacer y me aparté bruscamente.

Él, se quedó inmóvil mirándome un rato, pero notó que estaba preocupada y se acercó de nuevo a mi, pero para abrazarme. Me aferré a aquellos brazos.

-Lo siento-murmuré.

Harry apartó su barbilla de mi cabeza y me miró- ¿El que sientes?

-A verme apartado así yo...

-Chss-me mando callar y se volvió a juntar a mi, dándome un leve beso en la cabeza- No pasa nada Hayley, simplemente no querías proseguir y ya está. Eres fuerte y te admiro por ello.

Sonreí y me junte más a él, pasando mis dos brazos por sus costados, dándole yo también un abrazo.

-¿Te acompaño hasta la puerta de casa?-susurró de nuevo en mi oreja.

Asentí, se separó de mi y bajó del coche. Me abrió la puerta y salí de aquel coche que olía tanto a él.

Andamos en silencio pasando la verja y llegamos hasta el porche de mi casa, el que ahora estaba encendido por un par de luces apenas nítidas.
Me quede de lado a la puerta mirando a Harry y el me miraba a mi.

-¿Quedamos mañana?-preguntó sin dejarme de mirar a los ojos.Vio la duda en ellos y formuló otra pregunta- ¿Por la tarde?

Sonreí.

-Me parece perfecto.

Harry se acercó a mi, pero cuando me iba a dar un beso me giré y me lo dio en la mejilla.
Me sorprendió que no se sorprendiera con mi reacción.


-Harry-le llame antes que saliera por la verja, él se dio la vuelta y me acerqué a él con paso ligero- Toma mi numero de teléfono móvil- le tendí un papel.

Harry lo cogió, lo miró y sonrió.

Le sonreí y me di la vuelta, rehíce de nuevo mis pasos y antes de entrar por la gran puerta de la entrada blanca. Me dí la vuelta.
Harry salió por la verja, pero antes de entrar a su coche, se volteó y me miró.
Los dos nos despedimos con la mano y sonreímos.

Entre en casa. Las luces del salón estaban encendidas y una maleta rosa grande estaba apoyada en las escaleras.

-Ya era hora- me dijo una voz desde el salón.

Tragué saliva y me dispuse a ver quien estaba en mi casa. Y me encontré a Mary-Kate en pijama, sentada encima del sofá con las piernas cruzadas.
Supliré de alivio.

-Que susto- dije dejando el bolso en una parte del sofá.

-¿Quien era ese chico, eh?-se acercó a mi, poniéndose en el sitio del sofá libre y alzó las cejas.

Sonreí y miré hacia la chimenea- ¿Has puesto la chimenea?

-Sí...es que tenia frío... ¡pero no me cambies de tema!-exclamó y reí.

-Se...se llama Harry.

A Mary-Kate se le encendieron los ojos.

-¿Estas saliendo con él?-se apresuro a preguntar.

-¿Me has estado observando todo el tiempo?-contesté con una pregunta.

Mary-Kate frunció el ceño y abrió la boca para contestar.-Primero, solo cuando os habéis besado en el coche, cuando te ha besado la mejilla en el porche y cuando le has dado tu numero de teléfono.

-¡Mary-Kate!-exclamé levantando las manos- ¡Has visto todo!

Ella rió - Y segundo -prosiguió- No me cambies de tema. ¿Estas saliendo con él?

Me mordí el labio nerviosa.

-¿Estas saliendo con él si o no?-inquirió de nuevo mas nerviosa que yo.

-Pues la verdad.... no lo sé. Hasta hoy no hemos tenido nuestra primera cita y...-un grito de Mary-Kate con un salto me interrumpió.

-¡Oh dios mio!-exclamó- eso es precioso. Y le gustas, se le ve en los ojos. Por cierto-dijo volviendo a levantar las cejas- Esta muy bueno...

-Mary-Kate...-dije avergonzada y dándola un codazo.

-¿Qué? Yo solo digo la verdad.

Me levanté del sofá negando con la cabeza y me dirigí a mi cuarto.

-¿Donde vas? ¡No huyas de mí!-me grito desde el salón.

-¡Solo voy a cambiarme de ropa!-exclame riéndome mientras subía las escaleras.


Subí las escaleras notando como mis pies pesaban. Entré a mi cuarto y dejé el pequeño bolso encima de la mesilla de noche.
Me quité la ropa, la apoyé en la silla y me puse un pijama de verano, el ambiente en mi casa era caluroso.
Mientras me despeinaba en el baño y me volvía peinar puse Busted. Sonando con una de sus primeras canciones y covers que ellos hacían.

Mary-Kate interrumpió el momento en el que James empezaba a cantar.

-¿Qué haces?- pregunté mientras me acercaba a encender la música de nuevo.

-¿Por qué escuchas este grupo?-preguntó sentándose en el borde de la cama.

Rodé los ojos y vi que ya había subido su maleta.

-No sé, por que me gustan supongo.

-¿Pero te gustan como cantan o el tío bueno.?

Suspiré, ella nunca lo entendería.
Deje el peine encima del lavabo y me senté en el borde de la cama con ella.

-Por supuesto que me gusta el ''tío bueno''-dije marcando las comillas con mis dedos- Que por cierto, se llama James- Mary-Kate suspiró- Pero también me gusta Matt y Charlie, no sé, me gusta el conjunto. Las pocas canciones que tienen y...

-Que están muy buenos-interrumpió Mary-Kate.

Reí y resoplé.

-Sí, eso también...

Mary-Kate rió y se acomodó en la cama.-¿Cuantos años tenía el James ese?

Sonreí- En Septiembre cumple los 19-suspiré.

-¡Hayley!-exclamó.

Me asusté y pegué un bote.

-¿Qué?!-exclamé yo también.

-¡Tu apenas tienes los 17!

Puse los ojos en blanco- Ya lo sé ¿vale?-Mary-Kate rió.- pero en verano los cumplo...

-¿Y qué?, aun así él es muy mayor para ti.

-por dos años...

Ella se rió y yo cogí un cojín de mi cama para darla.
Empezamos una pequeña pelea de cojines hasta que las dos nos cansamos y terminamos tumbadas en mi cama exhaustas.

Yo ya sabía que me llevaba dos años, siempre bromeaba en que algún día saldría con él, por dios. Era James Bourne. Claramente estaba fuera de mi alcance, él ahora vivía en Londres, y yo vivía en Chelmsford. Él era famoso y yo... simplemente era una chica normal, de pueblo. Sin grandes aficiones.

Capitulo once.


Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


La cola avanzó hasta que llegó a nuestra posición.

-Solo dos- dijo un chico joven al ver pasar a los cuatro en dirección a la cabina libre.

Yo miré a Harry que tampoco se lo esperaba.

-¿Solo dos?-preguntó Harry.

-Si, esas son las reglas.

Era una situación un poco incómoda, era Harry y yo juntos.

-Venga tio.-dijo Jack dirigiendose a Harry.Harry se dió la vuelta para mirarle y vió que estabamos formando una cola.-Subir vosotros dos, nosotros iremos a la siguiente.

Harry asintó y yo me acercé a su brazo para seguirle hasta la cabina.
Nos montamos y la noria empezó a dar vueltas en sentido horario.
Me acerqué a la cristalera y miré todo Chelmsford, la verdad, es que aquella noche estaba muy bonita.
La luna estaba a lo alto, y aunque no era uno de sus mejores dias y era pequeña, relucía. No habia nubes, no había nada que la tapara.
Me di cuenta que estaba formando un silencio incómodo cuando Harry carraspeó y se acerco a mi lado.

- Hoy esta realmente bonita la luna ¿verdad- Preguntó.

Sonreí.

-Si.. verdaderamente lo está.

Ya no me sentia incómoda, era una situación agradable. El silencio era agradable.
Giré la cabeza y le mire. Él se dió cuenta de mi observacion y también me miro.

Lo primero en lo que me fijé fueron esos enormes ojos azules que miraban los mios fijamente, seguí bajando la mirada hasta su nariz, perfecta. Bajé más y me encontré con sus labios y una leve sonrisa instalada en ellos.
Eso me hizo sonreir, y mientras él miraba mis ojos y yo alternaba la vista entre sus ojos y su boca, la noria paró, haciendo que nos quedaramos en una de las posiciones más altas.
La luna reflejaba sus rayos sobre nosotros y el sutil viento balanceaba ligeramente la cabina.
Nos fuimos acercando, los dos, instintivamente. Las distancias se acortaban, su agitada respiración se encontraba ahora en mi, haciendo la mia más agitada aun.Nuestras narices rozaron, el simple toque de nuestra de piel hizo que se me erizara el cabello. Mi corazón latía fuerte y rápido y mi respiración cada vez era mas lenta. Me tenía que repetir que recordara respirar o me ahogaría.

Un leve roce de nuestros labios hizo recordarme que estaba en la tierra.
Sus labios se juntaron más a los mios, ya teniendolos encima.
Eran carnosos y dulces, y se movian con un compás pegadizo.
Empezó a parar de besar los mios, supongo que porque yo no respondía ante su beso. Pero antes de que se separara del todo, levante la mano hasta su mejilla y le volví a acercar a mí, juntando ahora yo mis labios contra los suyos.
Rosa chicle junto con rosa carmin.
Una mezcla explosiva.
Noté sus manos en mi cintura, me atrajeron hasta él como un imán.
Rodeé su cuello con mis brazos inutiles y pesados.
Él seguía besandome con la misma énfasis que al principio, pero esta vez jugando con mi lengua. Y yo, dejandome llevar por aquel mar de emociones que ahora mismo me arraigaba.

Paramos los dos, a la vez, separandonos ingravidamente.
Apoyó su frente con la mia, sonriendo satisfecho por su trabajo.

-Gracias.

Sonreí.

-¿Gracias por qué?-pregunte confusa

-Por haber cumplido uno de mis sueños.

Mis mejillas se tornaron de un rojo llamativo y Harry al darse cuenta buscó otra vez mis labios con los suyos, acariciandome la mejilla derecha con una de sus manos.


Pov; Harry Judd.

Bajamos de la noria, con mi brazo por encima de su hombro.
Nos habiamos besado. Si. Y estaba feliz por ello.
Me sentia bien cuando estaba junto a ella, era perfecta en todos los sentidos.
Con ella me podía sentir a salvo, sabía que podia llegar a ser algo más que mi simple amiga y es lo que esperaba tener.

La dejé un momento a la salida, dandola un beso en la mejilla haciendo que sus mejillas se ruborizaran. Me encantaba que la pasara eso la mayoria del tiempo.
Me acerqué hacia Jack y Andy que estaban en uno de esos momentos acaramelados, les interrumpí y me llevé a Jack un poco lejos de allí.

-¿Qué pasa tio?-me preguntó un poco molesto.

-Ahora vuelves con tu novia a darte el lote, esto es más importante..-sonreí diciendolo de broma.

-A ver, cuenta.

Le conté el beso con Hayley y sonrió victorioso.

-Ahí estamos campeón.-me dió una palmada en la espalda, picaba un poco, pero nada que yo no pudiera soportar.

-Au.-me quejé de broma.-Gracias..-Dije mirandole con los ojos entre cerrados, él rió.

- ¿Te la llevas?-preguntó mirando hacia la salida.

- Si.

-A ver que hacéis eeh..-dijo advirtiendome.

-Nada que ella no quiera.

Era verdad, no la pensaba obligar a nada. A ella no.
Jack asintió y yo me dí la vuelta despidiendome con la mano.

Jack gritó mi nombre y se acercó a mi.-Harry, una última cosa...-Asentí.- No vayas muy deprisa con ella.. quiero decir.. se ve que es una chica timida y...

-Jack-le interrumpí.-Ya te he dicho que no pienso hacer nada que ella no quiera. Es..demasiado importante.

-Te gusta de verdad ¿eh?-Asentí mirando el suelo.-Pues ...suerte.

Le miré, me dedicó una sonrisa y volví a juntarme con Hayley.

Ésta, se habia puesto una chaqueta de punto por encima de los hombros. Supuse que tenia frio y le ofrecí mi chaqueta, más bien, la obligué a ponersela, ella seguía insistiendo en que no la necesitaba y yo la exigí que la aceptara mientras se la ponia.
Sonrió y yo la dediqué una sonrisa cariñosa.

Nos montamos en el coche y nos dirigimos en silencio hasta su casa.

Capitulo diez.



Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


Nos dirigimos adentro de la feria, está repleta de gente, parece ser que otras personas también han decidido ir hoy.
Harry me agarra del brazo no muy decidido en un intento de no perderme. Cuando noto el roce de su piel contra la mia sonrio.
Me lleva hasta la entrada de la noria, desde debajo puedo ver como es más grande de lo que pensaba y la idea de estar allí arriba me hace sentir un vertigo horrible. Sacudo la cabeza levemente quitando esos pensamientos negativos de mi mente y sonrio al ver que nos estamos acercando a unos amigos de Harry, él, los saludo energicamente mientras me acerca poco a poco.

-¡Chicos! Ya estamos aqui.-exclama Harry.

-Ya era hora...-dice un chico de pelo castaño y desaliñado, al lado suyo hay una chica alta, más que él, de la misma altura que Harry aproximadamente, tiene un gesto serio, pero al ver a Harry su cara cambio por completo. Y al darse cuenta que venia acompañado conmigo volvió a cambiar a un gesto de desagrado.

-Ya ves, resulta que hoy inauguran una feria y no lo sabia ¿Sabes? entonces, nos ha pillado atasco-Ironizó.

La chica no dejaba de taladrarme con la mirada, me habia fijado en su mirada, ojos azules turquesas, eran incluso más explosivos que los de Harry. Si, explosivos si, pero nunca superarian la hermosura de los de Judd.

-Oh, no os he presentado. Jack esta es Hayley, Hayley este es Jack.

Me acerqué al chico que me sonreía y le di dos besos.

-Y...Andy, esta es Hayley, Hayley está es Andy.-siguió con las presentaciones.

Así que la chica se llamaba Andy...Hicé lo mismo que con Jack y me acerqué con miedo a darla dos besos por su rechazo. En cambio, ella hizo todo lo contrario, me agarro de un hombro y energicamente me dió un beso en cada mejilla.

-Encantada Hayley.-me sonrió. Parecia maja, no sé porque la habia judgado mal, simplemente por una mirada.

La sonreí.-Igualmente.

Jack se frotó las manos y miró a la noria.-¿Subimos?

Harry miró a la noria, a mí y de nuevo a Jack.-¿Y si primero vamos a cenar?

- Me parece una idea estupenda, me muero del hambre y dicen que por aquí hay los mejores perritos calientes de toda Gran Bretaña...-Finalizó la proposicion Andy con una sonrisa dejando a relucir una dentadura perfecta y me miró a mi esperando a que añadiera algo, no solo ella, a continuación Harry y Jack tambien desviaron la vista hacia mis ojos.

-¡Claro!-respondí con energia, más de la que creía necesaria.
Andy rió y se puso al lado mio cogiendome del brazo para llevarla con ella en el camino. Miré a Harry quien me asintió con la cabeza levemente y se puso a hablar con Jack de sus cosas.

-Bueno...Hayley.-comenzó ha hablar Andy mientras caminabamos por aquel suelo lleno de piedras hasta llegar al puesto de perritos.-Asi que...¿Judd y tú, eh?-La miré y levante una ceja, ella en cambio se echo a reir.- Era broma tonta

Me movió por el brazo levemente y prosiguió.

-Pero...¿Sois algo?

Titubeé la respuesta en mi cabeza sin saber bien que decir. El silencio se iba apoderando de nosotras y empezaba a sentirme incomoda.

- No.-respondi finalmente con una sonrisa.

-¿No?-preguntó suspicaz.

- No, simplemente...

¿Como quería terminar realmente la frase?
Andy vió que no podia reanudar la frase, así que decidió interrumpir.

-Ey, no pasa nada, solo te digo que Harry no es de los que suelen tener citas.

Ajá, citas. La palabra volvió a retumbar en mis oidos haciendo un grave eco.

-¿Ah, no? ¿Y que tipo de chico es?-pregunté interesada.

-Pues, es...

Una mano se posó en el hombro de Andy, haciendo que ésta se diera la vuelta. Era Jack y Harry aprovechó para meterse en el hueco de entre nosotras y robarla el sitio a ella alejandola de mi, pero haciendo que él estuviera más cerca de mi.

-Bueno, dejar de cotillear ya que hemos llegado.-dijo Harry sonriendo con afán y señalando un puesto de perritos calientes.

-Tú Juddy, siempre tan oportuno...

Me reí ante el apodo de Harry y él echó a Andy una mirada fulminante.

Habiamos cogido los perritos calientes y cada uno de nosotros con nuestras respectivas parejas nos acercabamos a un banco para sentarnos, él ketchup se me escurría entre el perrito y la mayonesa se juntaba con el.

-Se te va a caer...-dijo Harry riendose y señalando mi perrito.

-Que listo Juddy...-contesté con un tono de burla a lo que solo pudo responder con los ojos entrecerrados y poniendo morritos.

Me reí ante aquella tonta situación.- No enserio, ¿por qué te llama así?

Harry rió ante lo mismo y se encogió de hombros.-No sé.

Respondió al fin.
Sonreí y me sente en un banco con cuidado que las gotas de Ketchup no adornaran mi camiseta.

Trás comer y reirme de varias escenas graciosas entre Harry y Jack haciendo el tonto con la comida, decidimos levantarnos y volver a la noria para esta vez, montarnos.
Me puse al lado de Andy en el trayecto como habiamos echo en el de ida.

-¿Y tú?-la pregunté con más confianza.

-¿Yo?-se giró sorprendida, no se esperaba una pregunta por mi parte.

-Si...-dije timida y pasandome un mecho por detrás de la oreja.-¿De qué conoces a Harry?

Andy asintió y mirando al suelo esbozó una sonrisa.-Bueno... es una historia larga.

Miré como Jack y Harry nos llevaban un poco de ventaja y jugaban a pegarse en los hombros.

-Creo que.. tengo toda la noche.-dije sin dejar de mirar a los dos amigos, Andy dirigió la mirada al mismo sitio que yo y asintió sonriendo.

-Pues... yo conozco a Harry desde que era pequeño, me llevo muy bien con su hermana, y... mis padres son muy amigos de los suyos.

Asentí dandola razon para que siguiera.

-Y...hace tiempo, dejamos de ser mejores amigos para ser algo más...fuimos novios durante un tiempo.

Creo que mi cara cambió de expresión repentinamente. No sabría cual tenia ahora mismo, pero fuera la que fuera me obligué a cambiarla y a volver a esbozar una sonrisa.

-Y..¿ya no?-pregunté temorosa.

Andy se echó a reir.-¡No! Ya no, ahora soy novia de ese energúmeno.

Y señaló a Jack.
Así que, Andy y Jack eran novios... la verdad es que encajaban a la perfeccion.
Mi cabeza formuló una pregunta en voz alta que no sabia exactamente si queria que la respondieran.

-¿Y hace cuanto que Harry y tú lo.. bueno, lo dejasteis?
A duras penas pude terminar esa pregunta.

-Pues.. aproximadamente, unos...¿cinco meses? Sí, por hay.

¿Mi cara? Indescriptible. Apenas habian pasado cinco meses desde que Andy y Harry lo habian dejado. Y mirando los ojos de la chica morena al hablar de Harry, sabía que todavía habia algo, algo que nunca me contaria.
Ella adivinó mi gesto de preocupación en la cara y me calmó.

-Eh, tranquila, yo ya... yo ya no siento nada de nada.
E intentó esbozar una sonrisa, pero, sinceramente, me parecía bastante falsa.

-¡Ya tenemos los tickets!-anunció Harry llegando hasta nuestra posición.

-¡Bien!-exclamó Andy.
H
arry me miró para ver si yo expresaba la misma efusividad pero solo pudo encontrar otra sonrisa forzada.
Sonrió a Andy y me apartó un poco de ella con la excusa de llevarme a la cola.

-Ey, ¿ha pasado algo?-dijo susurrandome y mirandome a los ojos.

Yo levanté la cabeza para encontrarme con los suyos, que brillaban y daban a relucir ante aquella noche. El simple echo de verlos brillar me hizo sacar una sonrisa.

- No, nada.-dije ya sonriente y calmada. Apoyé la cabeza en su brazo, mientras los dos esperabamos en la cola.

Capitulo nueve.

2002, Chelmsford, Essex, England.

Llevaba más de dos horas delante de los armarios que estaban delante mio, sin decidir ninguna ropa que ponerme aquella noche. No recuerdo que haya tardado en toda mi vida tanto en elegir que ponerme. Pero quería estar adecuada, ni muy formal ni muy coloquial.
Decidí que si me queria duchar y lavar el pelo antes de irme, tendría que darme prisa cogiendo atuendo, así que, me levante del sillon en donde estaba sentada cansada ya de mirar los armarios y rebusqué entre los cajones, las perchas y más cajones hasta que encontré algo casi perfecto.
No quería nada ostentoso pero tampoco que pasara desapercibido.
Trás probarmelo por encima mirandome en un espejo, creí que era perfecto para una noche calurosa.

Por ultimo, llevaria de zapatos unas sandalias romanas de color oro.

Cogí la ropa y me la lleve al baño.
Me duché y me empece a secar el pelo ondulado.
Me lo fui alisando mientras iba pendiente de la hora.

Quedaban apenas 30 minutos para que Harry me pasara a buscar y yo ya estaba preparada desde hace una hora.
Me levanté de nuevo y me miré en el espejo, creo que estaba adecuada.
El timbre de la puerta sonó y contesté alto para que nadie fuera a abrir excepto yo.

-¡Es para mí! Ya voy yo.

Nadie contestó.
Me dirigí a la puerta, me aplané la falda con la mano y abrí.
Harry iba normal, como lo habia visto los dias anteriores pero esa vez iba un poco más peinado.
Una sonrisa se dibujo en su cara enseñando un par de dientes.

-Que guapa vas Hayley-dijo admirandome.

Ese comentario hizo que mi pelo pelirrojo no pareciera rojo en comparación a mis mejillas.

-Gracias-le agradecí tímida.-¿Vamos?

Él asintió, salí por el marco de la puerta y la cerré tras mis pasos.

- Tengo el coche allí afuera.

- ¿El coche?-pregunté extrañada.-Pensé que iriamos andando...

Harry me miró y acontinuación rió.

-¿Qué?-pregunté con una sonrisa.

-Esta a las afueras de la ciudad.

-¿Así?-pregunté

- Si. Nunca has ido ¿verdad?

-Pues.. la verdad es que no.

Creía que se reiría de mi, que contestaria algo con burla pero en cambio de eso asintió con la cabeza y me sonrió con una sonrisa cariñosa.

-Pues te encantará.

Salimos fuera de mi recinto, y encontré una vieja ranchera color gris metalizado esperandonos.
Me subí en el asiento de copiloto, ayudandome con las manos a subir, ya que estaba elevada y no estaba acostumbrada a esas alturas.
En cambio, Harry debía de subir mucho porque no le habia costado lo más minimo.
Fuimos en un silencio absoluto hasta que mi móvil empezó a sonar.

''Today is gonna be the day
That they're gonna throw it back to you
By now you should've somehow
Realized what you gotta do
I don't believe that anybody
Feels the way I do about you now..''

-Lo siento-me disculpé.

Harry sin dejar de mirar la carretera sonrió y me hizo un gesto con la mano en acción de que no pasaba nada.
Sonreí y mire la pantalla de mi Blackberry. Era un movil bastante cómodo y era de los ultimos que habian sacado en este año. Me lo habian regalado por navidades.
Era Mary-Kate.

-Hola Mary-Kate.-dije descolgando de la tecla verde.
-¡Hola! Vamos a ir a las ferias...¿te apetece venir con nosotros?
-¿A las ferias, eh?-dije sonriendo y mirando a Harry, él apartó la mirada un momento de la carretera para mirarme con una mirada complice y volvió a ella.- Pues la verdad es que yo tambien voy.
-¿ Sola?
-Esto... no, ya te contaré.
Ví por el rabillo del ojo como Harry sonreía.
- Uy, mas te vale...
Rió.
-Pues cuando estes llegando llamame y nos vemos.
-Claro, un beso. Adiós.-Colgué y volví a guardar el movil en mi bolso.

-¿Así que te gusta Oasis, eh?-miré a Harry con un cierto tono rojizo en mis mejillas.

-Eh... si...-contesté

Harry sonrió.-Me encanta esa canción, ¿como se llamaba?

-Wonderwall.-respondí orgullosa.

Me encantaba esa canción, habia significado demasiado para mi en todos estos años.

Mientras miraba el frente por la luna de aquel coche pude ver a lo lejos una gran noria con colores y demás atracciones, cuanto más nos acercabamos, más gente aparecia. Madres con sus hijos, niños con sus amigos, chicas con sus novios... un escalofrío paso por mi espalda e hizo que diera un respingo.

-Bueno, ya hemos llegado.-termino de decir la frase aparcando el coche en un sitio libre y bajó del coche rápido a abrirme la puerta.

-Gracias.-dije sonriendole mientras bajaba con cuidado de aquel coche.

Harry se puso al lado mio y andamos hacia la entrada de la feria.
Miró a la noria y después a mi, asi repetidas veces.

-Prométeme una cosa.-me susurró al oído.-Yo asentí, en señal que podia seguir hablando.-Que te montarás conmigo esta noche en la noria.

Sonreí mientras pasabamos la entrada y le respondí en su oreja.

-Te lo prometo.

Capitulo ocho.



Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


No había dejado de tararear una canción en todo el dia.
Se me había pegado el ritmo, mis pies lo mostraban tomando el control y haciéndo los compases de la cancion mientras que mis cuerdas vocales decían palabras que en realidad no salian de mi boca.
La tenía cerrada con fuerza para no cantar en alto, me daba vergüenza que me vieran u oyeran cantar. Otro de mis defectos, supongo.

Las clases se habían pasado lentas. Supongo que sería la impaciencia de que llegara esa tarde.
Había observado desde los ventanales de cada clase el cielo, quería estar segura que hoy no llovería ni hiciera mal tiempo. Era dificil pedir eso, vivía en Reino Unido. Me decía a mi misma todo el tiempo. Aquí siempre hace malo.

Pero hoy, no. Cosas del destino. Pero hoy hacía un dia realmente bueno, no había aparecido ninguna nube desde esta mañana, mirabas al horizonte y solo veías cielo azul.

Tocó. Última clase finalizada.
Hoy me tocaría ir a casa sola.
Mary-Kate no se encontraba bien esa mañana y no había podido venir.

Salí detrás del profesor de Griego y despidiendome de él con un;

-Que pase buen fin de semana.

Me dirigí a la salida en donde toda la gente se arremolinaba formando un atasco. Por suerte la salida que era la misma que la de entrada, era grande y espaciosa.
Salí, mire a cada lado.
Exactamente no sé que buscaba, y bajando las escalerillas con cuidado fuí por mi calle.

Llegué a la verja de color negro con aquellas iniciales de mi padre y viendo la casa blanca que relucía con el sol, sonreí.
Mi casa era verdaderamente hermosa con la luz del sol reflejando cada parte de ella.

Me metí en casa y subí mi mochila a mi cuarto.
La dejé encima de la cama y me quité la chaqueta para estar un poco más comoda.
Bajé de nuevo y ví que todavía no habia llegado nadie.
Ni mi madre de sus clases de pilates y aeróbic ni mi padre del trabajo.
Me encogí de hombros y me fuí al comedor, sentandome en mi sitio de siempre.
Esperé, diez o quince minutos. Pero me aburría bastante. Así que, como ví que mi padre hoy iba a llegar tarde a comer decidí irme a mi cuarto, no sin avisar antes a Claire o a Josh, para que me llamaran cuando la comida estuviera servida.
Fuí a la cocina, pero no había nadie. Tampoco en el jardin.
Subí a la planta de arriba y en el cuarto de mis padres estaba Claire.

-Claire...

Claire se giró sorprendida, por mi presencia. Supongo que no se había enterado de que había llegado, dejó la camiseta de mi madre que en esos momentos iba a guardar en la maleta, encima de la cama y se acercó hasta mi.

-¿Si?

-Hoy va a venir tarde mi padre ¿no?

Claire se quedó pensativa.-Si, creo que hoy sí, llegaran dentro de media hora.

-Está bien, me voy a mi cuarto hasta que lleguen. ¿Te importaría avisarme cuando lleguen?

-No, claro que no. Yo la aviso.
Asentí con una sonrisa en la boca y me metí en mi cuarto.

Que fácil sería comer sin tener que esperar a que todos estuvieramos reunidos. No entendía la tonta manía que tenia mi padre.
Todas las familias que conocía, comían juntas solo si coincidían estar todas en casa.
Yo no debo de dejar de comer solo porque mi padre llegue tarde...
Suspiré.

Tenía el cuarto ordenador, en realidad nunca estaba desordenado. Pero me apetecía ordenarlo más.
Encendí de nuevo mi iMac y puse musica.
Seleccione toda la carpeta de Busted.
Y la puse en aleatorio.

Mientras dejaba a mi pelo volar sobre el aire mientras bailaba a ritmo de la canción sin cantar alto por miedo a que alguien me oyera.
Alguien llamó a mi puerta.
Rapidamente me acerqué al ordenador y apagué la musica.


-Adelante.

Claire asomó la cabeza por la puerta con timidez.-Sus padres ya estan aqui.

Miré la hora en el reloj.
Vaya, ya se había echo tarde.

-Vale, gracias Claire, ahora bajo.

Ella sonrió sin enseñar sus dientes y volvió a cerrar la puerta.
Me volví a poner los zapatos y bajé las escaleras peinandome el pelo revuelto con la mano.

Me fuí al comedor donde supuse que estarían ya mi padre y mi madre y no me equivocaba.
Me senté en el sitio de antes y de todos los dias.
Nos sirvieron la comida y empezamos a comer sin ninguna palabra de por medio.

-¿A qué hora os váis?-Dije interrumpiendo el silencio que abundaba la sala.

-Dentro de hora y media.-respondió mi padre.

-¿Tan pronto?

-Sí.

Asentí y pinche unos guisantes para metermelos a la boca.

-¿A qué hora viene Mary-Kate?-inquirió

Caramba. Se me había olvidado preguntar a mi padre si me dejaba ir a las ferias aquella noche.

-Supongo que después de cenar.. esto.. padre...¿me dejarías ir a las ferias esta noche?

-¿Esta noche?

-Si.. las ponen hoy y esta noche las abren.

-¿Y con quién vas?

Vale. Se lo había preguntado y él todavía no habia respondido. Pero me había echo una pregunta que causaba un nudo en mi garganta. ¿Qué hago? ¿Le digo la verdad o miento..? ¿Mentir? ¿Yo? Nunca había mentido a mi padre.

-Hayley.

Le miré.

-¿Si?

Sabía lo que me había preguntado, pero no creía estar preparada para responder.

-¿Con quién vas?-volvió a formularme la pregunta y mi el nudo en mi garganta impedía que tragara la comida.

Tragué con mucho esfuerzo y respondí.-Con Mary-Kate y Molly por supuesto...-Mentí. No sabía porque, pero lo había echo y ya no había vuelta atrás.-Y con más gente del instituto.
Otra vez. Soy una mentirosa.

-Está bien.-contestó

-¿Si? ¿Puedo ir?

-Claro.

-Está bien, pues... iré a las ocho y volveré después de cenar a las diez.

Él asintió y yo sin ganas de comer más, me disculpé y me fuí a mi habitacion.

Cogí el telefono fijo que tenia en la mesita y llamé a Mary-Kate.
Pí,pí,pí. Cuarto pitido y ya habían descolgado el telefono.
-¿Si?
Dijo una voz suave al otro lado.
- Eh..¿Mary-Kate?
-No, soy Molly ¿quién es?
-Ah, Molly soy yo, Hayley. ¿Puedes decir a Mary-Kate que se ponga, por favor?
-Por supuesto, espera un momento.
- Sí.
Es lo unico que pudo salir de mi boca, esperé sentada en el borde de la cama a que Mary-Kate cogiera el telefono, trás un sonido de movimiento se puso.
- Hola Hayley.
- Hola Mary-Kate, ¿qué tal te encuentras?
- Bien, mejor que esta mañana.
- ¿Sigue en pie lo de este fin de semana?
- Oh, pues claro. Solo tengo un poco de dolor de cabeza ahora, pero por suerte me tomo una aspirina y se me pasa.
- Ey, no quiero que te sientas obligada, eh..
- No,no.
Esbocé una sonrisa.- Está bien. Entonces,¿a qué hora vienes?
- No sé, cuando tú quieras.
- Yo..yo.. estaré ocupada hasta las diez.
- ¿Y eso?
Sonreí.
- Ya te lo contaré cuando vengas..
- Eso espero.
Rió.
- Entonces, ¿diez y media?
- Perfecto.
- Bien, entonces nos vemos a las diez y media rubia.
- Hasta entonces Hayles.
Sonreí. 'Hayles' Me solía llamar así, es un alías que tenía desde hace tiempo.
Colgué el telefono e inmediatamente me dirigí a mi vestidor.
¿Que me pondría para aquella noche?

Capitulo siete.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Llego a casa, esta vez pronto, con media hora para hacer lo que quiera antes de la cena.
Entro por la puerta y me encuentro a mi mandre leyendo una revista para variar.
Paso por enfrente suyo, me hago notar pero ni me saluda.
Aunque ya no me afecta.

Subo a mi cuarto y dejo las llaves encima de la pequeña mesita de noche.
Me dirigo de nuevo a mi iMac que tengo encima del escritorio, enciendo la pantalla.
Y vuelvo a mi correo.
Recuerdo el correo que recibí del University Of London.
Lo abro y empiezo a leerlo con detenimiento.

'Estimada señorita Williams. Dado a sus referencias y a sus notas académicas hemos decidido que está optada para entrar en un nuevo curso en Univerity Of London.
.....
Nos gustaría hablar con usted y así decidir su futuro.
Llamenos a este numero lo antes posible: 567-256-575.
Esperamos noticias suyas.'


¡SI! Mi primera aceptación.
Me levanto feliz de la silla y bajo abajo. Me han llamado para cenar.
Me siento en una de las sillas del comedor.
Y nos sirven la comida.

Miro a mi padre.-Hoy me ha llegado mi primera aceptación de University Of London.

Él, desvia la mirada del plato.-¿Vas a ir?

Miro mi plato corto un trozo del filete, me lo meto a la boca mientras pienso en la respuesta y trago.-No sé, todavía me faltan recibir respuestas de otras universidades.

Mi padre asintió dando por finalizada la pequeña charla y seguimos comiendo apaciblemente.

Me disculpe y subí a mi cuarto. Trás estar un rato escuchando musica en mi Ipod.
Deshize la cama y me eché.


Viernes, es lo primero que pensé al abrir los ojos y apagar el despertador.
Ese dia había quedado con Harry en ir a las ferias, estaba nerviosa. Sería nuestra primera..'¿cita?' ¿Lo podría llamar así?
Un escalofrío recorrio mi cuerpo.
Me dirigí al baño, y me lave la cara despejandome.
Hoy, también se irían mis padres por la noche de viaje. Y tendría que venir por la noche Mary-Kate a dormir.
Me miré en el espejo.
Mi pelo estaba revuelto y la chaqueta de mi pijama estaba desatada dejando ver una camiseta de tirantes básica blanca que enseñaba mi barriga plana.
Sonreí ante aquella imagen tan despreocupada de mí.

Salí de casa desayunada, vestida y preparada para un nuevo dia en el instituto. El que dentro de poco abandonaría, sin mi mejor amiga Mary-Kate. Ella estaría terminandolo mientras yo iba a otra ciudad. ¿A cual? No lo sabía exactamente. Se supone que ya debería de tener todo concretado pero nada para mí era seguro. Aún no...
Llegué al coche que todas las mañanas me llevaba al instituto, saludé a Kevin con la mano y me metí en mi sitio. Llevaba los cascos puestos desde el desayuno. Esa mañana me apetecía oír musica, para pensar en mis cosas.
La música, la unica amiga que tenía y que sabía que nunca me iba a abandonar.
La que siempre estaba ahí cuando lo necesitaba.
Mi grupo favorito: Busted. Hace poco hicieron un concierto cerca de aquí, pero como ya bien he dicho antes, mis padres no tienen la suficiente confianza en mi y no me dejaron ir.
Me paso todo el día pensando en ellos, y sobre todo en James. Mary-Kate no lo entiende, dice que su música no tiene nada en especial. Pero para mí, lo tiene, desde que oí sus primeras notas en 2001 cuando se iniciaron como grupo supe que tenía que ser su fan. Y desde entonces lo he sido. Dicen que este año, en septiembre sacarán su primer disco y harán una gira. Estoy realmente emocionada, ojalá pudiera ir. Pero me temo que con medio pie en la universidad...

Un sonido me quito de mis pensamientos, era Kevin abriendo la puerta trasera.
Salí del coche cogiendo con mi mano la mochila que estaba posada en el asiento y le despedí con la mano.

Llegué y me encontre a Molly sentada en las escaleras de la entrada. Busqué a Mary-Kate con la mirada pero no la veía por ningun lado.
Llegué hasta Molly y me senté al lado suyo.

-¡Hola!-dije animada.

-Hola.

- ¿donde está Mary-Kate?-volví a pasear mis ojos por todo el recinto.

-Hoy no ha venido.

-¿Y eso?

-Se encontraba mal.

-Vaya, espero que esté bien.

-Si...

-Ahora que me acuerdo, ¿hoy vienes también?-la pregunté.

-¿Ir a dónde?

-Mary-Kate y yo vamos a pasar el fin de semana juntas, porque tus padres y los míos se van de viaje. ¿Tú vienes?

-Oh, no. Yo me quedo en casa de una amiga.

Sonrío y asiento.
Un sonido me sobresalta es el sonido del timbre que indica la entrada.
Me levanto y le tiendo la mano a Molly para que se levante.
Entramos dentro y nos despedimos con la mano y un hasta luego.

Pov; Harry Judd.

Se lo había dicho, me había atrevido y pese a que tenía miedo a que me dijera un no. No lo había echo.
Había respondido un si con una sonrisa en su boca.
Su sonrisa, ¿que tenía esa sonrisa que se volvia tan misterioso? Me encantaría guardarla bajo llave y tenerla solo yo.
Creo que me moriria si la viera sonriendo a otro chico así.
Sacudí mi cabeza. No podía pensar eso. No es tuya, me recordaba.
Llegamos al instituto, el camino ha pasado rapido. No sé si Andy o Jack me han hablado. Como estaba tan sumido en mis pensamientos...

Jack y yo nos dirigimos por el pasillo a nuestra clase. Se lo tengo que decir.

-Oye, Jack.

-Dime.-me dirige una mirada mientras se sienta en nuestro sitio de siempre.

-Sobre lo de esta noche..

-¿No puedes venir?

-No, -niego- no es eso..

- ¿Entonces?

Dejo mi mochila encima de la mesa y saco los libros.

-Esto.. te..¿te importaria si llevo a una amiga?-digo lo más rapido que mis labios y mis cuerdas vocales me permiten.

Espero que lo haya entendido, no creo que tenga fuerzas para volverlo a repetir.
Le miro, me está mirando con una sonrisa en la boca.

-Una...¿amiga, eh?

-Si.

Me da un pequeño codazo de bromas y yo me rio.

-¿Y quién es esa...''amiga''?-dice haciendo comillas con los dedos.

-Esto.. Hayley.-digo bajo, muy bajo, casi un susurro.

Tengo los ojos cerrados y los dedos cruzados, no oigo contestacion.
Abro lentamente los ojos y veo su cara, ha cambiado la expresión. Ahora no sonríe, esta serio.

-Harry, esto nos va a traer problemas.

-¿Problemas? -pregunto sin entenderlo- No.

-Si, creo que estas jugando con fuego. No sabes lo que estas haciendo.

Mira otra vez al frente y empieza a sacar las cosas de su mochila, creo que se ha enfadado.

- ¿Por qué lo dices?-digo secamente, me enfada que se enfade.

Jack suelta el estuche de golpe y me mira con el ceño fruncido.-¿Es que no lo entiendes?

-¿Entender, el qué?-alzó la voz

-Harry, Hayley no es una chica cualquiera, no es como las de este instituto, no puedes tirartela y pasar de ella. Simplemente no puedes.

Había frustración en sus palabras. No lo entiendo. Pero me enfada que piense que voy ha hacer eso con ella.

-Jack, joder, que no soy tonto ¿Sabes? sé quien es, quién es su padre, y qué puede llegar a pasar si la hago daño. Pero no me importa. Me da igual como se apellide ¿Vale? porque cuando la veo, no veo a la hija de R.J Williams. Veo a Hayley, una chica pelirroja con una sonrisa especial.

Ninguno de los dos añade más, creo que estamos enfadados, no lo sé muy bien. Me ha herido su comentario. Pero me da igual, esa noche la pienso llevar.
Llega el profesor y empieza a dictar apuntes.

Entre punto y aparte Jack me dice algo, susurrando.-Está bien, llevala esta noche. Pero prometeme que no va ha haber problemas.

Le miro sonriendo. Ese era mi amigo.

-Lo prometo.

Capitulo seis.



Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


Después de ducharme, y lavarme la cabeza. Me sequé con el secador el pelo rojizo que me caia por debajo del hombro.
Me acordé de la hora. Volví a levantar la cabeza y miré la hora.
El tiempo habia pasado verdaderamente rapido.

Terminé de vestirme, con algo ligero. La tarde iba cayendo y aunque hacia calor, prefería no arriesgarme y llevar algo de abrigo.
Así era yo, no me arriesgaba por nada del mundo.
Prefería ir a lo seguro.

Bajé al salon y busqué con la mirada a Josh o a Claire.
No les ví.
Me dí la vuelta sobre mis pies y me dirigí a la cocina.
Por suerte Josh estaba empezando ha hacer la cena.

-¡Josh!-dije en un intento de captar su atención.

Él, levantó la cabeza de las zanahorias que en ese momento estaba pelando y me sonrió.-¿Quiere algo señorita Hayley?

-Si, te aviso que voy a salir al parque en mi tiempo libre.

-Esta bien.

Le sonrio y me dirigo a la gran puerta blanca de salida.

Ando con unos pasos ligeramente grandes, salgo por la gran verja negra y miro a cada lado por si pasa algún coche en esos momentos por la carretera. Nadie.
Cruzo a la otra acera y voy mirando el suelo mientras llego al parque.

Allí, a lo lejos está Harry.
Sentado en el banco de ayer, con un aire despreocupado.
Puedo distinguir que se ha cambiado de ropa y se ha peinado el pelo.
El simple hecho de pensar que lo ha hecho para venir a verme me hace sonreir.

Acorto la distancia y me acerco más.
Él lo nota y levanta la cabeza del suelo.
Me sonrie. Sus sonrisa va acompañada con sus enormes ojos azulados.

Me adelanto a hablar.-¿Llevas mucho tiempo esperando?

No me gusta que me hagan de esperar.

-¿eh? No,no.-pregunta confuso y niega.

Le sonrio y me siento al lado suyo.
Él se incorpora y pasa una pierna por el otro lado del banco. Así puede mirarme de frente.
Silencio mientras me mira.

-Bueno..-inicio

Me interrumpe.

-¿Haces algo mañana?

-¿Mañana? ¿Ya piensas en mañana? Si todavía no ha terminado hoy..-Juego con la pregunta. Su sonrisa no se quita de su cara.

-Es que, mañana ponen la feria en el pueblo y..

-¿Mañana? ¿Ya?-pregunto alzando una ceja.

-Si. Y.. me preguntaba si..-Estaba nervioso, se habia empezado a tocar las manos.-Si.. bueno, te gustaría venir conmigo.-mi cara de sorpresa. Indescriptible.-No solo conmigo, también con un amigo mio y su novia.. te..¿te gustaría?

-¡Claro!-exclamo de alegría y toso.-Quiero decir, me encantaria.

Él sonrie, y yo sonrio.
Sus sonrisas me llenan.
Es un chico majo, y se le vé pinta de buena persona.
No sé por que, pero eso me recuerda al periódico de esta mañana.

-Está mañana he visto una foto tuya en el periódico.

-¿Mia?-Alza una ceja.

-Si, con tu familia. Tu madre, tus hermanos, tu padre..-vacilo un poco en la ultima palabra.

-¡Oh! La foto. Ya, es que acababan de inaugurar el nuevo teatro de tu colegio y como mi padre..

Le interrumpo.-Ya, ya sé quien es tu padre.-Sonreimos.-¿Y mañana a que hora..?

-Pues.. no sé. Es viernes y.. ¿a que hora puedes tú?

-¿Es viernes?-Pregunto. No me acordaba.

-Si.

-Vaya, que rápido se me ha pasado la semana.. Pues, no sé. ¿Quedamos ya allí o.. aquí?

-Si quieres te puedo ir a recoger a tu casa y vamos juntos.-pregunta bajando la vista

-Me encantaría.-respondo mientras sonrío

Al final, quedamos en que me pasaría a recoger a las ocho de la tarde. Y volveríamos después de cenar a las diez. Todavía le he dicho que falta por confirmar y que mis padres me dejen. Al principio, cuando se lo dije me miro con cara de extrañeza, pero enseguida esbozó una sonrisa.

Me despedí de él.-Pues, mañana nos vemos.

-Si..

Me dí la vuelta y empecé el camino a casa.
Oí mi nombre desde lo lejos.

-¡HAYLEY!-Se acercaba a mi, cruzando la acera.

-Dime.

Se acerca, con una sonrisa en los labios y sin dejar de mirarme a los ojos.
Poco a poco, nuestros cuerpos se van juntando.
Sacude levemente la cabeza y sonriendo me da un frágil beso en la mejilla derecha.

-Hasta mañana.-Finaliza con una sonrisa y sin mirar atrás, vuelve a cruzar la calle, gira la esquina y le pierdo con la vista.

Todavía sigo allí esperando a algo más. No va ha aparecer.
Me encojo de hombros, suspiro y noto como va cayendo una leve helada sobre mi cuerpo.

Capitulo cinco.


Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Miré el correo, más bien un vistazo por encima.
Publicidad del instituto.
Catalogos de revistas.
... Oh.
Un correo de University of London.
Lo abrí, no empecé a leerlo pero ví que era realmente extenso así que, decidí dejarlo para después.

Apagué el ordenador, cogí mi mochila que seguramente habia preparado Claire antes de comer.
La analizé mirando a ver si no faltaba nada y bajé.
Kevin ya me estaba esperando.

Rapidamente llegamos a la pequeña instalación donde practicaba tres veces a la semana natación.
Dije adiós con la mano a Kevin y me metí dentro.

Fuí directa a los vestuarios de chicas, saqué de mi bolsa perfectamente preparada con todo lo necesario.
Gorro, chanclas, bañador, toalla, gafas...
Me lo puse todo deprisa y corriendo y bajé.

La señorita Gibson ya estaba dando instrucciones a varias chicas, pasé por al lado suyo la sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

Me dirigí a mi pista particular, número ocho.
Y trás hacer algunos que otros estiramientos.
Me tiré.

Noté como el agua empezaba a mojarme desde los dedos índices y corazon de cada mano, hasta el hombro.Seguidamente, varias partes de mi cuerpo, se hundieron. Mi cabeza, mi pecho, mi cadera y por último mis piernas.

Debajo del agua ya no era yo, era como un pequeño pez que se sentía libre en el oceano. Pataleé con mis piernas ágiles y haciendo pequeños surcos en el agua con mis manos salí a la superficie. Comencé a nadar.
Iba rapido, lo sentia, y lo sabía porque ya habia llegado al muro que separaba la piscina de otra.

Dí una voltereta en el agua velozmente y volví a nadar con fuerza y dinamicamente.

Ya llevaba, nada más y nada menos que tres horas. Mis yemas empezaban a arrugarse. Siempre me quedaba más tiempo del permitido, era un lujo que me podía tomar ya que era una de las campeonas de nuestro equipo y necesitaba más entrenamiento. Aunque no lo hacía por ganar, lo hacía por disfrutar.

Una vuelta más, me decia y termino. Mentira.

Vi desde el agua una silueta. Salí apoyando primero las manos en las frias baldosas y a continuación apoye los codos.

-¡Hola!-la saludé- ¿Ya habéis terminado todos?

- Si y mi hermana está afuera esperandote. -contestó Molly- Yo me cambio y voy con vosotras ¿te parece?

La sonreí.- Perfecto, solo dos más y salgo.

-¡Solo dos, eh!-Dijo advirtiendome.

Yo asentí y me volví a sumergir en aquella agua tan tibia.

Molly, la hermana de Mary-Kate. No se parecían en nada, Molly era la pequeña, si, cumpliría deciséis dentro de una semana. Pero, en algunas cosas, parecía la mayor. Por ejemplo, en su aspecto.
Era bajita, pero tenia unas piernas esbeltas y al tener el pelo largo parecía mas alta de lo que era.
Su cuerpo ya parecía ser de alguien mayor de edad.
Pero su cara, su cara de niña era lo que fallaba.
Tenía en sus ojos un aire inocente.
Supongo que eso era lo que más te llamaba la atención de ella.

Salí a la superficie de nuevo, cogiéndo una bocanada de aire.
Y por las escalerillas subí hasta el frio y húmedo suelo.

Al salir por la puerta giratoria de aquel edificio un sol me cegó.
Y de lejos ví a Molly con la mochila en la mano mirando al suelo, y jugueteando con sus pies y a Mary-Kate con Erick.
Ella aguantaba su pequeño bolso con delicadeza, mientras que él la juntaba contra sí proporcionandola pequeños besos en los labios.

- ¡Hola a todos!- Volví a interrumpirles.

- Oh, por fin sale la pequeña sirenita.-contesto riendo Mary-Kate

-Mary-Kate.. las dos sabemos que esa es tu hermana.-Me reí con mi propio comentario.

Molly esbozó una sonrisa.- ¿Yo?

-Si tú.-dije pasando mi brazo por su hombro y juntandola a mi.- Dentro de poco los regionales ¿estas lista?

Molly era la segunda más buena, no quiero decirlo, pero es verdad. La segunda más buena detrás de mi.
Para su pequeña estatura se movia con bastante agilidad por el agua.

-Supongo..-contestó avergonzada.

-¿donde vamos?-preguntó Erick levantando la cabeza

-¿A merendar?-inquirió como respuesta Mary-Kate

-Um.. a mi me da igual.-contestó Molly

-Que tal si.. vamos al.. ¿Hard rock café?-pregunte.

-Pero, ¿a ese no fuimos antes de ayer?-reprochó Mary-Kate

Suspiré.

-Bueno, yo tengo una idea..-susurró Molly-

Charlie y Mary-Kate pasaron de ella indiferentes.

-A ver, cuenta.-contesté mirandola.

-Y si vamos al..¿Planet Hollywood?

Esbocé una sonrisa mientras la miraba.- Buena idea pequeña sirenita.

Ella se rió y Mary-Kate puso cara de fastidio.

-Esta bien, vamos al Planet Hollywood.-finalizó Erick.

Llegamos, cada cuál pidio lo que más le apetecia.
Yo me pedí unas tortitas, con sirope de chocolate y nata.
Molly unos gofres, también con sirope de chocolate y nata.
Las dos para beber lo mismo, un batido natural de chocolate.
Acabaríamos del chocolate algún dia hasta al gorro. Lo intuía.
Erick se pidió un Sweet banana, que era; helado de platano, con rodajas de platano caramelizado, nata de spray por encima con caramelo líquido y birutas de chocolate.
La verdad es que tenia una pinta apetitosa.
Y por último, Mary-Kate se pidió un zumo de naranja natural con unas rodajas de manzana y platano en yogurt.
Según ella, eso ya era demasiado.

Después de nuestra monumental merienda.
Cada uno fué a su casa.
Yo me dirigí a la mia, lo más rapido que pude. Ya que tenia que hacer todavía un montón de deberes y me quería preparar para ver a Harry.

Después de terminar los deberes de economía y fisica y química, me sobro tanto tiempo que decidí adelantar el trabajo de Latín.

Cogí mi pequeño portatil MacBook Pro y empecé sentada en la cama.
De vez en cuando leía el libro y subrayaba algunas cosas con el lapiz, pero seguía sin enterarme muy bien de nada.


Supuse que no estaría concentrada, dí por finalizado los deberes de hoy, cerré el portatil, lo puse al lado del ordenador de mesa y me levante.

Me metí en el baño, primero miré la hora en el reloj que habia encima de mi cabeza. Aún me faltaba hora y quarto.
Me miré en el espejo, tenía la cabeza sucia de cloro.
Así que me la lavaría, algo me llamo la atencion. Miré otra vez y sonreí.
No me habia quitado el lapiz de la oreja.
Me lo quité, me desvestí completamente y me metí en la ducha dejandome llevar por el agua caliente.

Capitulo cuatro.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Y cuando iba a girar la esquina...


Pov; Harry Judd.

Me desperté a ritmo de 'The Who' con el disco 'My Generation' me encantaba ese grupo.
Después de desayunar unas magdalenas con Thomas y Katherine salimos, para ir andando al instituto. Aunque les dejaría a medio camino para encontrarme con Jack y Andy.

La mañana fue normal, como otro dia cualquiera. Solo que hoy no dejaba de pensar en una persona.
Hayley.

Cuando tocó el timbre que señalaba que las clases habian finalizado por hoy, recogí lo mas rapido que pude mis libros y metiendolos en la mochila rapidamente sali del aula corriendo por los pasillos como los demás chicos, que estaban ansiosos por llegar a sus casas a comer. Yo, no.

Oí mi nombre a lo lejos y me dí la vuelta.

-¡HARRY!-Jack gritó mi nombre.

-¡¿QUÉ?!-contesté gritando

-¿DONDE VAS? ¡ESPÉRANOS!

-ES QUE TENGO PRISA.-Volví a mirar la hora, como no me diera prisa realmente no llegaría.-DESPUÉS NOS VEMOS EN EL ENTRENAMIENTO DE FÚTBOL.

Y dejandole con la palabra en la boca, volví a correr por los pasillos.
Salí por la puerta principal, la gente empujaba y yo miraba para todos los lados desorientado.
¿Por donde debería ir para llegar antes?
¡Ya sé!
Por el viejo camino.
Poniendome la mochila por las dos asas, salí corriendo en dirección contraria a mi casa y trás una larga carrera y estar exhausto. Me paré en la esquina a respirar y a esperar. Ojalá que no hubiera pasado ya.

Me quité la mochila y la deje posada en el suelo, cuando levanté la cabeza alguien se habia chocado conmigo.

Pov; Hayley Williams.

Me topé con alguien, mi cuerpo no se paró, no se espero que alguien estuviera allí asi que, mi cabeza dió contra el pecho de aquel joven y después me balanceé hacia atrás cayendome de culo sobre la acera.

El chico no dejaba de reirse, para sus adentros, intentaba no hacerlo en alto pero se reía.
Levanté la vista para dirigirle una palabra malsonante pero me callé.


- ¿Te ayudo a levantarte?-Era Harry.Me tendió su mano.

Le sonreí y cogiendo su mano me levante.
Me sacudí mi uniforme del colegio que se habia ensuciado un poco.

-¿Qué haces aquí?-pregunte

-Esperarte.

-¿Esperarme?-pregunté de nuevo confusa

-Si.

-¿Por qué?

- No sé... ¿Tienes pensado algo para esta tarde?-inquirió

-Pues..-repasé mentalmente mi agenda.-La verdad es que no.

-¿Hoy a las 8 y media en el banco de ayer?-preguntó y me sonrió de una forma muy pícara.

-Muy tarde para mí.-contesté haciendome la interesante.

-Tengo un hueco a las ocho en punto.

Le sonreí mientras me iba dirigiendo a mi casa.

-Perfecto.-conteste en la lejanía

-¡Allí nos vemos!-gritó ya a lo lejos y yo le respondí con un adiós con la mano y entré a mi casa.



Entré adentro dejando la mochila primero en mi habitación, miré el correo electrónico en mi iMac y al ver que tenia unos cuantos decidí esperar a despues de comer. Antes de ir a extra-escolares.
Bajé a comer, mi padre y mi madre ya estaban sentados.
Como siempre, no hablamos en la comida.
Y volví a subir, en media hora tendría que estar preparada para ir a natación.
Ese deporte me fascinaba.
Sentir el agua pasarse por mi cuerpo y recorrer la piscina de atrás a alante era una sensación maravillosa.
Me senté delante del ordenador y miré el correo.

Capitulo tres.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Como otro día mas, en mi monotona vida, me levante, desayune tranquila ojeando el periódico que aquella mañana Josh había ido a comprar al quiosco que había girando la manzana. Vamos, como todas las mañanas.
Y de mientras sorbía un poco de mi Té rojo veía de reojo como Claire me untaba las tostadas con mermelada.
Algo en el periódico me llamó la atención.

-Claire...-dije intentando llamar la atención de la ama de llaves.

-Diga señorita Hayley.

-¿Conoces a este chico..?-dije señalando una imagen en blanco y negro que había en el periódico.

Claire se puso las gafas de pasta y examinó la foto.

-Oh, es el hijo del señor Judd. Uno de los mayores accionistas de su colegio junto con su padre.-contestó

Mire la foto. Ahí estaba Harry, el joven de la tarde anterior con su familia. Su padre, su madre, y supongo que su hermana y su hermano. Sin darme cuenta una sonrisa se estaba formando en mi boca.

-Pero... no tienen la misma clase social.-prosiguió ella y yo desvié la mirada del periódico.

-¿Cómo dices?

-El señor Judd, es el accionista mayoritario por que lo heredó de su padre. No como su señor padre, que lo ha ganado.

Yo asentí sin respuesta.

-¿Mi padre conoce al señor Judd?-inquirí

-¿El señor Williams al señor Judd? O, por supuesto.

-Entonces, ¿cómo es que nunca les he visto juntos?-pregunto de nuevo.

- Me temo.. que su señor padre no se lleva demasiado bien con el señor Judd.-Terminó de hacerme las tostadas, yo en silencio asentí y ella se disculpó para salir del comedor dejandome desayunar sola.

Por las mañanas nuestro choffer Kevin me llevaba al instituto, así que, supuse que ya debía de estar esperandome en la entrada con el coche en marcha. Cogiendo mi mochila y mi almuerzo, salí por la puerta de la entrada y saludandole con una sonrisa entré dentro del BMW negro de cinco plazas, por las puertas de atrás.
Ya dentro me acomodé y pensé en la conversación de esta mañana con Claire.

-Resulta, que a padre no le cae bien el padre de Harry... Oh, que suerte tuve al no mencionarle en la cena de anoche. Quizás, no me deje a mi conocerle. O quizás si. ¿que tendra que ver la enemistad de padre con el de Harry?..

Sin darme casi cuenta llegué al instituto, lo supe porque Kevin había parado el coche y había abierto la puerta trasera en la que yo estaba apoyada.

-Que tenga una buena mañana señorita Hayley.-dijo

-Igualmente Kevin.-le sonreí mientras salia del coche notando como el sol me iluminaba.

Despidiéndome de él, me dirigí a la puerta donde Mary-Kate me estaba esperando.

-¡Hola!-la saludé con la mano desde las escaleras.

-Hola Hayley.

-¿Ha tocado ya?-pregunto

-Así es.

-¿Vamos entrando?-inquiero mirándola a los ojos.Ella solo asintió.-A la salida te tengo que contar una cosa.

Me miró interesada.- ¿Es buena?

La sonreí-Bastante buena.

Y dando por finalizada nuestra conversación entramos en nuestras respectivas clases.

No ibamos a la misma clase, ya que a mí me habian adelantado un curso, ahora iba a terminar 2º de bachiller y me estaba preparando para la selectividad y de ahí, a la universidad.
Aunque debería de haber ido a 1º de bachiller.
Pero, resulta que tengo un nivel avanzado.

Después de las clases, y de la parada del almuerzo salimos todos de nuestras aulas, yo esperé a que todos salieran. Y salí la ultima junto con el profesor.
No dejaba de pensar en que ya cada vez faltaba menos para que tocaran las vacaciones de verano. Y aunque no tenía planes estaba realmente entusiasmada.

Me encontré con Mary-Kate en la salida que ya estaba con su novio Erick.

-¡Hola!-dije saludando a los dos, interrumpiendo uno de sus miles de besos.

-Oh, Erick, no te lo he contado.. pero sabes que, ¿Este fin de semana lo paso en la casa de Hayley?

Erick, era uno del grupo. Bueno, así les gustaba llamarlo, decían que era mejor poner etiquetas. Yo no lo creía.
Era el tipico joven aplicado en los deportes, que venía de buena familia, como Mary-Kate y que se esforzaba en los estudios.
Tanto como los padres mismos de Mary-Kate y los padres de Erick estaban orgullosos de la pareja.

-¿Y eso?-inquirió dirigiéndome una mirada.

- Mis padres y los suyos viajarán y podremos estar juntas el fin de semana.

Una sonrisa se dibujó en su cara.

-Oh no, ni lo pienses.-contesté interrumpiendo sus pensamientos

-¿Por qué no?

-Por que mi padre me lo ha dejado muy claro, nada de chicos. Incluido tú.

-¿Te lo ha dicho así? ¿Incluido Erick?

Yo solo asentí, era verdad. Y si no, que le preguntara él mismo, aunque sabía de sobra que no tendria tanto valor.
Los tres andábamos de camino a nuestras casas.
Yo me separé en una manzana y me despedí de ellos con la mano.
Y cuando iba a girar la esquina...

Capitulo dos.


Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Cruzé la calle, el paso de peatones, doble la esquina, pasé unas cuantas casas y por fin habia llegado a la mia.
Realmente era grande, si, tenia una verja con las iniciales de mi padre: R.J
Era de color negro, y destacaba ya que mi casa era blanca con cuatro grandes pilares en la parte delantera, un gran porche que lo rodeaba y contraventanas azules. Posiblemente, la mejor casa de todo el barrio.

Abrí la verja con cuidado y entré dentro del gran recinto. Me dirigi a la puerta, los coches estaban ya metidos en el pequeño garaje así que, suponia que mi padre ya habría llegado.
Subí las escalerillas que habian antes de toparse con la puerta y respiré hondo.

Note como la puerta se cerraba trás de mi y me dirigí hacia la sala de estar donde posiblemente mi padre estaría.
Y así era, no me equivocaba.

-Hola padre.

Mi madre estaba en otro sofá ojeando una revista, ni siquiera levanto la vista.

-Llegas tarde-me reprocha mi padre.

-Lo sé.-admito.

-¿Tienes alguna excusa?

-No.-niego con la cabeza.

Él suspira.

-Ya hemos esperado lo suficiente, vayamos a cenar.

-Vale.-contesto

-Pero primero vete a ducharte.-me ordena.

-Me gustaría ducharme despues.

Me dirigió una mirada, se colocó las gafas y asintió levemente.
Yo le dediqué una sonrisa y fuimos al comedor principal.

Solemos cenar a las ocho y media. Me habia retrasado media hora ya. Y la impuntualidad a mi padre no le gustaba nada.

Mientras se acomodaba y yo me sentaba en mi sitio me pregunto.

-Y bien, ¿donde has estado?-inquiere.

Prefería no hablar sobre Harry, no creo que fuera necesario. De todos modos a mi padre no creo que le hubiera gustado demasiado. Harry parecía..digamos de otro circulo social al que yo no estaba acostumbrada a juntarme. No porque yo no quisiera, si no, porque mi padre me decia que no era el adecuado para mi.

-Pues.. he estado en el parque.

Me metí un trozo de carne en la boca.

-¿Has estado ahí en todo tu tiempo libre?-inquiere de nuevo.

Yo simplemente asentí, aunque sabia que a mi padre no le gustaba que no le respondiera sin añadir ninguna palabra.

-¿Y que más has echo?

-Nada más, he mirado los pajaros, los he oido y..nada más.

-¿Y por qué no has visitado a Mary-Kate?-Me encogí de hombros.

Pero respondi.

-No sé, pero.. creo que esta tarde iba a estar con Erik.

-Pues, te teniamos que informar de algo.-Me anuncia. Dejé de comer y le mire fijamente.

Cosa que costaba mucho, pues él tenia siempre un gesto en la cara duro, como si estuviera siempre enfadado. Pero yo ya me habia acostumbrado desde hace mucho.

-Este fin de semana, me temo que tu madre y yo, tenemos unas reuniones fuera de Chelmsford, y como no queremos que viajes sin sentido. Hemos decidido que te quedes en casa todo el fin de semana sola, y si quieres.. podrías invitar a Mary-Kate. Ya que sus padres vendrán tambien con nosotros.

No. No me lo podia creer. Era la primera vez en mis deciséis años de vida, que me dejaban sola en casa. Bueno, sola, sola nunca iba a estar, ya que siempre estaría nuestro maravilloso mayordomo Josh, o nuestra ama de llaves Claire. Pero.. aun así, nunca me habia pasado. Y si podia invitar a Mary-Kate...¡mejor!

- ¿Y bien?-me pregunta.

-¿En serio..?-pregunto todavía asimilando- Quiero decir, ¡claro! ¿Y podré invitar a Mary-Kate todo el fin de semana?

- Así es.-afirma.

-Oh, pues.. me encantaria.

-Esta bien, pues mañana temprano llamó a sus padres para confirmarlo, y tu.. deberías de hablar con ella. ¡Ah! Y nada de chicos, tampoco Erik ¿entendido?

-Si.-contesto, notando como todavía la felicidad irradiaba todo mi cuerpo.

Después de esta conversacion, no hubo ninguna más, en realidad, rara vez hablabamos mientras cenabamos, o comiamos.
Me disculpe y me dirigí hacia mi habitacion.
Entré y cerre la puerta trás de mi. Me tire a mi cama de matrimonio en plancha y sentí el calor de la calefacion.
Estaba contenta, tendría que llamar pronto a Mary-Kate para contarselo. Sería un fin de semana completo solo de chicas. Quizás.. podría invitar a algunas más si mi padre me dejara.. Solo para el viernes y que se quedaran a dormir hasta el sabado. Sería genial.
Me levanté, y entré en mi aseo personal. El baño estaba unicamente comunicado con mi habitacion. Y mi habitación era extensa, era de las más hermosas de la casa.

Después de ducharme, y secarme el pelo, abrí la colcha de la cama, apagué las luces y me quede dormida.


Pov; Harry Judd.

Después de conocer a Hayley y que me apuntara su numero de telefono me fui a la plaza en donde Jack, Andy, y los demás chicos me esperaban.
Estaba contento y sonreía sin motivo alguno.

-¡Ey Harry! Llevamos más de media hora esperandote ¿donde demonios te habias escondido?-pregunta Jack nada más llegar.

- Lo siento, Jack, es que.. si te lo contará no te lo creerias.

-Inténtalo.-me alienta.

- ¿A que no sabes a quien he visto en el parque, con quien he hablado y quien me ha dado su telefono?-pregunto sin querer saber una respuesta a cambio

-Pues no.-contesta.

- A Hayley Williams.-contesto todavía sorprendido por decir su nombre.

-¿Hayley Williams? ¿La hija de R.J Williams?-inquiere. Asentí.-Si, ya claro.

Levanto las manos- ¿Ves? Te dije que no te lo creerias.

Jack abrió los ojos en signo de expectación- ¿De verdad me lo estas diciendo?

-Que si.-respondo cansado.

-¿ Y te ha dado su numero de telefono?-inquiere en el mismo tono.

Volví a asentir. Pero una cabeza morena se asomo por el hombro de Jack.

-¿Quien te ha dado su numero, Harold?-pregunta con su aguda voz.

La miré serio.-Te he dicho que no me llames asi.

Ella se rió- Si en el fondo te gusta.-dice con sorna.

-úy si, me encanta.-dije en tono irónico.

-¿La has llamado?-interrumpe Jack nuestra discusión.

- No.-niego mirándolo de nuevo.

-¿Y a qué esperas?-inquiere

- A mañana.

-¿Mañana?-pregunta confuso.

-Si.. ahora es muy tarde.

Terminamos la conversación pronto y despues de estar todo el grupo hablando y haciendo tonterias me despedí de ellos con un 'Hasta luego' y me dirigí a mi casa con tranquilidad, las farolas de las calles ya estaban encendidas, e iluminaban las aceras. Los grillos habian empezado a cantar con sus melodiosos ritmos y yo les seguia con el ritmo de mis pies al pisar el suelo.
Me meti en una pequeña urbanización con las tipicas casas británicas de ladrillo.

Llegué a mi numero y me di cuenta que no llevaba las llaves encima. Y llamé al timbre, se oyeron unos pasos y Katherine me abrió la puerta.

-Ya era hora.

-Bah, tampoco es tan tarde.-dije quitandole importancia al asunto

-Mamá estaba preocupada.

-¿donde está?-pregunto volviendo la mirada hacia ella.

-Con los demás, cenando.

Me dirigí a las escaleras.

-Diles que ahora bajo.-Subí corriendo y entré en mi habitacion, trás dejar los zapatos tirados por hay y ponerme algo comodo, apunté en una pequeña libreta el numero de Hayley por si se me borraba.

Baje y allí seguian cenando.

-Buenas noches a todos.-digo nada más entrar

-¿Donde has estado?-pregunta mi padre

-Um... espaguetthis.-contesto relamiendome.
Me senté al lado Thomas que comia los riquisimos espaguetthis de mamá sin poner ninguna pega.

-Que.. ¿donde has estado?-inquiere mi padre de nuevo.

Levanté la vista de mi plato.

-Pues.. primero he estado en el parque dando una vuelta y después con los chicos en la plaza.-probé los espaguetthis, estaban riquísimos. Sin ninguna duda los de mamá eran los mejores.- Mamá.-dije con la boca llena.-Estos espaguetthis estan riquísimos.

-Bah, siempre dice lo mismo.-contesta por lo bajo Katherine.

Miré mal a Kath y volvi a mi plato de espaguetthis.

-Gracias hijo.-contesta mi madre sonriendo.

La sonreí y estuve hablando con Thomas de varias cosas.
Después de cenar, me fui a mi habitacion, subiendo las escaleras de dos en dos, y me pusé los auriculares para oir musica.
Aleatorio.

Hey Jude - The Beatles.