martes, 14 de junio de 2011

Capitulo veintidós.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Poso sobre el teclado mis dedos con delicadeza sintiendo el tacto frío de las teclas y antes de comenzar a presionarlas respiro hondo.
Cierro los ojos,en mi cabeza empiezan aparecer las notas, y las hago fluir por el teclado. Las primeras notas que toco no van con letra así que me concentro en el sonido de éstas, sintiendo como me aísla de todo y me hace disfrutar.
Al segundo veinte o por hay, llega el momento de que mi voz se oiga y antes me aclaro la garganta.
'When i was younger
I saw my daddy cry
And cursed at the wind'

Comienzo a cantar con un hilillo de voz. Hago una parada para respirar mientras que las notas en el teclado siguen sonando y vuelvo a cantar con más fuerza.
'He broke his own heart
And i watched
As he tried to reassemble it'

Mi voz ahora suena alta y decidida y me alegro por ello. Noto la respiración de Harry a mi lado y me tranquiliza.
'And my momma swore that
She would never let herself forget'

Presiono mis ojos con fuerza y me concentro en la canción aunque sé que pronto va a terminar pues no está acabada.
'And that was the day i promised
Id never sing of love...

If it does not exist'

Consigo terminar de cantarla y siento como algunas lágrimas se arremolinaban en mis ojos, y aunque yo hacía todo lo posible para que ninguna se escapara, no pude evitar como una de ellas salia de mi ojo derecho y hacía una carrera hasta terminar en mi barbilla.
Apagué el teclado, me limpié la lágrima y cuando iba a darme la vuelta sentí unos brazos al rededor mío, abrazándome, dándome calor y apoyo.

-No... no está terminada- dije con la voz baja.

-¿Eso es lo qué piensas?-me preguntó desde detrás mio.

Me gire en la silla, quedándome enfrente de él y con la duda en los ojos- ¿El qué?

-Que el amor no existe.

Baje la mirada avergonzada. Pero Harry acercó su mano hasta mi barbilla y la hizo que subiera.
Mire a sus ojos azul zafiro que me miraban con ternura.

-No- negué- Ya no.

En la boca de Harry se dibujó una sonrisa y eso hizo que en la mia se instalara otra, este chico tenía una influencia increible para hacer sonreir a otras personas.
Se acercó a mi, hasta que sus labios volvieron a rozar los mios y cuando los juntó del todo volví a sentir ese hormigueo que infundia todo mi cuerpo.
Harry acercó una mano a mi cadera e inclinandose hacía mi, profundizó el beso, pasé las manos por su nuca, atrayéndolo más a mi y notando como su lengua recorría mi boca.

Pov; Harry Judd.

Hayley me había cantado y tocado una canción de su puño y letra.
Esa canción decía todo lo que sentía y me había dejado realmente sin palabras, la melodía era preciosa y juntada con su voz la hacía aún más perfecta. Pero sin duda, lo que podías descartar de esa canción, era la letra.
No hay palabras para explicarlo.

Pero, como bien había dicho Hayley, no estaba terminada.

Me acerqué a ella y la abracé desde atrás, notando su piel fria contra la mia y en ese momento creo que pude apreciar hasta un leve tembleque por su parte.

-¿Eso es lo que piensas?-la pregunté intrigado.

Se dió la vuelta ante mi pregunta y se me quedó mirando de frente.
-¿El qué?-inquirió.

-Que el amor no existe.

Hayley miró de nuevo a mis ojos y seguidamente bajó la mirada avergonzada y temerosa por si pudiera ver en sus ojos todos sus temores.
Acerque mi mano a su barbilla, levantándola levemente para que me volviera a mirar a los ojos y comprendiera que yo estaba ahí para cualquier situación.

-No-negó- Ya no.

Sonreí. Sonreí por el echo que había continuado con un 'Ya no'. Eso quería decir, que antes si lo pensaba y por suerte ahora no.
Hayley sonrío y sentí de nuevo el impulso de besarla, de tener sus labios pegados a los mios.
Me acerqué a ella, y posando una mano en su cadera la besé de nuevo.Ella correspondió a mi beso y entrelazó sus brazos por mi cuello juntandome más a ella.
Me incliné más y cuando estaba jugando con mi lengua en su boca, ella se apartó rápidamente y se levantó de la silla, dejándome ahí, sin saber que hacer y extrañado por su reacción.
Me gire para ver a donde había ido y la ví rebuscando en su cajón.

-¿Qué haces?-le pregunté divertido.

-Estoy buscando un bolígrafo-respondió sin ni siquiera mirarme.

Fruncí el ceño confuso y me acerqué a ella- ¿Para qué?

-Se me acaba de ocurrir cual puede ser el estribillo de la canción y como no lo apunte se me olvida.

Sonreí. Mientras la observaba buscar desesperadamente un bolígrafo en su cajón.
Por fín lo encontró, se levantó, pasó al lado mio y llegó hasta la libreta que tenía encima del piano. Seguí sus pasos y me quede detrás de ella, sintiendo a escasos centimetros su espalda de mi cuerpo, intenté ver por encima de su cabeza que es lo que escribía pero cuando iba a empezar a leer cerró de nuevo la libreta.

Se giró, me miró y esbozó una sonrisa.

-¿No me vas a dejar verlo?-pregunté alzando una ceja.

-No- negó con la cabeza mientras que dejaba la libreta encima del piano.

Abrí la boca para protestar pero Hayley interpuso su dedo indice en esta mandándome callar.

-Quiero que la oigas terminada, cuando la tenga, te la cantaré-me anunció.

Me acerqué a ella, juntando nuestras frentes y nuestros alientos.
-Me gusta la idea.

Hayley sonrío y pasó sus brazos por mi cuello, abrazándome y apoyando su cabeza en mi hombro. Yo pasé los míos por su cadera y sentí su cuerpo pegado al mio.
Noté como su boca se abría para echar un pequeño bostezo y caí en la cuenta que era muy tarde.

-¿Tienes sueño?-la pregunté en su oído.

-Un poco-respondió.

-Pues venga, vete a la cama que es tarde.

La aparto y la llevó hasta la cama empujándola por la cadera.
La hago tumbarse y la tapo.

-Harry- me susurra.

-Dime- la contesto sentándome en la cama.

-Quédate un poco por favor.

Miro a la calle y puedo ver como solo hay la luz de la luna alumbrándola. Asiento y me tumbo al lado suyo sin taparme.
Hayley sonríe satisfecha y acomoda su cabeza a mi pecho pasando un brazo por este y yo, acomodo mi cabeza a mi brazo flexionado mirando al techo.

-Buenas noches Harry.

-Buenas noches Hayley- la respondo y la beso en la cabeza mientras la acaricio el pelo con una mano.

jueves, 9 de junio de 2011

Capitulo veintiuno.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Sigo en esa posición durante tiempo. No sé exactamente cuanto. Quizás lleve diez minutos, o veinte, la noche entera o quizás solo hayan pasado dos segundos y me han parecido eternos.
Cuando levanto la cabeza de la almohada abro los ojos que anteriormente tenía cerrados con fuerza,miro por las ventanas y el cielo ya esta completamente negro.
Debe de ser tarde.
Me incorporo hacia atrás sintiendo como la postura anterior me ha dañado en la espalda y oigo un ruido en la ventana.

No le doy la minima importancia, posiblemente sea algun pajaro, alguna rama u hojas.
Suspiro y vuelvo a oir el sonido esta vez más fuerte.
Le vuelvo a ignorar hasta que veo perfectamente con mis ojos como una piedra de mediano tamaño golpea el cristal del balcón.
Me sorprendo y salgo por el lado derecho de la cama.
Entreabro la cortina e intento divisar algo en la oscuridad pero se me hace imposible, hasta que veo un movimiento en el jardín.

Decidida, abro la cristalera que me permite salir al balcón y salgo a este. El frio me estremece los huesos y recuerdo que voy en pantalones cortos y camiseta de manga corta.
Me acaricio los brazos con cada mano y sin ver nada extraño me giro para volver al interior de mi habitación hasta que oigo que alguien me llama.

-Hayley.

Abro los ojos y me asomo a la barandilla del balcón mirando para abajo- ¿Harry?-pregunto extrañada.

Ahí abajo puedo ver a Harry, con la misma ropa que llevaba esa tarde y sonriendome. Me extraña y me inquieta.

-Necesito hablar contigo- responde.

Me acomodo con los codos en la barandilla.

-Habla- le propongo.

Harry ríe- Más cerca.

Harry ve la duda en mis ojos y prefiere actuar, mira a la pared donde está situado mi balcón y llega a divisar una enredadera.
Rápidamente se acerca a ella y escalando llega hasta mi balcón.
Asombrada por su agilidad me echo para atrás y él salta hasta el interior de éste.

-Ahora si- dice riendo.

-¿De qué querías hablar?-inquiero rápidamente, el frío me empieza a estremecer.

-Si.. bueno eso, que... quería arreglar las cosas contigo, no me gusta que estemos...bueno, así, se podría decir que enfadados y...-está nervioso y no sabe como seguir. Pero a mi me ha bastado para darme cuenta que él tampoco lo ha pasado bien con nuestra discusión. Me acerco a él y finalizo su frase con un beso cálido en los labios. Me responde dándome otro y pasando sus manos por mis brazos, sintiendo su calor.- Entonces, ¿me perdonas?

Me separo de él y le miro a sus ojos que podrían iluminar una noche en la oscuridad- ¿Me perdonas tú a mi?.

Harry vuelve acercar sus labios a los míos mientras me sonríe y tras juntarlos, los desvía hasta mi oreja.

-No hay nada que perdonar- me susurra.

Siento un escalofrío y Harry lo nota y me mira de arriba abajo.

-¿Tienes frío?

-Un poco- contesto. Miro al interior de la habitación y aunque sé que no es apropiado lo hago- ¿Quieres entrar dentro?- señalo la habitación.

Harry me mira a los ojos un instante y después desvía la mirada a la habitación, asiente y le doy la mano guiándole adentro.

Una vez dentro los dos, cierro la cristalera que me ha permitido salir y corro las cortinas.

-Bueno... y esta es... mi habitación.-anuncio echándola un rápido vistazo.

Él, como anteriormente he echo yo en la suya, la mira detalladamente y sonríe cuando ve varias fotos en un corcho. Se acerca y las observa. Me gustaría saber que piensa en esos momentos.
Cuando me doy cuenta se está acercando al piano que tengo al lado de la ventana.

-¿Tocas el piano?-pregunta pasando sus dedos por las teclas sin llegar a presionar ninguna.

-Un poco.

Harry sonríe y mira a la esquina- ¿Y la guitarra también?- asiento- ¿Me tocas algo en el piano? Me encanta el sonido.

Le miro y me acerco a él. -Es que...-objeto.

-Por fa. -me protesta.

Bufo sonoramente y Harry ríe. Me siento en la silla que hay situada para tocar el piano y Harry se sienta en la que hay al lado.

-Bueno... si no te importa, me gustaría empezar a tocar una canción que he compuesto yo pero que.. no he terminado. Nadie la ha oído nunca y por eso me hace ilusión que la oigas tu primero- le anuncio vergonzosa.

Harry me mira, asiente y sonríe.

sábado, 14 de mayo de 2011

Capitulo veinte.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Puedo decir que los viajes en coche con Harry son gratificantes. Hemos estado hablando todo el rato, casi siempre de él, porque yo lo pedía. Pero en los momentos que hemos quedado en silencio, el silencio no era para nada incomodo. Es más, era hasta confortable.

Hemos llegado hasta la verja negra que separa la calle del recinto de mi casa.
Una presión se instala en mi pecho, no quiero bajar del coche y dar por terminado el día con Harry. Me gusta demasiado estar con él, su presencia, su olor...

-¿ Algún día vas a bajar?-pregunta Harry riendo.

-¿Acaso me estás echando?-inquiero girándome en el asiento.

Harry ríe y niega con la cabeza, se acerca poco a poco a mi y acorta las distancias depositando un beso en mis labios.
Muevo los mios contra los suyos, sin dejarle escapar.

-¿En que pensabas?-me susurra todavía cerca de mi cara.

-En ti.- Harry alza una ceja, río y bajo la mirada- Bueno..en.. nosotros.

La mirada de Harry cambia a preocupación y busca la mia- ¿Pasa algo?-inquiere nervioso.

-Nononono-niego rápidamente mirándolo a los ojos.

-¿Entonces?

Me encojo de hombros y miro por la ventanilla. El sol ya se ha escondido y la luna empieza a aparecer tras las nubes.
Las farolas de la calle se han encendido y ahora iluminan las aceras.

Los dos estamos en silencio, no sé si mi contestación le ha servido o si se ha enfadado. Decido averiguarlo y giro mi cabeza de nuevo para encontrarme con sus ojos azules mirándome, intentando descifrarme, traspasarme y conseguir saber lo que pienso.
Creo que se cansa de buscar una explicación a mi anterior gesto y se vuelve a poner en su asiento, recto.

-Es tarde... deberías irte- dice mirando fijamente al frente.

Asiento y me bajo del coche sin ninguna palabra de por medio. No sé porque se ha enfadado, y eso me hace enfadarme a mi más.
Espera, ¿es nuestra primera discusión de pareja?
Me doy la vuelta antes de entrar por la verja negra.
Y veo a Harry mirándome, pero cuando ve que le miro, arranca el coche y se va.
Suspiro.

Me encamino hacía la entrada de casa, meto la llave en la cerradura y entro notando el calor hogareño.
Todavía sigo dándole vueltas al tema de Harry. No entiendo que he echo mal.

Mary-Kate está con Erick en el sofá hablando animadamente. Tienen al rededor cajas de pizza.

-¡Ya era hora señorita!- exclama riendo Mary-Kate.

Les echo un vistazo y asiento.

-Ey-dice preocupada mientras se levanta y va hasta mi posición- ¿Te pasa algo?

Niego con la cabeza.

-¿Has cenado?-me pregunta mientras rehuyo su mirada.

Vuelvo a negar.

-Podrías decirme algo...

-Me voy a la cama, estoy cansada. Mañana hablamos.

Mary-Kate asiente y me da un abrazo. Se lo devuelvo, es lo que necesitaba y no sé como pero lo ha sabido.
Intento esbozar una sonrisa cuando nos separamos.
Subo las escaleras sin ganas, abro la puerta de mi habitación y la de Mary-Kate en este fin de semana y me pongo unos pantalones cortos de pijama junto con una camiseta básica de tirantes de color rosa pastel y encima una camiseta grande de los 'Beatles' que deja al descubierto mi hombro.

Me siento con las piernas cruzadas en la cama y miro a un punto fijo.
En realidad no pienso en nada.
No me apetece hacer nada, tampoco dormir. No sé porque me siento así, supongo que no me gusta pelearme con la gente y que lo haya echo con Harry no me gusta...
Decido arreglarlo y busco mi móvil.
Busco su numero en mi agenda y le doy a la tecla de llamada sin pensarlo una vez más.
Un pitido. Dos pitidos. Tres pitidos. Cuatro...cinco... Llamada finalizada.
No lo coge.

Tiro el teléfono con frustración contra la cama y me tapo con una almohada la cara.

Pov;Harry Judd.



Paro el coche enfrente de mi casa, Hayley me está llamando al movil. En este momento, lo tengo en mis manos pero no le doy a la tecla de descolgar.

¿Por qué? No lo sé. Soy imbecil.

Miro por la ventanilla y veo que en mi casa estan las luces del comedor encendidas. Y las persianas de los cuartos bajadas.
Miro hacia el aparcamiento, todavía no ha llegado mi padre.
Posiblemente mi madre ya esté haciendo la cena.

Suspiro y apoyo la cabeza contra el volante. Estoy en esa posición y con los ojos cerrados varios minutos hasta que unos golpes en el cristal del copiloto me sorprenden. Levanto la cabeza y veo a Kat.
Bajo la ventanilla.

-¿Qué quieres Katherine?-le pregunto molesto.

-¿Yo? Nada, pero te recuerdo que tienes tú casa enfrente...-contesta.

-Ya...-respondo sin ganas.

-¿Te pasa algo?-me pregunta. Hago una mueca extraña y se echa a reír-Espera, voy a tirar la basura y me cuentas.

Asiento levemente y en menos de dos segundos Kat se está subiendo al asiento del copiloto.

-Cuentame.

La miro- Es que... no sé, creo que he discutido con Hayley.

Alza una ceja- ¿Crees?

-Si- respondo.

-¿Y porqué no vas a averiguarlo?

La miro desconcertado, no la entiendo.

-Quiero decir- reanuda- que vayas a su casa y lo hables con ella y lo arregléis.

Recapacito las palabras de mi hermana y si, creo que tiene razón. Tengo que hablar con ella. Por lo de antes y por lo ahora.
Quiero que con ella salga todo bien, que todo vaya más perfecto que bien.

-Tienes razón-admito.

Kat sonríe y asiente y se baja del coche.

-Entonces...-dice antes de cerrar la puerta- ¿Les digo a papá y a mamá que no te esperen despiertos?

Asiento sonriendo y vuelvo a arrancar el viejo coche.

Katherine cierra la puerta y se vuelve hasta la puerta de casa.
La miro por ultima vez y piso el acelerador.

lunes, 2 de mayo de 2011

Capitulo diecinueve.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Pov; Harry Judd.

Termino de tocar la batería y dejo las baquetas.
Levanto al vista encontrandome con los ojos de Hayley, aquellos que no tienen un solo color. Si te fijas bien, sus ojos estan compuestos por tres colores: Azul, gris y verde. Y en ellos hacen una mezcla explosiva, depende de como le de la luz, a veces resalta el azul y otras veces el verde.

Me mira expectante y no tengo ni la minima remota idea a que se debe. Busco en ella una explicación de porque no habla, pero, nada de nada.
¿Tan mal lo he echo?. Bajo la mirada triste y noto como ella se levanta de la silla y se acerca a mi. Me coje la barbilla con sus finos dedos y acerca sus tiernos labios a los mios.
Los mueve rapido con decisión, no sé a que se debe esto pero yo sigo el beso.
Para y me mira a los ojos.

-Wow-articula- Increible Harry, increible.

Me empiezo a reir y Hayley levanta una ceja sin entenderlo.

-¿Entonces, ha estado bien?-pregunto.

Hayley sonríe y se sienta en mi regazo- ¿No me has oido? ¡Ha sido increible! Nunca había visto a nadie tocar la batería con tanto afán y dedicación como lo haces tu. Dios...ha sido...

La interrumpo esbozando una sonrisa- ¿Increible?

Ella se echa a reir, me encanta el sonido de su risa. Es melódico.

-Si, increible.

Nos quedamos mirandonos y de mientras pensamos.
Hayley aparta su mirada de la mia y mira el resto de la habitación curiosa.

-¿Vamos arriba?-pregunto rompiendo el silencio formado.

Ella asiente y espero a que se levante de mi regazo. Después, subimos las escaleras de nuevo al salón y me pongo al lado suyo cogiendola la mano. Supongo que no se lo espera, porque se sorprende a notar el roce de mi piel contra la suya, pero no la debe de incomodar ya que entrelaza sus dedos con los mios.

-Vamos al jardín-propongo, ella asiente.

Pov; Hayley Williams.

Salimos dados de la mano al jardin, me sorprende que me haya cogido la mano, pero en realidad estaba deseando que lo hiciera. Entrelazo mis dedos con los suyos y noto por el rabillo del ojo como sonríe.

Bajamos las escalerillas y siento el irregular cesped debajo de mis zapatos. Me lleva hasta debajo de un árbol y se pone en frente mio,sin soltar mi mano.

Le sonrío y se acerca a mi.

-Anoche estuve toda la cita deseando hacer esto-dice y mira nuestras manos.

-¿El qué?-pregunto- ¿Darme la mano?

Él asiente.

-¿Y porque no lo hiciste?-pregunté confusa.

-Bueno... no sabía como ibas a reaccionar-contesta avergonzado.

Me muerdo el labio inferior y le miro- ¿He reaccionado mal ahora, a caso?

Harry niega con la cabeza y junta su frente con la mía, noto su respiración en mi cara y mientras inhalo su olor cierro los ojos.

-¿Me concedes un baile?-abro los ojos de nuevo tras tal pregunta y él ríe al ver mi reacción.

-Por supuesto-contesto.

Nos juntamos más, y enlazo mis brazos a su cuello. Él, acerca sus manos a lo más bajo de mi espalda y me aproxima mas.
Nos balanceamos levemente bajo el manto de hojas del árbol y un sol que incide sobre ellas dejando mostrar unos rayos de sol en nosotros.
Levanto la mirada del suelo donde nuestros pies se mueven de derecha a izquierda y de nuevo de izquierda a derecha, me encuentro con la mirada de Harry. Sus ojos de azul intenso me hacen sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

Apoyo mi cabeza en su pecho y noto como su corazón late más rápido con el simple contacto de mi piel con la suya. Sonrío y Harry apoya su barbilla en mi cabeza.

-Harry...-susurro contra su pecho. Él inclina su cabeza alejando su barbilla de la mía y levanto la vista para volver a encontrarme con sus perfectos ojos- Yo...-tomo aire- yo...

-¡Hola chicos!-exclama una voz femenina desde la puerta trasera de la casa.

Rápidamente quito mis manos de su cuello y él levanta la vista para mirar a quien nos haya interrumpido.

-Hola Katherine- saluda él, sorprendido por mi reacción, pero sin quitar sus manos de mi cadera.

-Ups, perdón, ¿interrumpía algo?-pregunta mientras nos ve andar hasta su posición.

Avergonzada intento hablar y saludarla- No, nada...hola -me acerco a ella y la doy dos besos- Soy Hayley.-sonrío y ella me devuelve la sonrisa.

-¡Hola Hayley!-me devuelve los besos- Soy Katherine, la hermana de Harry.

-Sí, lo sabía- miro a Harry sonriente mientras él nos observa apoyado desde el marco de la puerta indiferente a la conversación.

-Bueno...¿te quedas a cenar?-pregunta Katherine.

Me sorprendo, ¿cenar? ¿ya? ¿tan tarde es?

-¿Cenar a las siete de la tarde, Katherine?-pregunta Harry.

Katherine suspira- bueno, pues merendar...

-Me encantaría, pero...creo que es mejor que me vaya yendo, me temo que es muy tarde-respondo excusándome.

Harry se acerca a mi- ¿Te vas?-Asiento- Vamos que te llevo.

-No, no, no hace falta....-contesto.

Harry me mira alzando una ceja mientras coge las llaves del coche de la encimera y ríe- Anda, vete a ponerte tu ropa.

Recuerdo que llevo la camiseta de Harry como única ropa y me avergüenzo tiñendo mis mejillas de un color rojizo. Bajo la mirada y asiento, subo las escaleras despidiéndome de Katherine que se queda en la cocina con Harry hablando.
Subo las escaleras y me dirijo de nuevo al baño donde se había quedado mi ropa. Me pongo el pantalón con cuidado de no hacerme daño al rozar con la herida y me quito la camiseta de Harry para a continuación ponerme la mía.
Llaman a la puerta y doy mi permiso para que abran. Es Harry.

-Te venía a decir...que si quieres te puedes quedar mi camiseta- me muestra su sonrisa.

-Oh, no, no, no hace falta, en serio....-se la tiendo pero él la rechaza.

-De verdad, que a mi me da igual.

La miro y dudo unos segundos entre quedármela o no, la verdad es que me encantaría pero mi madre o mi padre sospecharían y no me traería nada más que problemas. Pero sé que Harry es muy testarudo así que, me acerco a él, quedando bajo su mirada y con la camiseta en la mano.

-Vamos a hacer un trato- le ofrezco mientras rodeo su cintura con mis brazos y le miro a los ojos- Te la quedas tú y cuando venga a tu casa tengo una camiseta para mi. ¿Trato hecho?

Harry ríe y mira la camiseta, de nuevo a mi y asiente- Esta bien, esta va a ser tu camiseta oficial.

Sonrío y le doy un beso en la mejilla.
Volvemos a bajar las escaleras dados de la mano y salimos por la puerta principal. De nuevo, rumbo a mi casa.

domingo, 1 de mayo de 2011

Capitulo dieciocho.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Nos adentramos en una urbanización. Me sorprende las casas, todas son iguales. Sin duda, me alegro de como es la mía.

Seguimos hasta pararnos en frente de la típica casa británica de ladrillo marrón.
Harry para el coche, mira la casa, a mi y me sonríe.
Me siento obligada siempre a devolverle las sonrisas.

Baja del coche y como de costumbre, me abre la puerta. Intenta cogerme de nuevo pero se lo impido. Refunfuña y le permito que me ayude hasta la puerta de su casa.
Poso una pierna y cojeo la que estoy sangrando.
Saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta.

Ahora me doy cuenta que no solo Harry huele así. Toda su casa huele a él. Si por mi fuera, metería su olor en un frasco y me lo llevaría a mi casa. Respiro hondo y sonrío.Es reconfortable.

-Vamos al aseo de arriba- me dice cerca del oído y yo asiento.

Subo las escaleras cojeando. Me he vuelto a negar a que Harry me lleve en brazos, no estoy discapacitada. Sé andar.
Harry se ha puesto detrás mio, tiene miedo a que me caiga para atrás y por el rabillo del ojo veo como niega con la cabeza.

-¿Ves? puedo subir yo sola-digo saltando el último escalón.
No debería de haber adelantado acontecimientos. En el ultimo salto, mi cuerpo se ha balanceado hacia atrás, no he mantenido el equilibrio y si no llega a ser porque Harry está detrás mio y me ha sujetado por la cintura me caigo.

Él ríe y asiente- Si, si, ya lo veo... tu solita.

Pongo los ojos en blanco mientras río y le acompaño hasta el aseo.

-Ven, sienta- da unas palmadas a la encimera del lavabo.

-¿Donde? ¿Ahí?

-Si, aquí-vuelve a golpearla y me acerco cojeando.

Hago un pequeño salto y con agilidad me siento ahí arriba.

Harry se agacha y me examina la herida que no ha dejado de sangrar ni un segundo. Al rededor de esta, mi pantalón se ha vuelto rojo.

-Umm...creo que te tienes que quitar el pantalón para poder curarte la herida mejor- mis ojos se agrandan tras ese comentario y siento como mis mejillas se tiñen de rojo.Harry lo nota y ríe divertido- Espera aquí.

Asiento sin decir nada y espero.
Harry vuelve al minuto con una camiseta negra entre las manos.

-Toma- me la tiende, yo la cojo y me la quedo mirando. Tiene unas letras en rojo que sobresaltan en ella y encima unas en blanco. No me paro a mirar que pone. Realmente no entiendo porque me da su camiseta. Él observa mi cara y comprende que no lo entiendo- Es para que te quites el pantalón-le miro- Es lo suficiente larga para que te tape hasta las rodillas o eso creo...

Tuerzo el morro y eso hace que Harry sonría- Te dejo el baño un momento mientras te cambias- no me da tiempo a responder una contestación y Harry sale del aseo dejándome sola.
No tengo más remedio que hacerle caso y cambiarme de ropa por mucha vergüenza que esté pasando.

Me bajo del lavabo y me quito el pantalón con cuidado, noto como se resbala por mi pierna y cuando roza con la herida me escuece. Reprimo un gesto desagradable y me lo quito del todo. Con la pierna flexionada me quito la camiseta y vuelvo a mirar la camiseta de Harry.
La acerco a mi nariz y la huelo. Otra vez su olor inunda mis napias.
Sonrío y me la pongo por encima, en efecto, como él decía me quedaba grande pero por encima de las rodillas, lo suficiente para taparme la ropa interior.
Después de coger mi ropa, doblarla y ponerla a un lado, me acerco cojeando a la puerta y la abro.

Con tan mala suerte que Harry estaba apoyada en ella y al abrir casi se cae para atrás. Río ante la casi caída y se da la vuelta para mirarme. Sube la mirada poco a poco desde mis rodillas,seguidas por mi cadera, hasta mi pecho y por ultimo mi cara.

-Te queda mejor que a mi- sonríe y no puedo evitar soltar una risilla nerviosa- Ahora si que sí, vamos a limpiarte la herida.

Asiento y me vuelvo a sentar encima del lavabo. La camiseta se eleva un poco al sentarme y se queda a la mitad de mis muslos. Harry se queda mirando lo poco que me tapa la camiseta con el Alcohol en la mano y noto como me ruborizo y rápidamente bajo la camiseta lo máximo que puedo. Él levanta la vista hasta mis ojos sonriendo y vuelve a bajarla hasta la herida.

No hemos hablado en todo este tiempo que me ha estado curando. He intentado reprimir algunas quejas de dolor pero alguna vez escocía tanto que no podía.

Por fin termina lo que para mi ha sido una eternidad y me tiende la mano para ayudarme a bajar.

-Alah, ya hemos terminado señorita quejas- dice riéndose.

Yo le saco la lengua y aceptando su mano bajo del lavabo.

-Ya me puedo poner mi ropa ¿no?-inquiero rápidamente.

-Yo creo que... tienes que esperar a que se seque el Betadine-contesta con una sonrisa picara.


Resoplo y él ríe acercándose a mi. Me pregunto como puede tener los ojos de un color azul tan intenso.
Siento como poco a poco va acortando las distancias y junta de nuevo sus labios con los míos. Al principio en un suave roce, después juega con ellos y agarro su camiseta con fuerza entre mis manos, mientras nuestras lenguas comienzan una pequeña batalla noto la mano que le queda libre subiendo por mi pierna flexionada, desde mi rodilla hasta mi muslo. Se acerca a mi cadera y sube la mano por debajo de mi camiseta. Cuando llega a la altura de mis costillas me obligo a parar y así hago.
Él ve mis intenciones y quita su mano de nuevo suavemente y acaricia mi cara. Sonríe y me da un beso en la comisura del labio.

-¿Te enseño mi cuarto?-inquiere a todavía escasos centímetros míos.

-Si-asiento y me lleva tras el.

En este camino intento apoyar la pierna, todavía me duele pero ya no tanto.

Llegamos hasta una puerta en donde hay una pegatina típica que señaliza el 'Aseo de mujeres' Sonrío y él abre la puerta.
Nada más entrar veo su cama,-su habitación es de un color azul claro- tiene un armario delante de la puerta y a cada lado de la cama hay una mesita con la bandera de Inglaterra.

-Bueno...esta un poco desordenada....-intenta excusarse.

-No pasa nada- río y entro, cerrando él la puerta tras de mi.

Paso la mirada por toda la habitación y veo que tiene un mural de fotos en el cabecero de la cama. La cama está desecha pero no le presto demasiada atención.
Tiene muchos posters y me fijo en el de un surfista que ocupa la mitad de una pared y el de un canguro.
Debajo del póster del surfista encuentro un montón de CD's amontonados y me acerco a curiosear.
La verdad es que, tiene muchos y sin ningún orden.
Encuentro varios de Blink 182 y Linkin Park.
Sonrío ante este ultimo. Es uno de mis favoritos.

-¿Te gustan?-susurra a mi lado.

Me sobresalto pegando un pequeño brinco y él ríe.

-Me gusta este- saco el disco de 'My generation' de 'The Who'. Miro la carcasa y de nuevo a Harry- es uno de mis favoritos.

Harry sonríe- Si, también de los míos.-antes de quedarnos en un silencio, él vuelve a interrumpir- ¿Te enseño la batería?

-¡Es verdad!-exclamo, miro a mi al rededor pero no veo ninguna batería- ¿Donde la tienes?

-Está en el cuarto de abajo.

Asiento y dejo de nuevo el disco en su sitio, aunque si lo hubiera dejado en cualquier otro lado, Harry no hubiera notado la diferencia.

Bajamos las escaleras de su casa, ya puedo posar la pierna bien. Y seguimos descendiendo hasta el sótano, al lado del garaje hay un pequeño cuarto donde tienen dos guitarras y al fondo una batería de color azul turquesa y platillos dorados.
Me acerco maravillada y Harry me sigue cerca.

-¿La puedes tocar?-inquiero mirándole.

Harry hace una mueca y finalmente resopla dándose por vencido, coge una silla que encuentra en la otra parte de la habitación y me hace sentarme en ella.
Después de encontrarme a mí, sitio, se sienta en el asiento que hay detrás de la batería y coge sus baquetas.

Hace chocarlas entre ellas dos o tres veces y comienza a tocarla.

sábado, 30 de abril de 2011

Capitulo diecisiete.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

''Today is gonna be the day
That they're gonna throw it back to you..''

El sonido de mi móvil nos interrumpió.
Me separé de él para cogerlo y vi en la pantalla el nombre de Mary-Kate.
Descolgué.

-¿¡Donde estás?!-pregunta alarmada.

-Acabo de salir del Hospital...¿Por qué? ¿estas bien? ¿ha pasado algo?-inquiero asustada.

Ella suspira aliviada- No, no, al contrario, creía que te había pasado algo a ti.

Sonrío- No, tranquila. Es que he comido fuera, nada mas.

Harry tose tapándose con la mano pero aún así Mary-Kate le oye.

-¿estas sola?-pregunta curiosa.

Miro a Harry sonriente- No, estoy con... Harry.

Él sonríe y se pone a mi lado, pasando su brazo por mi cintura.

-Uuuuuuuuuuuuy-exclama alargando la 'U'- ¿Con Harry eh? ¡A ver que haces pillina!

Harry debe de haberla oído, porque empieza a reírse de una forma nada disimulada.
Yo avergonzada respondo.

-¡Que dices! Anda, deja de pensar guarradas-Harry aumenta su risa y yo me río con él-¿Has comido?-pregunto a Mary-Kate cambiando de tema.

-Si,si, tu cámbiame de tema...-río de nuevo- Pero que sepas que cuando vuelvas, si vuelves...-deja esas palabras en el aire y vuelve a su comentario- me vas a contar todo.

-Si,si. Entonces, has comido ¿no?-pregunto de nuevo sin hacerla caso.

Ella gruñe- Si.

-Pues... no sé, ahora iré, supongo- miro a Harry y él me mira-Bueno, no sé, ya lo hablaremos- Harry sonríe y vuelve a mirar al horizonte- Invita a Erick si quieres.

-¿Seguro? Si tu padre dijo...

-Ya, pero no vas a estar sola ¿no?

-Vale. Gracias.

-No tienes por que darlas- admito.

-Pásatelo bien, pero te quiero en casa pronto eh-me advierte como un mayor.

Río- Que si, que si, adiós.

No le doy tiempo a que responda y cuelgo guardando de nuevo el teléfono en mi bolsillo.

Harry vuelve a su posición de antes, juntando su frente con la mia y me besa en la comisura del labio dulcemente.

-Ven-me indica mientras tira de mi brazo.

Sonrío y le sigo detrás, hasta que llegamos a la punta del mirador, que está un poco más elevada que el resto. En él hay un arbol bastante grande y crecido. Harry se acerca a su ancho tronco y saca las llaves del coche.

-¿Qué haces, Harry?-pregunto asomando la cabeza por su hombro para ver mejor el tronco en el que ahora con las llaves está tallando algo.

Termina de escribirlo y lo tapa con una mano. Me mira por encima del hombro y sonríe- He tallado este día en el árbol. Ahora, este árbol nos pertenece, a los dos. Como pareja.-quita las manos y encuentro una fecha rodeada por un corazón:''8-6-2002''. Me acerco a ello maravillada y toco la corteza del árbol con las yemas de mis dedos. Noto el relieve que han echo las marcas al pasar la llave por ella y sonrío.-¿Te gusta?-pregunta Harry agarrándome por la cintura y apoyando su barbilla en mi hombro.

-Me encanta- concluyo dándome la vuelta en sus brazos y de nuevo le vuelvo a besar.

Bajamos de nuevo en silencio con cuidado de no resbalarnos y en una de las ultimas bajadas, noto como una zarza que no he visto se clava en uno de los descosidos de mi pantalón. Reprimo un grito y me miro la pierna, he intentado seguir andando sin darme cuenta que se me había clavado y ahora tenía los pinchos hundidos en mi piel. Me paro, y me intento sacar los pinchos de golpe pero eso me hace más daño aun y esta vez si que grito de dolor.
Harry oye mi grito y se da la vuelta preocupado, nota que no estoy con él y vuelve a subir esta vez más rápido.
Llega hasta mi posición y se acerca a mi.

-¿Qué pasa? ¿Por qué has gritado?-miro hacia mi pierna de la que empieza a salir un liquido rojo- Oh, vale, no pasa nada, quítate uno a uno.

Tragó saliva y mojándome los dedos de sangre quito los pinchos uno a uno, aunque duele, no lastima tanto como quitarlos todos de golpe.
Cuando consigo soltarme de todos ellos, me siento en el suelo con la pierna dolorida. Harry no piensa dejarme ahí y me coge en brazos.

-¿Qué haces?-le pregunto a la vez que él empieza a andar.

-No pensarás que te voy a dejar desangrándote ¿no?-pregunta mientras hace el esfuerzo de bajarme.

-Primero, solo es una pequeña herida y segundo, Harry, peso mucho, nos vamos a caer.

Harry para y me mira.Niega con la cabeza y sigue andando.
Me río ante su tonta reacción y al fin, hemos vuelto al viejo parque.
Cuando ya siento que Harry anda sobre una superficie plana le obligó a que me baje, pero él me hace caso omiso y me lleva hasta el aparcamiento donde está su coche.
Llegamos, lo abre con una extraña maniobra sin soltarme y abre la puerta del copiloto para sentarme. Me sienta y me examina la herida.

-En serio Harry, no es nada...-le digo en un intento de tranquilizarle.

-Vamos a mi casa y te curo mejor la herida ¿te parece?-No le veo inconvenientes. Pero el simple hecho que me lleve a su casa y estén sus padres.... y sobre todo, su padre...Harry, vuelve a ver la duda en mis ojos como él solo sabe hacerlo y prosigue- Tranquila, mis padres hoy estarán en su cena de cada sábado con los vecinos.

Asiento más tranquila y tras un fugaz beso en los labios, cierra mi puerta para después rodear el coche y meterse en el asiento del conductor.

Capitulo dieciséis.


Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.


Andamos por un gran paseo donde los arboles nos arropaban con sus grandes mantos y tapaban a un sol ya tímido que se escondía detrás de nubes grises.
Mientras andábamos a paso lento, mi cabeza estaba apoyada en su hombro y él no hacía ademán de quitarla.

-¿Tienes hambre?-me susurró.

Sonreí- Un poco...

-¿Qué te apetece comer?

-Una hamburguesa.

Volteó la cabeza con una sonrisa en su boca y rió.-Esta bien, una hamburguesa.

Andamos de nuevo hasta el aparcamiento donde se encontraba su viejo coche y nos montamos. Tras un molesto sonido del coche, éste arranco y en silencio nos dirigimos hasta una vieja hamburguesería.

-¿La conoces?- inquiere Harry mientras quita las llaves del contacto.

-Si-respondo- solía venir con... mi hermana.

Él asiente, y sé que cree que no debería de haber preguntado. Me acerco a él y le rodeo el torso con mis brazos.

-Harry- susurro, él quita los ojos de enfrente y baja la mirada hasta mi cara- No te sientas mal, no quiero que te sientas mal. Te lo he contado por que he querido y punto.No puedes evitar decir cosas que me recuerden a ella, en realidad, todo me recuerda a ella. Pero ya me he acostumbrado a su ausencia. No quiero que dejes de decir cosas por miedo a recordarmelo ¿vale?.

Él asiente y me da un beso en la cabeza. Noto como aspira el olor de mi cabello y me aparta levemente con una sonrisa para bajar del coche, rodearlo y abrirme la puerta para salir yo. Se lo agradezco con una sonrisa y bajo.

Nada más entrar por la puerta un olor a grasa me inunda las napias y hace que mi boca se vuelva agua. Inhalo otra vez y siento más apetito. Nos sentamos en una mesa alejada de la puerta como en el otro bar y Harry comienza a hablar.

-Así que, ¿Sabes tocar la guitarra?-inquiere mirando la carta.

-Si, la toco desde pequeña. Tú también sabes ¿no?

Levanta la vista de la carta y me la tiende- Toma, yo ya se lo que voy a pedir.-se la cojo de entre las manos y miro las opciones- Y sí, también sé. ¿Sabes tocar algo más?

Levanto la mirada de la carta sabiendo ya que elegir y asiento- El piano.¿Y tú?

-La batería.

Me sorprendo y mis ojos deben de haberse abierto porque Harry ahora se está riendo.

-¿Qué?-pregunto.

-¿Te has sorprendido?-inquiere todavía riendose.

-Si..bueno...-admito avergonzada- No conozco a nadie que la toque.

-Yo llevo un año.

Le sonrio y una amable señora mayor viene a tomarnos nota. Después de pedir cada uno su comida volvemos a la conversación. Esta vez, iniciada por mi parte.

-¿Me enseñaras un día?-le pregunto mientras sorbo por la pajita de mi vaso.

Sonríe- Claro.

La señora vuelve esta vez con nuestros respectivos platos. Y sonrío al ver mi apetecible hamburguesa, su olor llega hacía a mi. Y me hace la boca agua.

Tras estar comiendo con la risa de acompañante en toda la comida. Salimos y damos una vuelta por los al rededores, nos paramos en un parque viejo y nos sentamos en los columpios.

-¿Sabes?-pregunta sin querer recibir una respuesta a cambio- Ayer, fue una de mis citas preferidas. Yo diría que.. la primera de todas.

Sonrío y le miro mientras me balanceo- ¿Tienes una lista?- río y él acompaña mi risa.Asiente y de nuevo pregunto- ¿Y cual es la segunda?

-Esta.

Alzo una ceja- ¿esto es una cita?

Él frunce el ceño y mira al suelo, tras meditarlo se encoje de hombros y yo río.

-¿Y la tercera?-inquiero de nuevo.

-¿Me concedes una tercera?

Siento como mis mejillas se tornan de un rojo llamativo y escondo la cara bajando la mirada.

-Si-asiento sonriendo.

Estamos en silencio balanceándonos con el ligero viento hasta que Harry se levanta y me tiende la mano.

-Ven.

Le miro- ¿A donde vamos?-pregunto mientras aferro su mano contra la mía.

-Ya lo verás-responde con una sonrisa pícara y me lleva junto a él.


Andamos a través del antiguo parque y me lleva detrás de unos matorrales. Empiezo a impacientarme y él lo nota.

-Ey, tranquila...-dice acercándose a mi- Solo te voy a enseñar una cosa.

Su sonrisa me calma y le hago caso. Resulta que detrás de ellos hay unas escaleras mal echas y casi destruidas que suben por el pequeño monte que tengo en frente. Subimos mientras esquivamos ramas de arboles y zarzas.
Ascendemos más y más. Noto que ya estamos muy lejos del parque, del aparcamiento y de la hamburguesería. Ya no se oye a los coches pasar, solo hay ruido de pájaros y pequeños animales que corretean entre las ramas haciéndolas crujir.

Avanzamos hasta la parte más alta y Harry se pone detrás mio, tapándome con sus manos los ojos e impidiéndome la visión.

-¿Qué haces Harry?-pregunto temerosa por resbalarme y caerme.

-Chssss-me susurra en el oído y hace que mi piel se erice- déjame llevarte.

Asiento levemente con la cabeza y seguimos andando. Ahora el suelo ya no es barro, es suelo de baldosa, lo noto bajo mis pies. El aire se ha intensificado aunque no hay viento y ya no rozo ninguna rama de ningún árbol.
Me apoya contra unas barandillas metálicas en las que yo me agarro con las dos manos y noto como su manos bajan de mis ojos hasta mi cintura, apoya su barbilla en mi hombro y suspira.
Abro lentamente los ojos y me encuentro con un paisaje fascinante.

Nos encontramos en un mirador, desde el que puedo ver todo Chelmsford, y juraría que a lo lejos, en el horizonte veo la bahía.

-Wow-articulo- Harry, esto es precioso...-no puedo apartar la vista del paisaje.

-Lo sé. Venía aquí de pequeño con mis hermanos y mis padres... A veces, me escapo y vengo aquí a pensar.-Noto como respira. Su aliento se cuela en el hueco de mi oreja haciéndome cosquillas y su pecho se hincha y se deshincha en mi espalda, mientras, sus manos rodean mi cintura atrayéndome a él.-Te quería decir algo importante Hayley.-quito mi vista del paisaje unos minutos y giro un poco mi cara hacia la derecha para verle desde el rabillo del ojo- Pero para mi es difícil, y me gustaría que no me interrumpieras- asiento y vuelvo a mirar al horizonte.
Desde que te vi, la otra tarde.... supe que eras especial, y en cierto modo lo eres. No he conocido a chica igual que tú, y aunque creas que es difícil e incluso imposible. Puedo decirte con total seguridad que...que...me has enamorado- dejó caer esas palabras. Como si pesaran y después respiro hondo. Noté como el aire que respiraba me lo quitaba a mi, yo también lo necesitaba, me había quedado sin habla. No podía creer lo que me estaba diciendo. Me giró por mi cintura y me hizo quedarme en frente a él. Le mire a sus ojos azules que ahora brillaban y prosiguió- Hayley, ¿quieres salir conmigo?-preguntó al fin.

Sentí su respiración agitada y nerviosa esperando una contestación positiva. No pude evitarlo y junte nuestros labios. Le agarré de la camiseta y le atraje a mi.
Él levanto una mano queriéndome acercar a él por la nuca, pero la bajo y prefirió agarrarme por la cintura. Nos apoyamos en la barandilla y nos besamos jugando con nuestras lenguas.

Se separo de mi escasos centímetros y miró mis labios-¿Y bien, eso es...?

-Un sí. Eso es un si- admití aliviada, mientras volvía a juntar nuestros labios notando como él sonreía.

viernes, 29 de abril de 2011

Capitulo quince.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Cruzamos la calle despacio, sin prisa. Llegamos hasta una bar/cafetería, no es nada especial, pero en estos momentos es perfecto.
Apenas había gente, indicamos que queremos comer y nos llevan a una mesa lo más alejados de la entrada. Me siento en frente de Harry en un banco de madera y miro distraída por el ventanal que tengo a mi derecha.
No me gusta que me vea así, no quiero estar distante con él, pero no puedo evitarlo. No debería de haber aceptado que viniera al hospital. Aunque ha ayudado mucho a Ashley, eso no lo puedo negar.

Harry carraspea. Eso es signo que quiere hablar, pero yo no creo estar preparada para ello y sigo mirando por la ventana, apoyada en mi mano.

-Hayley... no voy ha hacerte hablar. No, si no quieres. Sé que esto no te ayuda. Pero...si algún día quieres hablar, si me lo quieres contar... Yo voy a estar disponible-le miro- No solo con esto, con todo. Quiero que tengas presente que siempre voy a estar cuando me necesites-noto su mano junto a la mía y asiento.

Harry suspira, como si se hubiera aliviado al decir esas palabras y mira la carta.
Me siento obligada. Me siento obligada a contárselo, a contarle la historia y quiero hacerlo, pero tengo miedo a todo. A que en realidad me diga que va a estar apoyándome y no lo haga. Tengo miedo a su reacción o si no quiere saber nada más de mi.

Le miro y él nota mi mirada en la suya. La levanta y estamos mirándonos sin decir nada, hasta que dejo escapar de mi boca un suspiro.

-Quiero hacerlo.-Abre la boca para contestar pero le interrumpo- Quiero contarte la historia.

-Espera, primero vamos a pedir algo de beber.

Asiento, me parece una buena idea, no tengo hambre ni sed. Pero me vendría bien una tila.

Después de tener nuestras respectivas bebidas, yo una tila y él una coca-cola, prosigo.

-Solo te quiero pedir una cosa Harry, que no me interrumpas.-él asiente y continúo- Tenía una hermana, se llamaba Nichole -al decir aquel nombre cierro los ojos fuerte, no puedo permitirme llorar ahora, los vuelvo ha abrir y veo a Harry mirándome con sus ojos azules- En diciembre cumpliría los 20. Ella me enseñó todo lo que puedo saber. Un día, cuando tenia apenas mi edad, le dieron una noticia, que ya nos esperábamos en cierto modo debido a sus síntomas. Tenía leucemia -mi voz se carraspeo y de nuevo cerré los ojos, sentía que Harry me quería tocar, se quería acercar y abrazarme, pero sabía que si lo hacía ahora no le contaría la historia- la dieron dos años de vida. los primeros meses los pasó bien. A partir del sexto mes, empezaba a tener los claros síntomas de leucemia aguda: Decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, disminución de peso, fiebre que dura varios días, escalofríos, le sangraba la nariz sin motivo, moratones sin haber recibido ningún golpe, palidez...etc-los dije todos de carrerilla, como si me los hubiera estudiado, y en cierto modo era así, yo tuve que sufrir con ella todo aquello- Un día, llegué a casa después del instituto y cuando subí a su habitación la vi desmayada en el suelo. Me acerqué a ella, y su corazón iba lento, muy lento -me moje los labios que tenía secos y proseguí a duras penas- la llevamos a este mismo hospital, y la ingresaron. Dijeron que ahora, definitivamente se tenía que quedar en el hospital, ya no la podíamos cuidar en casa. Puesto que necesitaba atención las 24 horas del día. Iba a mejor, yo creía que iba a mejor, aunque no dejaran, intentaba venir todas las tardes, algunas veces las enfermeras se saltaban la norma y me dejaban pasar a verla, la veía más animada. Hasta que un sábado, hablé con ella, me dijo que no quería aguantar más, que no tenía fuerzas -noté de nuevo un liquido bajando por mi mejilla y terminaba en mi barbilla- Yo tampoco la veía realmente bien, aunque me hubiera encantado seguir con su voz cada mañana al despertarme, las dos sabíamos que esto iba a terminar más pronto de lo que los médicos pensábamos. Después de aquel día, fui a casa y estuve toda la tarde y noche llorando. Al día siguiente, temprano por la mañana, llamaron del hospital, Nichole había caído en coma sin motivo aparente. Era normal que cayeran y salieran de él sin motivo alguno, aunque cabía la posibilidad que no volviera a despertarse debido a su ya avanzada enfermedad. Esperamos días, semanas e incluso meses. Pero en uno de esos días, el ritmo ya bajo de su corazón se ralentizó más, su cuerpo no lo aguantó y....murió- al decir esta ultima palabra noté como mi cuerpo, mi cabeza y mis extremidades pesaban. Yo, pesaba. Como un inútil saco de patatas. Puse mis brazos en la mesa y dejé caer mi cabeza a ellos sollozando como hacía tiempo que no lo hacia.

Noté unos brazos pasando por mi cuerpo y al momento un cuerpo estaba junto con el mio, también con la respiración agitada. Metí mi cabeza sin permiso en su pecho y solté todas las lagrimas que había guardado para mi sola desde entonces.
Él paso su mano por mi espalda, intentando tranquilizarme, sin ningún éxito, pero aún así no se rendia.
Tragué saliva a la vez que moqueaba y levanté la cabeza por encima de la barbilla de Harry para mirarle a los ojos.
Sus ojos azules estaban acuosos y al entrelazarse con los mios no pudieron evitar soltar una chispa. Cogió su manga de la chaqueta, se tapo el puño con ella y me limpio todas las lágrimas de mi cara, a continuación cogió una servilleta de papel y me la tendió. Se la cogí con mucho gusto y me soné los mocos (buah, que palabra más fea).
Me eché hacía atrás, rendida y Harry se acerco otra vez para rodearme con un brazo.

-Ahora, todos los sábados, visito a los niños con leucemia avanzada como Ashley-proseguí aunque sabía que ya Harry no me obligaba a nada- apenas tiene ocho años y le han dado menos de seis meses de vida... Aunque esperaban que durara menos, yo siempre he tenido fe y espero que dure mucho más-note que una mano de Harry se entrelazaba con la mía y me daba su apoyo.

No sé exactamente cuanto tiempo estuvimos así, los dos callados mirando a un punto fijo, sumidos en nuestros propios pensamientos, alejados posiblemente del mundo que nos rodeaba pero muy cerca de lo que pensábamos cada uno.
Cuando yo termine mi tila, más tranquila y Harry su coca-cola.
Salimos a paso lento del bar.
No me había soltado ni un momento del agarre suyo y no pensaba hacerlo.
Nos dirigimos hacía un parque y nos sentamos en un banco libre en frente del típico estanque de patos.

-Se que no te puedo decir nada que ya sepas-empezó a hablar Harry- se, que aunque te diga que no fue tu culpa la enfermedad de tu hermana Nichole, lo vas a dar por hecho que si. Aunque en el fondo, tu también sabes que no lo es. Estas cosas pasan Hayley-rozó su mano con la mía y sentí un leve escalofrío- cada día, miles y miles de personas sufren enfermedades que les hacen debilitarse, que les afectan y afectan a sus familiares. Sé que no soy nadie para decirte que te comprendo. Por que aunque quisiera, no lo hago, lo hago, pero nadie sabría tan bien como tú lo que es sentir el dolor que alguien al que quieres se está yendo cada día más y no puedes hacer nada para pararlo. Pero lo único que si se, es que estas haciendo un gran trabajo con Ashley y los demás niños que ayudas. Por que no lo haces por obligación, te sientes bien haciéndolo y se te ve. Los ayudas mucho aunque no creas que lo suficiente, y hoy, yo lo he podido comprobar. He podido ver como haces reír a una niña de apenas ocho años, con leucemia, que tiene que estar 24 horas del día metida en un hospital, sin recibir visitas salvo los sábados.
Y cuando los sábados llegan, ella se alegra por estar viviendo.
Siento no poder decirte nada más Hayley...es lo único que puedo decirte y realmente espero que te ayude, porque como bien te he dicho yo voy a estar aquí siempre.-finalizó y me miro.

Nuevas lagrimas recorrían mi rostro, pero esta vez de emoción, nadie, jamás, me había dicho algo acerca la muerte de mi hermana que me hubiera echo sentir bien. Harry, se podía sentir orgulloso, él era el primero.
Me acerqué a él y acortando las distancias le bese en los labios con melancolía. Añoraba sus besos en esos momentos. Él lo siguió sin ninguna pega y pasando su mano por mi nuca me acercó más a él.

Me sentía bien, estaba bien. Por una vez en mucho tiempo, notaba que alguien me comprendía.

Capitulo catorce.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Harry me había llamado, aunque no quería responder, tuve que salir de la sala y coger la llamada

Después de decirle que viniera al hospital, volví a la habitación con Ashley.
Al verme, volvió a sonreír y a quitar su mirada de la pequeña televisión.

-Lo siento peque-me disculpé sentándome en el sillón que podría tener mi nombre.-Me ha llamado un amigo.

Ella sonrió- ¿Un amigo o tu novio?

Me reí-¿Pero como puedes ser tan mala?-pregunté y me acerqué a ella, haciéndola suaves cosquillas en los costados.

Ella empezó a revolverse y me separe por si acaso.

-Ey, cuidado, haber si te vas a quitar el gotero- se lo coloqué bien y la mire.

-Hayley.

Me acerqué a ella más-Dime cielo.

-¿Un día puedes traer la guitarra y me enseñas?

Sonreí. Aunque en realidad lo que quería era llorar, me dolía. Me dolía que no pudiera salir de aquella habitación. Y también me dolía que ella y millones de niños más estuvieran en esa situación, sin que yo no pueda hacer nada. Aunque los médicos ya decían que hacía bastante consolándolos cada sábado desde las diez de la mañana, yo sabía que no era suficiente.

-Pues claro-contesté y la acaricié aquel pañuelo rosa que ya se había convertido como en una parte más de su cuerpo.

-Ejem-tosió- lo siento, ¿interrumpo algo?-pregunta una voz ligeramente familiar.

Me doy la vuelta y me encuentro a Harry apoyado en la puerta. Mirando alternativamente a Ashley y a mi.

-Oh no, claro que no Harry, entra- le ofrezco, pero en realidad tengo miedo a su reacción.

Ashley está mirando la televisión pequeña de aquel cuarto que siempre está encendida, día y noche y mientras me coge la mano.

-¿Y quién es esta niña tan guapa?-pregunta mirando a Ashley.

-Harry, esta es Ashley, Ashley, este es Harry, un amigo-les presento.

Ashley quita la mirada de la televisión y mira a Harry sonriente. Éste no deja de sonreír y de mirarla a los ojos.
Sonrío.

-Encantada Ashley- dice acercándose a ella y dándola dos besos- ¿Sabes? Creo que tienes un nombre de princesa, bueno... viéndote a ti ¿que otro nombre podrías tener? Pareces una verdadera princesa.

Ashley sonríe y sus ojos se iluminan, me alegro de verla así. Siempre las visitas son bienvenidas si son como las de Harry.

La verdad es que Harry me ha impresionado, llevamos hora y media hablando sin parar, donde no ha salido ningún tema de conversación incómodo, Ashley no ha dejado de reír y yo no he podido evitar soltar alguna carcajada de vez en cuando. Harry la está ayudando mucho inconscientemente.
Es la hora de las despedidas, aunque me encantaría llevármela conmigo.

-Ashley, cariño, es la hora...

-Jo, ¿ya?-se queja.

-Ey, pequeña, no pasa nada, si quieres mañana podemos venir...-contesta Harry calmándola.

Le miro, ha metido la pata, pero sin querer- Harry... mañana no permiten visitas, no a esta planta, hasta el sábado que viene nada.

Harry frunce el ceño y sabe que ha metido la pata, pero sonríe de nuevo.

-Bueno, no pasa nada, la próxima vez vuelvo ¿vale? Solo si la princesa quiere...claro.

Ashley vuelve a sonreír- ¡Yo si quiero que vuelvas!

Río-Oh,¿ me reemplazas por él?-pregunto, imitando que estoy dolida.

-No,no-niega- ¡quiero que vengáis los dos! Y tu, Hayley, con la guitarra.

Me acerco a ella sonriendo y la beso en la frente con cuidado- Por supuesto.

-¡Yo también puedo traer la mía!-exclama Harry.

-¡Vale! Así los dos me enseñáis.

Miro a Harry y él sonríe. -Por supuesto.

Harry se despide de ella y empiezan una pequeña guerra de cosquillas, yo me río mirando la situación en la que están, pero una enfermera viene y nos advierte que deberíamos irnos ya. Los dos asentimos, nos despedimos de nuevo de Ashley y salimos de la habitación.

Entramos en el ascensor y Harry pulsa el botón 0. Ahora es cuando suelo desmoronarme y me alegro que Harry este al lado mio.
Me acerco a él en cuanto las puertas se cierran y él viendo mis intenciones, abre sus brazos, yo, no los rechazo y me aferro a él. Como si fuera el único que me puede entender.
Me oprimo contra su pecho y dejo escapar unos leves sollozos, cerrando fuerte mis parpados para que ninguna lagrima se digne a recorrer mis mejillas. Pero es demasiado tarde, noto como varias lagrimas terminan su recorrido en mi boca dejando un leve sabor a sal.
Harry me acerca más a él, -si es posible- y me besa la cabeza con cuidado.

Las puertas se abren y me aparto ligeramente de él para salir, pero, pasa un brazo por encima de mi hombro y me junta a el.
Huelo su perfume y me alegro que no haya dicho nada en todo el trayecto.

Capitulo trece.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Mi despertador sonó a las 9 en punto, tenia sueño, pero como cada sábado, no podía faltar. Lo apagué, lo más rápido que pude para que Mary-Kate no se despertara, y no lo hizo. La miré, estaba realmente graciosa, tenia una pierna por fuera de la manta y en cambio, estaba tapada hasta las orejas. Me reí en silencio y me levante, me duche y me vestí normal. Me puse una camiseta de cuadros desabrochada con una de tirantes debajo y unos vaqueros claros con rotos. Unas converse rojas y me peiné el pelo ondulado.

Antes de salir de la habitación deje una nota a Mary-Kate, avisándole que llegaría después de comer, como cada sábado y que si me quería encontrar ya sabía donde iba a estar.

La di un beso en la cabeza que ella apenas notó y sonriendo salí de la habitación.
Bajé abajo y me encontré a Claire planchando en el salón de estar.
Hoy, preferí no desayunar en casa y desayunar en la cafetería de allí. Aunque el desayuno no era muy bueno, aquel día tenía que hacer muchas cosas.

Salí con las llaves en la mano y me dirigí sin prisa.

Pov;Harry Judd.

Me desperté, el sonido molesto de la música de mi hermana retumbaba en mi habitación.

Me asomé por el marco de la puerta.

-¿Quieres apagar eso ya de una puñetera vez?-dije enfadado y escupiendo las palabras.

Mi madre pasó con el cesto de la ropa sucia y me miro.

-¡Harry! No digas palabrotas- dijo riñendome.

Refunfuñe- Lo siento, pero ¿puedes decirle a Katherine que baje la música?

Mi madre asintió y se dirigió al cuarto de ésta. Al momento el sonido ya no se apreciaba desde mi habitación. Cerré la puerta y de nuevo me eché a la cama pero ya no conseguía dormirme.
Miré la hora: doce y cuarto del mediodía. ¿Y que hacía yo a estas horas?
Suspiré y me levanté de nuevo.

Decidí darme una ducha y después ya elegir que hacer en el día.
Mientras estaba en la ducha, pensé en llamar a Hayley. Aunque habíamos quedado para la tarde, supongo que podríamos quedar para comer ¿no?. Además, yo la tenía que decir algo muy importante.

Salí del baño con una toalla atada a mi cintura y vi a Kat apoyada en el marco.

-Buenos días hermanito-dijo apartándome para pasar al baño.

-Buenos días para ti-respondí refunfuñando y yéndome a mi cuarto a vestirme.

Me puse unos vaqueros caídos, donde se podían ver mis calzoncillos negros, aunque mi padre no lo aprobara yo iba a seguir poniéndome pantalones caídos.
Me puse una camiseta negra básica y bajé a desayunar.

Me serví un boll de cereales y lo comí de pie encima de la encimera.

-¿Qué haces?-me pregunta mi madre cargada de cajas.

-Desayunar- respondo con la boca llena.

-Harry...es muy tarde.

Me encojo de hombros.
Termino, paso por su lado y la doy un beso en la mejilla que ella responde con una sonrisa.
Me voy al garaje y entró en la habitación insonorizada que hay al lado de ésta.
Me dirijo hacía mi batería y me siento tras ella, pongo un CD en la mini-cadena y corro a sentarme en la butaca que hay detrás de la batería y cojo mis baquetas.
Empiezan los primeros compases y con ellos mis primeros toques a la batería.
Llevo un año ya tocándola y cada vez que la toco me gusta más. Antes solo era un hobby, una afición, ahora se ha vuelto mucho más que eso.
Quiero llegar a ser de los mejores baterías. Y ahora que puedo, no voy a desaprovechar la situación.

Ya tenía decidido marcharme a Londres a buscar trabajo o castings, ahora, después de este verano depende todo.

La canción termina y no me he dado cuenta que mientras pensaba todo esto había ido tocando. Dejo las baquetas de nuevo en su sitio y saco el CD y lo vuelvo a meter en su sitio.

Subo arriba y busco el teléfono de casa,llamó a Hayley.

-¿Si?-contestó su voz.

Sonreí.-¿Hayley?

-Si.

-¡Soy Harry!

-Oh, Harry...¿hasta la tarde no habíamos quedado, no?

-Esto...si...pero...he pensado que podíamos quedar para comer.

Silencio. Y temo haber estropeado todo hasta que oigo su voz.

-No puedo, lo siento.-susurra.

-¿Por qué susurras?

-Es que... aquí no se puede hablar alto.

-Pues...¿donde estas?-pregunto curioso.

-Esto....en el hospital.

-¿En el hospital?!-preguntó alarmado- ¿Ha pasado algo? ¿Estás bien?

-Si,si. Estoy bien Harry- esas palabras me alivian, pero todavía no sé porque estas ahí- Espera, ¿tienes algo que hacer ahora?

-No.

-¿Puedes venir y te lo explico?

Sonrío inconscientemente.

-Por supuesto. En dos minutos estoy allí.

-Vale, adiós Harry.

-Hasta luego.

Me despido y dejo el teléfono encima de la encimera.

Me dirijo al jardín trasero donde mi madre está plantando algo.

-¡Mamá!-gritó para que me oiga, ella se da la vuelta y me mira- No creo que venga a comer ¿Vale?

Ella asiente y sonríe.
Me despido con la mano y cojo las llaves del coche antes de salir.

Capitulo doce.

Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.

Nos paramos en frente de la gran verja de mi casa.
El coche hizo un sonido y el motor se paró.

Me quede mirando a Harry como quitaba las llaves del contacto. ¿Y ahora qué? ¿Qué debía hacer?
Harry me miró con una sonrisa en los labios y se fijó en mi cara de preocupación.
Se acercó a mi, y me dio un suave beso en los labios.
Aunque yo lo convertí en algo más, se echó para adelante y sin dejar de besarme se desabrochó el cinturón con una mano.
Me eché para adelante y nuestros labios se juntaron más, si cabía aquella posibilidad.

Inició un juego entre nuestras luengas, al que él no quería perder, pero cuando su mano bajo de mi nuca hasta mi hombro y acarició mi brazo. Sentí miedo por lo que podíamos llegar ha hacer y me aparté bruscamente.

Él, se quedó inmóvil mirándome un rato, pero notó que estaba preocupada y se acercó de nuevo a mi, pero para abrazarme. Me aferré a aquellos brazos.

-Lo siento-murmuré.

Harry apartó su barbilla de mi cabeza y me miró- ¿El que sientes?

-A verme apartado así yo...

-Chss-me mando callar y se volvió a juntar a mi, dándome un leve beso en la cabeza- No pasa nada Hayley, simplemente no querías proseguir y ya está. Eres fuerte y te admiro por ello.

Sonreí y me junte más a él, pasando mis dos brazos por sus costados, dándole yo también un abrazo.

-¿Te acompaño hasta la puerta de casa?-susurró de nuevo en mi oreja.

Asentí, se separó de mi y bajó del coche. Me abrió la puerta y salí de aquel coche que olía tanto a él.

Andamos en silencio pasando la verja y llegamos hasta el porche de mi casa, el que ahora estaba encendido por un par de luces apenas nítidas.
Me quede de lado a la puerta mirando a Harry y el me miraba a mi.

-¿Quedamos mañana?-preguntó sin dejarme de mirar a los ojos.Vio la duda en ellos y formuló otra pregunta- ¿Por la tarde?

Sonreí.

-Me parece perfecto.

Harry se acercó a mi, pero cuando me iba a dar un beso me giré y me lo dio en la mejilla.
Me sorprendió que no se sorprendiera con mi reacción.


-Harry-le llame antes que saliera por la verja, él se dio la vuelta y me acerqué a él con paso ligero- Toma mi numero de teléfono móvil- le tendí un papel.

Harry lo cogió, lo miró y sonrió.

Le sonreí y me di la vuelta, rehíce de nuevo mis pasos y antes de entrar por la gran puerta de la entrada blanca. Me dí la vuelta.
Harry salió por la verja, pero antes de entrar a su coche, se volteó y me miró.
Los dos nos despedimos con la mano y sonreímos.

Entre en casa. Las luces del salón estaban encendidas y una maleta rosa grande estaba apoyada en las escaleras.

-Ya era hora- me dijo una voz desde el salón.

Tragué saliva y me dispuse a ver quien estaba en mi casa. Y me encontré a Mary-Kate en pijama, sentada encima del sofá con las piernas cruzadas.
Supliré de alivio.

-Que susto- dije dejando el bolso en una parte del sofá.

-¿Quien era ese chico, eh?-se acercó a mi, poniéndose en el sitio del sofá libre y alzó las cejas.

Sonreí y miré hacia la chimenea- ¿Has puesto la chimenea?

-Sí...es que tenia frío... ¡pero no me cambies de tema!-exclamó y reí.

-Se...se llama Harry.

A Mary-Kate se le encendieron los ojos.

-¿Estas saliendo con él?-se apresuro a preguntar.

-¿Me has estado observando todo el tiempo?-contesté con una pregunta.

Mary-Kate frunció el ceño y abrió la boca para contestar.-Primero, solo cuando os habéis besado en el coche, cuando te ha besado la mejilla en el porche y cuando le has dado tu numero de teléfono.

-¡Mary-Kate!-exclamé levantando las manos- ¡Has visto todo!

Ella rió - Y segundo -prosiguió- No me cambies de tema. ¿Estas saliendo con él?

Me mordí el labio nerviosa.

-¿Estas saliendo con él si o no?-inquirió de nuevo mas nerviosa que yo.

-Pues la verdad.... no lo sé. Hasta hoy no hemos tenido nuestra primera cita y...-un grito de Mary-Kate con un salto me interrumpió.

-¡Oh dios mio!-exclamó- eso es precioso. Y le gustas, se le ve en los ojos. Por cierto-dijo volviendo a levantar las cejas- Esta muy bueno...

-Mary-Kate...-dije avergonzada y dándola un codazo.

-¿Qué? Yo solo digo la verdad.

Me levanté del sofá negando con la cabeza y me dirigí a mi cuarto.

-¿Donde vas? ¡No huyas de mí!-me grito desde el salón.

-¡Solo voy a cambiarme de ropa!-exclame riéndome mientras subía las escaleras.


Subí las escaleras notando como mis pies pesaban. Entré a mi cuarto y dejé el pequeño bolso encima de la mesilla de noche.
Me quité la ropa, la apoyé en la silla y me puse un pijama de verano, el ambiente en mi casa era caluroso.
Mientras me despeinaba en el baño y me volvía peinar puse Busted. Sonando con una de sus primeras canciones y covers que ellos hacían.

Mary-Kate interrumpió el momento en el que James empezaba a cantar.

-¿Qué haces?- pregunté mientras me acercaba a encender la música de nuevo.

-¿Por qué escuchas este grupo?-preguntó sentándose en el borde de la cama.

Rodé los ojos y vi que ya había subido su maleta.

-No sé, por que me gustan supongo.

-¿Pero te gustan como cantan o el tío bueno.?

Suspiré, ella nunca lo entendería.
Deje el peine encima del lavabo y me senté en el borde de la cama con ella.

-Por supuesto que me gusta el ''tío bueno''-dije marcando las comillas con mis dedos- Que por cierto, se llama James- Mary-Kate suspiró- Pero también me gusta Matt y Charlie, no sé, me gusta el conjunto. Las pocas canciones que tienen y...

-Que están muy buenos-interrumpió Mary-Kate.

Reí y resoplé.

-Sí, eso también...

Mary-Kate rió y se acomodó en la cama.-¿Cuantos años tenía el James ese?

Sonreí- En Septiembre cumple los 19-suspiré.

-¡Hayley!-exclamó.

Me asusté y pegué un bote.

-¿Qué?!-exclamé yo también.

-¡Tu apenas tienes los 17!

Puse los ojos en blanco- Ya lo sé ¿vale?-Mary-Kate rió.- pero en verano los cumplo...

-¿Y qué?, aun así él es muy mayor para ti.

-por dos años...

Ella se rió y yo cogí un cojín de mi cama para darla.
Empezamos una pequeña pelea de cojines hasta que las dos nos cansamos y terminamos tumbadas en mi cama exhaustas.

Yo ya sabía que me llevaba dos años, siempre bromeaba en que algún día saldría con él, por dios. Era James Bourne. Claramente estaba fuera de mi alcance, él ahora vivía en Londres, y yo vivía en Chelmsford. Él era famoso y yo... simplemente era una chica normal, de pueblo. Sin grandes aficiones.

Capitulo once.


Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


La cola avanzó hasta que llegó a nuestra posición.

-Solo dos- dijo un chico joven al ver pasar a los cuatro en dirección a la cabina libre.

Yo miré a Harry que tampoco se lo esperaba.

-¿Solo dos?-preguntó Harry.

-Si, esas son las reglas.

Era una situación un poco incómoda, era Harry y yo juntos.

-Venga tio.-dijo Jack dirigiendose a Harry.Harry se dió la vuelta para mirarle y vió que estabamos formando una cola.-Subir vosotros dos, nosotros iremos a la siguiente.

Harry asintó y yo me acercé a su brazo para seguirle hasta la cabina.
Nos montamos y la noria empezó a dar vueltas en sentido horario.
Me acerqué a la cristalera y miré todo Chelmsford, la verdad, es que aquella noche estaba muy bonita.
La luna estaba a lo alto, y aunque no era uno de sus mejores dias y era pequeña, relucía. No habia nubes, no había nada que la tapara.
Me di cuenta que estaba formando un silencio incómodo cuando Harry carraspeó y se acerco a mi lado.

- Hoy esta realmente bonita la luna ¿verdad- Preguntó.

Sonreí.

-Si.. verdaderamente lo está.

Ya no me sentia incómoda, era una situación agradable. El silencio era agradable.
Giré la cabeza y le mire. Él se dió cuenta de mi observacion y también me miro.

Lo primero en lo que me fijé fueron esos enormes ojos azules que miraban los mios fijamente, seguí bajando la mirada hasta su nariz, perfecta. Bajé más y me encontré con sus labios y una leve sonrisa instalada en ellos.
Eso me hizo sonreir, y mientras él miraba mis ojos y yo alternaba la vista entre sus ojos y su boca, la noria paró, haciendo que nos quedaramos en una de las posiciones más altas.
La luna reflejaba sus rayos sobre nosotros y el sutil viento balanceaba ligeramente la cabina.
Nos fuimos acercando, los dos, instintivamente. Las distancias se acortaban, su agitada respiración se encontraba ahora en mi, haciendo la mia más agitada aun.Nuestras narices rozaron, el simple toque de nuestra de piel hizo que se me erizara el cabello. Mi corazón latía fuerte y rápido y mi respiración cada vez era mas lenta. Me tenía que repetir que recordara respirar o me ahogaría.

Un leve roce de nuestros labios hizo recordarme que estaba en la tierra.
Sus labios se juntaron más a los mios, ya teniendolos encima.
Eran carnosos y dulces, y se movian con un compás pegadizo.
Empezó a parar de besar los mios, supongo que porque yo no respondía ante su beso. Pero antes de que se separara del todo, levante la mano hasta su mejilla y le volví a acercar a mí, juntando ahora yo mis labios contra los suyos.
Rosa chicle junto con rosa carmin.
Una mezcla explosiva.
Noté sus manos en mi cintura, me atrajeron hasta él como un imán.
Rodeé su cuello con mis brazos inutiles y pesados.
Él seguía besandome con la misma énfasis que al principio, pero esta vez jugando con mi lengua. Y yo, dejandome llevar por aquel mar de emociones que ahora mismo me arraigaba.

Paramos los dos, a la vez, separandonos ingravidamente.
Apoyó su frente con la mia, sonriendo satisfecho por su trabajo.

-Gracias.

Sonreí.

-¿Gracias por qué?-pregunte confusa

-Por haber cumplido uno de mis sueños.

Mis mejillas se tornaron de un rojo llamativo y Harry al darse cuenta buscó otra vez mis labios con los suyos, acariciandome la mejilla derecha con una de sus manos.


Pov; Harry Judd.

Bajamos de la noria, con mi brazo por encima de su hombro.
Nos habiamos besado. Si. Y estaba feliz por ello.
Me sentia bien cuando estaba junto a ella, era perfecta en todos los sentidos.
Con ella me podía sentir a salvo, sabía que podia llegar a ser algo más que mi simple amiga y es lo que esperaba tener.

La dejé un momento a la salida, dandola un beso en la mejilla haciendo que sus mejillas se ruborizaran. Me encantaba que la pasara eso la mayoria del tiempo.
Me acerqué hacia Jack y Andy que estaban en uno de esos momentos acaramelados, les interrumpí y me llevé a Jack un poco lejos de allí.

-¿Qué pasa tio?-me preguntó un poco molesto.

-Ahora vuelves con tu novia a darte el lote, esto es más importante..-sonreí diciendolo de broma.

-A ver, cuenta.

Le conté el beso con Hayley y sonrió victorioso.

-Ahí estamos campeón.-me dió una palmada en la espalda, picaba un poco, pero nada que yo no pudiera soportar.

-Au.-me quejé de broma.-Gracias..-Dije mirandole con los ojos entre cerrados, él rió.

- ¿Te la llevas?-preguntó mirando hacia la salida.

- Si.

-A ver que hacéis eeh..-dijo advirtiendome.

-Nada que ella no quiera.

Era verdad, no la pensaba obligar a nada. A ella no.
Jack asintió y yo me dí la vuelta despidiendome con la mano.

Jack gritó mi nombre y se acercó a mi.-Harry, una última cosa...-Asentí.- No vayas muy deprisa con ella.. quiero decir.. se ve que es una chica timida y...

-Jack-le interrumpí.-Ya te he dicho que no pienso hacer nada que ella no quiera. Es..demasiado importante.

-Te gusta de verdad ¿eh?-Asentí mirando el suelo.-Pues ...suerte.

Le miré, me dedicó una sonrisa y volví a juntarme con Hayley.

Ésta, se habia puesto una chaqueta de punto por encima de los hombros. Supuse que tenia frio y le ofrecí mi chaqueta, más bien, la obligué a ponersela, ella seguía insistiendo en que no la necesitaba y yo la exigí que la aceptara mientras se la ponia.
Sonrió y yo la dediqué una sonrisa cariñosa.

Nos montamos en el coche y nos dirigimos en silencio hasta su casa.

Capitulo diez.



Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


Nos dirigimos adentro de la feria, está repleta de gente, parece ser que otras personas también han decidido ir hoy.
Harry me agarra del brazo no muy decidido en un intento de no perderme. Cuando noto el roce de su piel contra la mia sonrio.
Me lleva hasta la entrada de la noria, desde debajo puedo ver como es más grande de lo que pensaba y la idea de estar allí arriba me hace sentir un vertigo horrible. Sacudo la cabeza levemente quitando esos pensamientos negativos de mi mente y sonrio al ver que nos estamos acercando a unos amigos de Harry, él, los saludo energicamente mientras me acerca poco a poco.

-¡Chicos! Ya estamos aqui.-exclama Harry.

-Ya era hora...-dice un chico de pelo castaño y desaliñado, al lado suyo hay una chica alta, más que él, de la misma altura que Harry aproximadamente, tiene un gesto serio, pero al ver a Harry su cara cambio por completo. Y al darse cuenta que venia acompañado conmigo volvió a cambiar a un gesto de desagrado.

-Ya ves, resulta que hoy inauguran una feria y no lo sabia ¿Sabes? entonces, nos ha pillado atasco-Ironizó.

La chica no dejaba de taladrarme con la mirada, me habia fijado en su mirada, ojos azules turquesas, eran incluso más explosivos que los de Harry. Si, explosivos si, pero nunca superarian la hermosura de los de Judd.

-Oh, no os he presentado. Jack esta es Hayley, Hayley este es Jack.

Me acerqué al chico que me sonreía y le di dos besos.

-Y...Andy, esta es Hayley, Hayley está es Andy.-siguió con las presentaciones.

Así que la chica se llamaba Andy...Hicé lo mismo que con Jack y me acerqué con miedo a darla dos besos por su rechazo. En cambio, ella hizo todo lo contrario, me agarro de un hombro y energicamente me dió un beso en cada mejilla.

-Encantada Hayley.-me sonrió. Parecia maja, no sé porque la habia judgado mal, simplemente por una mirada.

La sonreí.-Igualmente.

Jack se frotó las manos y miró a la noria.-¿Subimos?

Harry miró a la noria, a mí y de nuevo a Jack.-¿Y si primero vamos a cenar?

- Me parece una idea estupenda, me muero del hambre y dicen que por aquí hay los mejores perritos calientes de toda Gran Bretaña...-Finalizó la proposicion Andy con una sonrisa dejando a relucir una dentadura perfecta y me miró a mi esperando a que añadiera algo, no solo ella, a continuación Harry y Jack tambien desviaron la vista hacia mis ojos.

-¡Claro!-respondí con energia, más de la que creía necesaria.
Andy rió y se puso al lado mio cogiendome del brazo para llevarla con ella en el camino. Miré a Harry quien me asintió con la cabeza levemente y se puso a hablar con Jack de sus cosas.

-Bueno...Hayley.-comenzó ha hablar Andy mientras caminabamos por aquel suelo lleno de piedras hasta llegar al puesto de perritos.-Asi que...¿Judd y tú, eh?-La miré y levante una ceja, ella en cambio se echo a reir.- Era broma tonta

Me movió por el brazo levemente y prosiguió.

-Pero...¿Sois algo?

Titubeé la respuesta en mi cabeza sin saber bien que decir. El silencio se iba apoderando de nosotras y empezaba a sentirme incomoda.

- No.-respondi finalmente con una sonrisa.

-¿No?-preguntó suspicaz.

- No, simplemente...

¿Como quería terminar realmente la frase?
Andy vió que no podia reanudar la frase, así que decidió interrumpir.

-Ey, no pasa nada, solo te digo que Harry no es de los que suelen tener citas.

Ajá, citas. La palabra volvió a retumbar en mis oidos haciendo un grave eco.

-¿Ah, no? ¿Y que tipo de chico es?-pregunté interesada.

-Pues, es...

Una mano se posó en el hombro de Andy, haciendo que ésta se diera la vuelta. Era Jack y Harry aprovechó para meterse en el hueco de entre nosotras y robarla el sitio a ella alejandola de mi, pero haciendo que él estuviera más cerca de mi.

-Bueno, dejar de cotillear ya que hemos llegado.-dijo Harry sonriendo con afán y señalando un puesto de perritos calientes.

-Tú Juddy, siempre tan oportuno...

Me reí ante el apodo de Harry y él echó a Andy una mirada fulminante.

Habiamos cogido los perritos calientes y cada uno de nosotros con nuestras respectivas parejas nos acercabamos a un banco para sentarnos, él ketchup se me escurría entre el perrito y la mayonesa se juntaba con el.

-Se te va a caer...-dijo Harry riendose y señalando mi perrito.

-Que listo Juddy...-contesté con un tono de burla a lo que solo pudo responder con los ojos entrecerrados y poniendo morritos.

Me reí ante aquella tonta situación.- No enserio, ¿por qué te llama así?

Harry rió ante lo mismo y se encogió de hombros.-No sé.

Respondió al fin.
Sonreí y me sente en un banco con cuidado que las gotas de Ketchup no adornaran mi camiseta.

Trás comer y reirme de varias escenas graciosas entre Harry y Jack haciendo el tonto con la comida, decidimos levantarnos y volver a la noria para esta vez, montarnos.
Me puse al lado de Andy en el trayecto como habiamos echo en el de ida.

-¿Y tú?-la pregunté con más confianza.

-¿Yo?-se giró sorprendida, no se esperaba una pregunta por mi parte.

-Si...-dije timida y pasandome un mecho por detrás de la oreja.-¿De qué conoces a Harry?

Andy asintió y mirando al suelo esbozó una sonrisa.-Bueno... es una historia larga.

Miré como Jack y Harry nos llevaban un poco de ventaja y jugaban a pegarse en los hombros.

-Creo que.. tengo toda la noche.-dije sin dejar de mirar a los dos amigos, Andy dirigió la mirada al mismo sitio que yo y asintió sonriendo.

-Pues... yo conozco a Harry desde que era pequeño, me llevo muy bien con su hermana, y... mis padres son muy amigos de los suyos.

Asentí dandola razon para que siguiera.

-Y...hace tiempo, dejamos de ser mejores amigos para ser algo más...fuimos novios durante un tiempo.

Creo que mi cara cambió de expresión repentinamente. No sabría cual tenia ahora mismo, pero fuera la que fuera me obligué a cambiarla y a volver a esbozar una sonrisa.

-Y..¿ya no?-pregunté temorosa.

Andy se echó a reir.-¡No! Ya no, ahora soy novia de ese energúmeno.

Y señaló a Jack.
Así que, Andy y Jack eran novios... la verdad es que encajaban a la perfeccion.
Mi cabeza formuló una pregunta en voz alta que no sabia exactamente si queria que la respondieran.

-¿Y hace cuanto que Harry y tú lo.. bueno, lo dejasteis?
A duras penas pude terminar esa pregunta.

-Pues.. aproximadamente, unos...¿cinco meses? Sí, por hay.

¿Mi cara? Indescriptible. Apenas habian pasado cinco meses desde que Andy y Harry lo habian dejado. Y mirando los ojos de la chica morena al hablar de Harry, sabía que todavía habia algo, algo que nunca me contaria.
Ella adivinó mi gesto de preocupación en la cara y me calmó.

-Eh, tranquila, yo ya... yo ya no siento nada de nada.
E intentó esbozar una sonrisa, pero, sinceramente, me parecía bastante falsa.

-¡Ya tenemos los tickets!-anunció Harry llegando hasta nuestra posición.

-¡Bien!-exclamó Andy.
H
arry me miró para ver si yo expresaba la misma efusividad pero solo pudo encontrar otra sonrisa forzada.
Sonrió a Andy y me apartó un poco de ella con la excusa de llevarme a la cola.

-Ey, ¿ha pasado algo?-dijo susurrandome y mirandome a los ojos.

Yo levanté la cabeza para encontrarme con los suyos, que brillaban y daban a relucir ante aquella noche. El simple echo de verlos brillar me hizo sacar una sonrisa.

- No, nada.-dije ya sonriente y calmada. Apoyé la cabeza en su brazo, mientras los dos esperabamos en la cola.

Capitulo nueve.

2002, Chelmsford, Essex, England.

Llevaba más de dos horas delante de los armarios que estaban delante mio, sin decidir ninguna ropa que ponerme aquella noche. No recuerdo que haya tardado en toda mi vida tanto en elegir que ponerme. Pero quería estar adecuada, ni muy formal ni muy coloquial.
Decidí que si me queria duchar y lavar el pelo antes de irme, tendría que darme prisa cogiendo atuendo, así que, me levante del sillon en donde estaba sentada cansada ya de mirar los armarios y rebusqué entre los cajones, las perchas y más cajones hasta que encontré algo casi perfecto.
No quería nada ostentoso pero tampoco que pasara desapercibido.
Trás probarmelo por encima mirandome en un espejo, creí que era perfecto para una noche calurosa.

Por ultimo, llevaria de zapatos unas sandalias romanas de color oro.

Cogí la ropa y me la lleve al baño.
Me duché y me empece a secar el pelo ondulado.
Me lo fui alisando mientras iba pendiente de la hora.

Quedaban apenas 30 minutos para que Harry me pasara a buscar y yo ya estaba preparada desde hace una hora.
Me levanté de nuevo y me miré en el espejo, creo que estaba adecuada.
El timbre de la puerta sonó y contesté alto para que nadie fuera a abrir excepto yo.

-¡Es para mí! Ya voy yo.

Nadie contestó.
Me dirigí a la puerta, me aplané la falda con la mano y abrí.
Harry iba normal, como lo habia visto los dias anteriores pero esa vez iba un poco más peinado.
Una sonrisa se dibujo en su cara enseñando un par de dientes.

-Que guapa vas Hayley-dijo admirandome.

Ese comentario hizo que mi pelo pelirrojo no pareciera rojo en comparación a mis mejillas.

-Gracias-le agradecí tímida.-¿Vamos?

Él asintió, salí por el marco de la puerta y la cerré tras mis pasos.

- Tengo el coche allí afuera.

- ¿El coche?-pregunté extrañada.-Pensé que iriamos andando...

Harry me miró y acontinuación rió.

-¿Qué?-pregunté con una sonrisa.

-Esta a las afueras de la ciudad.

-¿Así?-pregunté

- Si. Nunca has ido ¿verdad?

-Pues.. la verdad es que no.

Creía que se reiría de mi, que contestaria algo con burla pero en cambio de eso asintió con la cabeza y me sonrió con una sonrisa cariñosa.

-Pues te encantará.

Salimos fuera de mi recinto, y encontré una vieja ranchera color gris metalizado esperandonos.
Me subí en el asiento de copiloto, ayudandome con las manos a subir, ya que estaba elevada y no estaba acostumbrada a esas alturas.
En cambio, Harry debía de subir mucho porque no le habia costado lo más minimo.
Fuimos en un silencio absoluto hasta que mi móvil empezó a sonar.

''Today is gonna be the day
That they're gonna throw it back to you
By now you should've somehow
Realized what you gotta do
I don't believe that anybody
Feels the way I do about you now..''

-Lo siento-me disculpé.

Harry sin dejar de mirar la carretera sonrió y me hizo un gesto con la mano en acción de que no pasaba nada.
Sonreí y mire la pantalla de mi Blackberry. Era un movil bastante cómodo y era de los ultimos que habian sacado en este año. Me lo habian regalado por navidades.
Era Mary-Kate.

-Hola Mary-Kate.-dije descolgando de la tecla verde.
-¡Hola! Vamos a ir a las ferias...¿te apetece venir con nosotros?
-¿A las ferias, eh?-dije sonriendo y mirando a Harry, él apartó la mirada un momento de la carretera para mirarme con una mirada complice y volvió a ella.- Pues la verdad es que yo tambien voy.
-¿ Sola?
-Esto... no, ya te contaré.
Ví por el rabillo del ojo como Harry sonreía.
- Uy, mas te vale...
Rió.
-Pues cuando estes llegando llamame y nos vemos.
-Claro, un beso. Adiós.-Colgué y volví a guardar el movil en mi bolso.

-¿Así que te gusta Oasis, eh?-miré a Harry con un cierto tono rojizo en mis mejillas.

-Eh... si...-contesté

Harry sonrió.-Me encanta esa canción, ¿como se llamaba?

-Wonderwall.-respondí orgullosa.

Me encantaba esa canción, habia significado demasiado para mi en todos estos años.

Mientras miraba el frente por la luna de aquel coche pude ver a lo lejos una gran noria con colores y demás atracciones, cuanto más nos acercabamos, más gente aparecia. Madres con sus hijos, niños con sus amigos, chicas con sus novios... un escalofrío paso por mi espalda e hizo que diera un respingo.

-Bueno, ya hemos llegado.-termino de decir la frase aparcando el coche en un sitio libre y bajó del coche rápido a abrirme la puerta.

-Gracias.-dije sonriendole mientras bajaba con cuidado de aquel coche.

Harry se puso al lado mio y andamos hacia la entrada de la feria.
Miró a la noria y después a mi, asi repetidas veces.

-Prométeme una cosa.-me susurró al oído.-Yo asentí, en señal que podia seguir hablando.-Que te montarás conmigo esta noche en la noria.

Sonreí mientras pasabamos la entrada y le respondí en su oreja.

-Te lo prometo.

Capitulo ocho.



Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.


No había dejado de tararear una canción en todo el dia.
Se me había pegado el ritmo, mis pies lo mostraban tomando el control y haciéndo los compases de la cancion mientras que mis cuerdas vocales decían palabras que en realidad no salian de mi boca.
La tenía cerrada con fuerza para no cantar en alto, me daba vergüenza que me vieran u oyeran cantar. Otro de mis defectos, supongo.

Las clases se habían pasado lentas. Supongo que sería la impaciencia de que llegara esa tarde.
Había observado desde los ventanales de cada clase el cielo, quería estar segura que hoy no llovería ni hiciera mal tiempo. Era dificil pedir eso, vivía en Reino Unido. Me decía a mi misma todo el tiempo. Aquí siempre hace malo.

Pero hoy, no. Cosas del destino. Pero hoy hacía un dia realmente bueno, no había aparecido ninguna nube desde esta mañana, mirabas al horizonte y solo veías cielo azul.

Tocó. Última clase finalizada.
Hoy me tocaría ir a casa sola.
Mary-Kate no se encontraba bien esa mañana y no había podido venir.

Salí detrás del profesor de Griego y despidiendome de él con un;

-Que pase buen fin de semana.

Me dirigí a la salida en donde toda la gente se arremolinaba formando un atasco. Por suerte la salida que era la misma que la de entrada, era grande y espaciosa.
Salí, mire a cada lado.
Exactamente no sé que buscaba, y bajando las escalerillas con cuidado fuí por mi calle.

Llegué a la verja de color negro con aquellas iniciales de mi padre y viendo la casa blanca que relucía con el sol, sonreí.
Mi casa era verdaderamente hermosa con la luz del sol reflejando cada parte de ella.

Me metí en casa y subí mi mochila a mi cuarto.
La dejé encima de la cama y me quité la chaqueta para estar un poco más comoda.
Bajé de nuevo y ví que todavía no habia llegado nadie.
Ni mi madre de sus clases de pilates y aeróbic ni mi padre del trabajo.
Me encogí de hombros y me fuí al comedor, sentandome en mi sitio de siempre.
Esperé, diez o quince minutos. Pero me aburría bastante. Así que, como ví que mi padre hoy iba a llegar tarde a comer decidí irme a mi cuarto, no sin avisar antes a Claire o a Josh, para que me llamaran cuando la comida estuviera servida.
Fuí a la cocina, pero no había nadie. Tampoco en el jardin.
Subí a la planta de arriba y en el cuarto de mis padres estaba Claire.

-Claire...

Claire se giró sorprendida, por mi presencia. Supongo que no se había enterado de que había llegado, dejó la camiseta de mi madre que en esos momentos iba a guardar en la maleta, encima de la cama y se acercó hasta mi.

-¿Si?

-Hoy va a venir tarde mi padre ¿no?

Claire se quedó pensativa.-Si, creo que hoy sí, llegaran dentro de media hora.

-Está bien, me voy a mi cuarto hasta que lleguen. ¿Te importaría avisarme cuando lleguen?

-No, claro que no. Yo la aviso.
Asentí con una sonrisa en la boca y me metí en mi cuarto.

Que fácil sería comer sin tener que esperar a que todos estuvieramos reunidos. No entendía la tonta manía que tenia mi padre.
Todas las familias que conocía, comían juntas solo si coincidían estar todas en casa.
Yo no debo de dejar de comer solo porque mi padre llegue tarde...
Suspiré.

Tenía el cuarto ordenador, en realidad nunca estaba desordenado. Pero me apetecía ordenarlo más.
Encendí de nuevo mi iMac y puse musica.
Seleccione toda la carpeta de Busted.
Y la puse en aleatorio.

Mientras dejaba a mi pelo volar sobre el aire mientras bailaba a ritmo de la canción sin cantar alto por miedo a que alguien me oyera.
Alguien llamó a mi puerta.
Rapidamente me acerqué al ordenador y apagué la musica.


-Adelante.

Claire asomó la cabeza por la puerta con timidez.-Sus padres ya estan aqui.

Miré la hora en el reloj.
Vaya, ya se había echo tarde.

-Vale, gracias Claire, ahora bajo.

Ella sonrió sin enseñar sus dientes y volvió a cerrar la puerta.
Me volví a poner los zapatos y bajé las escaleras peinandome el pelo revuelto con la mano.

Me fuí al comedor donde supuse que estarían ya mi padre y mi madre y no me equivocaba.
Me senté en el sitio de antes y de todos los dias.
Nos sirvieron la comida y empezamos a comer sin ninguna palabra de por medio.

-¿A qué hora os váis?-Dije interrumpiendo el silencio que abundaba la sala.

-Dentro de hora y media.-respondió mi padre.

-¿Tan pronto?

-Sí.

Asentí y pinche unos guisantes para metermelos a la boca.

-¿A qué hora viene Mary-Kate?-inquirió

Caramba. Se me había olvidado preguntar a mi padre si me dejaba ir a las ferias aquella noche.

-Supongo que después de cenar.. esto.. padre...¿me dejarías ir a las ferias esta noche?

-¿Esta noche?

-Si.. las ponen hoy y esta noche las abren.

-¿Y con quién vas?

Vale. Se lo había preguntado y él todavía no habia respondido. Pero me había echo una pregunta que causaba un nudo en mi garganta. ¿Qué hago? ¿Le digo la verdad o miento..? ¿Mentir? ¿Yo? Nunca había mentido a mi padre.

-Hayley.

Le miré.

-¿Si?

Sabía lo que me había preguntado, pero no creía estar preparada para responder.

-¿Con quién vas?-volvió a formularme la pregunta y mi el nudo en mi garganta impedía que tragara la comida.

Tragué con mucho esfuerzo y respondí.-Con Mary-Kate y Molly por supuesto...-Mentí. No sabía porque, pero lo había echo y ya no había vuelta atrás.-Y con más gente del instituto.
Otra vez. Soy una mentirosa.

-Está bien.-contestó

-¿Si? ¿Puedo ir?

-Claro.

-Está bien, pues... iré a las ocho y volveré después de cenar a las diez.

Él asintió y yo sin ganas de comer más, me disculpé y me fuí a mi habitacion.

Cogí el telefono fijo que tenia en la mesita y llamé a Mary-Kate.
Pí,pí,pí. Cuarto pitido y ya habían descolgado el telefono.
-¿Si?
Dijo una voz suave al otro lado.
- Eh..¿Mary-Kate?
-No, soy Molly ¿quién es?
-Ah, Molly soy yo, Hayley. ¿Puedes decir a Mary-Kate que se ponga, por favor?
-Por supuesto, espera un momento.
- Sí.
Es lo unico que pudo salir de mi boca, esperé sentada en el borde de la cama a que Mary-Kate cogiera el telefono, trás un sonido de movimiento se puso.
- Hola Hayley.
- Hola Mary-Kate, ¿qué tal te encuentras?
- Bien, mejor que esta mañana.
- ¿Sigue en pie lo de este fin de semana?
- Oh, pues claro. Solo tengo un poco de dolor de cabeza ahora, pero por suerte me tomo una aspirina y se me pasa.
- Ey, no quiero que te sientas obligada, eh..
- No,no.
Esbocé una sonrisa.- Está bien. Entonces,¿a qué hora vienes?
- No sé, cuando tú quieras.
- Yo..yo.. estaré ocupada hasta las diez.
- ¿Y eso?
Sonreí.
- Ya te lo contaré cuando vengas..
- Eso espero.
Rió.
- Entonces, ¿diez y media?
- Perfecto.
- Bien, entonces nos vemos a las diez y media rubia.
- Hasta entonces Hayles.
Sonreí. 'Hayles' Me solía llamar así, es un alías que tenía desde hace tiempo.
Colgué el telefono e inmediatamente me dirigí a mi vestidor.
¿Que me pondría para aquella noche?

Capitulo siete.

Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.

Llego a casa, esta vez pronto, con media hora para hacer lo que quiera antes de la cena.
Entro por la puerta y me encuentro a mi mandre leyendo una revista para variar.
Paso por enfrente suyo, me hago notar pero ni me saluda.
Aunque ya no me afecta.

Subo a mi cuarto y dejo las llaves encima de la pequeña mesita de noche.
Me dirigo de nuevo a mi iMac que tengo encima del escritorio, enciendo la pantalla.
Y vuelvo a mi correo.
Recuerdo el correo que recibí del University Of London.
Lo abro y empiezo a leerlo con detenimiento.

'Estimada señorita Williams. Dado a sus referencias y a sus notas académicas hemos decidido que está optada para entrar en un nuevo curso en Univerity Of London.
.....
Nos gustaría hablar con usted y así decidir su futuro.
Llamenos a este numero lo antes posible: 567-256-575.
Esperamos noticias suyas.'


¡SI! Mi primera aceptación.
Me levanto feliz de la silla y bajo abajo. Me han llamado para cenar.
Me siento en una de las sillas del comedor.
Y nos sirven la comida.

Miro a mi padre.-Hoy me ha llegado mi primera aceptación de University Of London.

Él, desvia la mirada del plato.-¿Vas a ir?

Miro mi plato corto un trozo del filete, me lo meto a la boca mientras pienso en la respuesta y trago.-No sé, todavía me faltan recibir respuestas de otras universidades.

Mi padre asintió dando por finalizada la pequeña charla y seguimos comiendo apaciblemente.

Me disculpe y subí a mi cuarto. Trás estar un rato escuchando musica en mi Ipod.
Deshize la cama y me eché.


Viernes, es lo primero que pensé al abrir los ojos y apagar el despertador.
Ese dia había quedado con Harry en ir a las ferias, estaba nerviosa. Sería nuestra primera..'¿cita?' ¿Lo podría llamar así?
Un escalofrío recorrio mi cuerpo.
Me dirigí al baño, y me lave la cara despejandome.
Hoy, también se irían mis padres por la noche de viaje. Y tendría que venir por la noche Mary-Kate a dormir.
Me miré en el espejo.
Mi pelo estaba revuelto y la chaqueta de mi pijama estaba desatada dejando ver una camiseta de tirantes básica blanca que enseñaba mi barriga plana.
Sonreí ante aquella imagen tan despreocupada de mí.

Salí de casa desayunada, vestida y preparada para un nuevo dia en el instituto. El que dentro de poco abandonaría, sin mi mejor amiga Mary-Kate. Ella estaría terminandolo mientras yo iba a otra ciudad. ¿A cual? No lo sabía exactamente. Se supone que ya debería de tener todo concretado pero nada para mí era seguro. Aún no...
Llegué al coche que todas las mañanas me llevaba al instituto, saludé a Kevin con la mano y me metí en mi sitio. Llevaba los cascos puestos desde el desayuno. Esa mañana me apetecía oír musica, para pensar en mis cosas.
La música, la unica amiga que tenía y que sabía que nunca me iba a abandonar.
La que siempre estaba ahí cuando lo necesitaba.
Mi grupo favorito: Busted. Hace poco hicieron un concierto cerca de aquí, pero como ya bien he dicho antes, mis padres no tienen la suficiente confianza en mi y no me dejaron ir.
Me paso todo el día pensando en ellos, y sobre todo en James. Mary-Kate no lo entiende, dice que su música no tiene nada en especial. Pero para mí, lo tiene, desde que oí sus primeras notas en 2001 cuando se iniciaron como grupo supe que tenía que ser su fan. Y desde entonces lo he sido. Dicen que este año, en septiembre sacarán su primer disco y harán una gira. Estoy realmente emocionada, ojalá pudiera ir. Pero me temo que con medio pie en la universidad...

Un sonido me quito de mis pensamientos, era Kevin abriendo la puerta trasera.
Salí del coche cogiendo con mi mano la mochila que estaba posada en el asiento y le despedí con la mano.

Llegué y me encontre a Molly sentada en las escaleras de la entrada. Busqué a Mary-Kate con la mirada pero no la veía por ningun lado.
Llegué hasta Molly y me senté al lado suyo.

-¡Hola!-dije animada.

-Hola.

- ¿donde está Mary-Kate?-volví a pasear mis ojos por todo el recinto.

-Hoy no ha venido.

-¿Y eso?

-Se encontraba mal.

-Vaya, espero que esté bien.

-Si...

-Ahora que me acuerdo, ¿hoy vienes también?-la pregunté.

-¿Ir a dónde?

-Mary-Kate y yo vamos a pasar el fin de semana juntas, porque tus padres y los míos se van de viaje. ¿Tú vienes?

-Oh, no. Yo me quedo en casa de una amiga.

Sonrío y asiento.
Un sonido me sobresalta es el sonido del timbre que indica la entrada.
Me levanto y le tiendo la mano a Molly para que se levante.
Entramos dentro y nos despedimos con la mano y un hasta luego.

Pov; Harry Judd.

Se lo había dicho, me había atrevido y pese a que tenía miedo a que me dijera un no. No lo había echo.
Había respondido un si con una sonrisa en su boca.
Su sonrisa, ¿que tenía esa sonrisa que se volvia tan misterioso? Me encantaría guardarla bajo llave y tenerla solo yo.
Creo que me moriria si la viera sonriendo a otro chico así.
Sacudí mi cabeza. No podía pensar eso. No es tuya, me recordaba.
Llegamos al instituto, el camino ha pasado rapido. No sé si Andy o Jack me han hablado. Como estaba tan sumido en mis pensamientos...

Jack y yo nos dirigimos por el pasillo a nuestra clase. Se lo tengo que decir.

-Oye, Jack.

-Dime.-me dirige una mirada mientras se sienta en nuestro sitio de siempre.

-Sobre lo de esta noche..

-¿No puedes venir?

-No, -niego- no es eso..

- ¿Entonces?

Dejo mi mochila encima de la mesa y saco los libros.

-Esto.. te..¿te importaria si llevo a una amiga?-digo lo más rapido que mis labios y mis cuerdas vocales me permiten.

Espero que lo haya entendido, no creo que tenga fuerzas para volverlo a repetir.
Le miro, me está mirando con una sonrisa en la boca.

-Una...¿amiga, eh?

-Si.

Me da un pequeño codazo de bromas y yo me rio.

-¿Y quién es esa...''amiga''?-dice haciendo comillas con los dedos.

-Esto.. Hayley.-digo bajo, muy bajo, casi un susurro.

Tengo los ojos cerrados y los dedos cruzados, no oigo contestacion.
Abro lentamente los ojos y veo su cara, ha cambiado la expresión. Ahora no sonríe, esta serio.

-Harry, esto nos va a traer problemas.

-¿Problemas? -pregunto sin entenderlo- No.

-Si, creo que estas jugando con fuego. No sabes lo que estas haciendo.

Mira otra vez al frente y empieza a sacar las cosas de su mochila, creo que se ha enfadado.

- ¿Por qué lo dices?-digo secamente, me enfada que se enfade.

Jack suelta el estuche de golpe y me mira con el ceño fruncido.-¿Es que no lo entiendes?

-¿Entender, el qué?-alzó la voz

-Harry, Hayley no es una chica cualquiera, no es como las de este instituto, no puedes tirartela y pasar de ella. Simplemente no puedes.

Había frustración en sus palabras. No lo entiendo. Pero me enfada que piense que voy ha hacer eso con ella.

-Jack, joder, que no soy tonto ¿Sabes? sé quien es, quién es su padre, y qué puede llegar a pasar si la hago daño. Pero no me importa. Me da igual como se apellide ¿Vale? porque cuando la veo, no veo a la hija de R.J Williams. Veo a Hayley, una chica pelirroja con una sonrisa especial.

Ninguno de los dos añade más, creo que estamos enfadados, no lo sé muy bien. Me ha herido su comentario. Pero me da igual, esa noche la pienso llevar.
Llega el profesor y empieza a dictar apuntes.

Entre punto y aparte Jack me dice algo, susurrando.-Está bien, llevala esta noche. Pero prometeme que no va ha haber problemas.

Le miro sonriendo. Ese era mi amigo.

-Lo prometo.