Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.
Puedo decir que los viajes en coche con Harry son gratificantes. Hemos estado hablando todo el rato, casi siempre de él, porque yo lo pedía. Pero en los momentos que hemos quedado en silencio, el silencio no era para nada incomodo. Es más, era hasta confortable.
Hemos llegado hasta la verja negra que separa la calle del recinto de mi casa.
Una presión se instala en mi pecho, no quiero bajar del coche y dar por terminado el día con Harry. Me gusta demasiado estar con él, su presencia, su olor...
-¿ Algún día vas a bajar?-pregunta Harry riendo.
-¿Acaso me estás echando?-inquiero girándome en el asiento.
Harry ríe y niega con la cabeza, se acerca poco a poco a mi y acorta las distancias depositando un beso en mis labios.
Muevo los mios contra los suyos, sin dejarle escapar.
-¿En que pensabas?-me susurra todavía cerca de mi cara.
-En ti.- Harry alza una ceja, río y bajo la mirada- Bueno..en.. nosotros.
La mirada de Harry cambia a preocupación y busca la mia- ¿Pasa algo?-inquiere nervioso.
-Nononono-niego rápidamente mirándolo a los ojos.
-¿Entonces?
Me encojo de hombros y miro por la ventanilla. El sol ya se ha escondido y la luna empieza a aparecer tras las nubes.
Las farolas de la calle se han encendido y ahora iluminan las aceras.
Los dos estamos en silencio, no sé si mi contestación le ha servido o si se ha enfadado. Decido averiguarlo y giro mi cabeza de nuevo para encontrarme con sus ojos azules mirándome, intentando descifrarme, traspasarme y conseguir saber lo que pienso.
Creo que se cansa de buscar una explicación a mi anterior gesto y se vuelve a poner en su asiento, recto.
-Es tarde... deberías irte- dice mirando fijamente al frente.
Asiento y me bajo del coche sin ninguna palabra de por medio. No sé porque se ha enfadado, y eso me hace enfadarme a mi más.
Espera, ¿es nuestra primera discusión de pareja?
Me doy la vuelta antes de entrar por la verja negra.
Y veo a Harry mirándome, pero cuando ve que le miro, arranca el coche y se va.
Suspiro.
Me encamino hacía la entrada de casa, meto la llave en la cerradura y entro notando el calor hogareño.
Todavía sigo dándole vueltas al tema de Harry. No entiendo que he echo mal.
Mary-Kate está con Erick en el sofá hablando animadamente. Tienen al rededor cajas de pizza.
-¡Ya era hora señorita!- exclama riendo Mary-Kate.
Les echo un vistazo y asiento.
-Ey-dice preocupada mientras se levanta y va hasta mi posición- ¿Te pasa algo?
Niego con la cabeza.
-¿Has cenado?-me pregunta mientras rehuyo su mirada.
Vuelvo a negar.
-Podrías decirme algo...
-Me voy a la cama, estoy cansada. Mañana hablamos.
Mary-Kate asiente y me da un abrazo. Se lo devuelvo, es lo que necesitaba y no sé como pero lo ha sabido.
Intento esbozar una sonrisa cuando nos separamos.
Subo las escaleras sin ganas, abro la puerta de mi habitación y la de Mary-Kate en este fin de semana y me pongo unos pantalones cortos de pijama junto con una camiseta básica de tirantes de color rosa pastel y encima una camiseta grande de los 'Beatles' que deja al descubierto mi hombro.
Me siento con las piernas cruzadas en la cama y miro a un punto fijo.
En realidad no pienso en nada.
No me apetece hacer nada, tampoco dormir. No sé porque me siento así, supongo que no me gusta pelearme con la gente y que lo haya echo con Harry no me gusta...
Decido arreglarlo y busco mi móvil.
Busco su numero en mi agenda y le doy a la tecla de llamada sin pensarlo una vez más.
Un pitido. Dos pitidos. Tres pitidos. Cuatro...cinco... Llamada finalizada.
No lo coge.
Tiro el teléfono con frustración contra la cama y me tapo con una almohada la cara.
Pov;Harry Judd.
Paro el coche enfrente de mi casa, Hayley me está llamando al movil. En este momento, lo tengo en mis manos pero no le doy a la tecla de descolgar.
¿Por qué? No lo sé. Soy imbecil.
Miro por la ventanilla y veo que en mi casa estan las luces del comedor encendidas. Y las persianas de los cuartos bajadas.
Miro hacia el aparcamiento, todavía no ha llegado mi padre.
Posiblemente mi madre ya esté haciendo la cena.
Suspiro y apoyo la cabeza contra el volante. Estoy en esa posición y con los ojos cerrados varios minutos hasta que unos golpes en el cristal del copiloto me sorprenden. Levanto la cabeza y veo a Kat.
Bajo la ventanilla.
-¿Qué quieres Katherine?-le pregunto molesto.
-¿Yo? Nada, pero te recuerdo que tienes tú casa enfrente...-contesta.
-Ya...-respondo sin ganas.
-¿Te pasa algo?-me pregunta. Hago una mueca extraña y se echa a reír-Espera, voy a tirar la basura y me cuentas.
Asiento levemente y en menos de dos segundos Kat se está subiendo al asiento del copiloto.
-Cuentame.
La miro- Es que... no sé, creo que he discutido con Hayley.
Alza una ceja- ¿Crees?
-Si- respondo.
-¿Y porqué no vas a averiguarlo?
La miro desconcertado, no la entiendo.
-Quiero decir- reanuda- que vayas a su casa y lo hables con ella y lo arregléis.
Recapacito las palabras de mi hermana y si, creo que tiene razón. Tengo que hablar con ella. Por lo de antes y por lo ahora.
Quiero que con ella salga todo bien, que todo vaya más perfecto que bien.
-Tienes razón-admito.
Kat sonríe y asiente y se baja del coche.
-Entonces...-dice antes de cerrar la puerta- ¿Les digo a papá y a mamá que no te esperen despiertos?
Asiento sonriendo y vuelvo a arrancar el viejo coche.
Katherine cierra la puerta y se vuelve hasta la puerta de casa.
La miro por ultima vez y piso el acelerador.
sábado, 14 de mayo de 2011
lunes, 2 de mayo de 2011
Capitulo diecinueve.
Primavera; 2002, Chelmsford, Essex, England.
Pov; Harry Judd.
Termino de tocar la batería y dejo las baquetas.
Levanto al vista encontrandome con los ojos de Hayley, aquellos que no tienen un solo color. Si te fijas bien, sus ojos estan compuestos por tres colores: Azul, gris y verde. Y en ellos hacen una mezcla explosiva, depende de como le de la luz, a veces resalta el azul y otras veces el verde.
Me mira expectante y no tengo ni la minima remota idea a que se debe. Busco en ella una explicación de porque no habla, pero, nada de nada.
¿Tan mal lo he echo?. Bajo la mirada triste y noto como ella se levanta de la silla y se acerca a mi. Me coje la barbilla con sus finos dedos y acerca sus tiernos labios a los mios.
Los mueve rapido con decisión, no sé a que se debe esto pero yo sigo el beso.
Para y me mira a los ojos.
-Wow-articula- Increible Harry, increible.
Me empiezo a reir y Hayley levanta una ceja sin entenderlo.
-¿Entonces, ha estado bien?-pregunto.
Hayley sonríe y se sienta en mi regazo- ¿No me has oido? ¡Ha sido increible! Nunca había visto a nadie tocar la batería con tanto afán y dedicación como lo haces tu. Dios...ha sido...
La interrumpo esbozando una sonrisa- ¿Increible?
Ella se echa a reir, me encanta el sonido de su risa. Es melódico.
-Si, increible.
Nos quedamos mirandonos y de mientras pensamos.
Hayley aparta su mirada de la mia y mira el resto de la habitación curiosa.
-¿Vamos arriba?-pregunto rompiendo el silencio formado.
Ella asiente y espero a que se levante de mi regazo. Después, subimos las escaleras de nuevo al salón y me pongo al lado suyo cogiendola la mano. Supongo que no se lo espera, porque se sorprende a notar el roce de mi piel contra la suya, pero no la debe de incomodar ya que entrelaza sus dedos con los mios.
-Vamos al jardín-propongo, ella asiente.
Pov; Hayley Williams.
Salimos dados de la mano al jardin, me sorprende que me haya cogido la mano, pero en realidad estaba deseando que lo hiciera. Entrelazo mis dedos con los suyos y noto por el rabillo del ojo como sonríe.
Bajamos las escalerillas y siento el irregular cesped debajo de mis zapatos. Me lleva hasta debajo de un árbol y se pone en frente mio,sin soltar mi mano.
Le sonrío y se acerca a mi.
-Anoche estuve toda la cita deseando hacer esto-dice y mira nuestras manos.
-¿El qué?-pregunto- ¿Darme la mano?
Él asiente.
-¿Y porque no lo hiciste?-pregunté confusa.
-Bueno... no sabía como ibas a reaccionar-contesta avergonzado.
Me muerdo el labio inferior y le miro- ¿He reaccionado mal ahora, a caso?
Harry niega con la cabeza y junta su frente con la mía, noto su respiración en mi cara y mientras inhalo su olor cierro los ojos.
-¿Me concedes un baile?-abro los ojos de nuevo tras tal pregunta y él ríe al ver mi reacción.
-Por supuesto-contesto.
Nos juntamos más, y enlazo mis brazos a su cuello. Él, acerca sus manos a lo más bajo de mi espalda y me aproxima mas.
Nos balanceamos levemente bajo el manto de hojas del árbol y un sol que incide sobre ellas dejando mostrar unos rayos de sol en nosotros.
Levanto la mirada del suelo donde nuestros pies se mueven de derecha a izquierda y de nuevo de izquierda a derecha, me encuentro con la mirada de Harry. Sus ojos de azul intenso me hacen sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
Apoyo mi cabeza en su pecho y noto como su corazón late más rápido con el simple contacto de mi piel con la suya. Sonrío y Harry apoya su barbilla en mi cabeza.
-Harry...-susurro contra su pecho. Él inclina su cabeza alejando su barbilla de la mía y levanto la vista para volver a encontrarme con sus perfectos ojos- Yo...-tomo aire- yo...
-¡Hola chicos!-exclama una voz femenina desde la puerta trasera de la casa.
Rápidamente quito mis manos de su cuello y él levanta la vista para mirar a quien nos haya interrumpido.
-Hola Katherine- saluda él, sorprendido por mi reacción, pero sin quitar sus manos de mi cadera.
-Ups, perdón, ¿interrumpía algo?-pregunta mientras nos ve andar hasta su posición.
Avergonzada intento hablar y saludarla- No, nada...hola -me acerco a ella y la doy dos besos- Soy Hayley.-sonrío y ella me devuelve la sonrisa.
-¡Hola Hayley!-me devuelve los besos- Soy Katherine, la hermana de Harry.
-Sí, lo sabía- miro a Harry sonriente mientras él nos observa apoyado desde el marco de la puerta indiferente a la conversación.
-Bueno...¿te quedas a cenar?-pregunta Katherine.
Me sorprendo, ¿cenar? ¿ya? ¿tan tarde es?
-¿Cenar a las siete de la tarde, Katherine?-pregunta Harry.
Katherine suspira- bueno, pues merendar...
-Me encantaría, pero...creo que es mejor que me vaya yendo, me temo que es muy tarde-respondo excusándome.
Harry se acerca a mi- ¿Te vas?-Asiento- Vamos que te llevo.
-No, no, no hace falta....-contesto.
Harry me mira alzando una ceja mientras coge las llaves del coche de la encimera y ríe- Anda, vete a ponerte tu ropa.
Recuerdo que llevo la camiseta de Harry como única ropa y me avergüenzo tiñendo mis mejillas de un color rojizo. Bajo la mirada y asiento, subo las escaleras despidiéndome de Katherine que se queda en la cocina con Harry hablando.
Subo las escaleras y me dirijo de nuevo al baño donde se había quedado mi ropa. Me pongo el pantalón con cuidado de no hacerme daño al rozar con la herida y me quito la camiseta de Harry para a continuación ponerme la mía.
Llaman a la puerta y doy mi permiso para que abran. Es Harry.
-Te venía a decir...que si quieres te puedes quedar mi camiseta- me muestra su sonrisa.
-Oh, no, no, no hace falta, en serio....-se la tiendo pero él la rechaza.
-De verdad, que a mi me da igual.
La miro y dudo unos segundos entre quedármela o no, la verdad es que me encantaría pero mi madre o mi padre sospecharían y no me traería nada más que problemas. Pero sé que Harry es muy testarudo así que, me acerco a él, quedando bajo su mirada y con la camiseta en la mano.
-Vamos a hacer un trato- le ofrezco mientras rodeo su cintura con mis brazos y le miro a los ojos- Te la quedas tú y cuando venga a tu casa tengo una camiseta para mi. ¿Trato hecho?
Harry ríe y mira la camiseta, de nuevo a mi y asiente- Esta bien, esta va a ser tu camiseta oficial.
Sonrío y le doy un beso en la mejilla.
Volvemos a bajar las escaleras dados de la mano y salimos por la puerta principal. De nuevo, rumbo a mi casa.
Pov; Harry Judd.
Termino de tocar la batería y dejo las baquetas.
Levanto al vista encontrandome con los ojos de Hayley, aquellos que no tienen un solo color. Si te fijas bien, sus ojos estan compuestos por tres colores: Azul, gris y verde. Y en ellos hacen una mezcla explosiva, depende de como le de la luz, a veces resalta el azul y otras veces el verde.
Me mira expectante y no tengo ni la minima remota idea a que se debe. Busco en ella una explicación de porque no habla, pero, nada de nada.
¿Tan mal lo he echo?. Bajo la mirada triste y noto como ella se levanta de la silla y se acerca a mi. Me coje la barbilla con sus finos dedos y acerca sus tiernos labios a los mios.
Los mueve rapido con decisión, no sé a que se debe esto pero yo sigo el beso.
Para y me mira a los ojos.
-Wow-articula- Increible Harry, increible.
Me empiezo a reir y Hayley levanta una ceja sin entenderlo.
-¿Entonces, ha estado bien?-pregunto.
Hayley sonríe y se sienta en mi regazo- ¿No me has oido? ¡Ha sido increible! Nunca había visto a nadie tocar la batería con tanto afán y dedicación como lo haces tu. Dios...ha sido...
La interrumpo esbozando una sonrisa- ¿Increible?
Ella se echa a reir, me encanta el sonido de su risa. Es melódico.
-Si, increible.
Nos quedamos mirandonos y de mientras pensamos.
Hayley aparta su mirada de la mia y mira el resto de la habitación curiosa.
-¿Vamos arriba?-pregunto rompiendo el silencio formado.
Ella asiente y espero a que se levante de mi regazo. Después, subimos las escaleras de nuevo al salón y me pongo al lado suyo cogiendola la mano. Supongo que no se lo espera, porque se sorprende a notar el roce de mi piel contra la suya, pero no la debe de incomodar ya que entrelaza sus dedos con los mios.
-Vamos al jardín-propongo, ella asiente.
Pov; Hayley Williams.
Salimos dados de la mano al jardin, me sorprende que me haya cogido la mano, pero en realidad estaba deseando que lo hiciera. Entrelazo mis dedos con los suyos y noto por el rabillo del ojo como sonríe.
Bajamos las escalerillas y siento el irregular cesped debajo de mis zapatos. Me lleva hasta debajo de un árbol y se pone en frente mio,sin soltar mi mano.
Le sonrío y se acerca a mi.
-Anoche estuve toda la cita deseando hacer esto-dice y mira nuestras manos.
-¿El qué?-pregunto- ¿Darme la mano?
Él asiente.
-¿Y porque no lo hiciste?-pregunté confusa.
-Bueno... no sabía como ibas a reaccionar-contesta avergonzado.
Me muerdo el labio inferior y le miro- ¿He reaccionado mal ahora, a caso?
Harry niega con la cabeza y junta su frente con la mía, noto su respiración en mi cara y mientras inhalo su olor cierro los ojos.
-¿Me concedes un baile?-abro los ojos de nuevo tras tal pregunta y él ríe al ver mi reacción.
-Por supuesto-contesto.
Nos juntamos más, y enlazo mis brazos a su cuello. Él, acerca sus manos a lo más bajo de mi espalda y me aproxima mas.
Nos balanceamos levemente bajo el manto de hojas del árbol y un sol que incide sobre ellas dejando mostrar unos rayos de sol en nosotros.
Levanto la mirada del suelo donde nuestros pies se mueven de derecha a izquierda y de nuevo de izquierda a derecha, me encuentro con la mirada de Harry. Sus ojos de azul intenso me hacen sentir una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
Apoyo mi cabeza en su pecho y noto como su corazón late más rápido con el simple contacto de mi piel con la suya. Sonrío y Harry apoya su barbilla en mi cabeza.
-Harry...-susurro contra su pecho. Él inclina su cabeza alejando su barbilla de la mía y levanto la vista para volver a encontrarme con sus perfectos ojos- Yo...-tomo aire- yo...
-¡Hola chicos!-exclama una voz femenina desde la puerta trasera de la casa.
Rápidamente quito mis manos de su cuello y él levanta la vista para mirar a quien nos haya interrumpido.
-Hola Katherine- saluda él, sorprendido por mi reacción, pero sin quitar sus manos de mi cadera.
-Ups, perdón, ¿interrumpía algo?-pregunta mientras nos ve andar hasta su posición.
Avergonzada intento hablar y saludarla- No, nada...hola -me acerco a ella y la doy dos besos- Soy Hayley.-sonrío y ella me devuelve la sonrisa.
-¡Hola Hayley!-me devuelve los besos- Soy Katherine, la hermana de Harry.
-Sí, lo sabía- miro a Harry sonriente mientras él nos observa apoyado desde el marco de la puerta indiferente a la conversación.
-Bueno...¿te quedas a cenar?-pregunta Katherine.
Me sorprendo, ¿cenar? ¿ya? ¿tan tarde es?
-¿Cenar a las siete de la tarde, Katherine?-pregunta Harry.
Katherine suspira- bueno, pues merendar...
-Me encantaría, pero...creo que es mejor que me vaya yendo, me temo que es muy tarde-respondo excusándome.
Harry se acerca a mi- ¿Te vas?-Asiento- Vamos que te llevo.
-No, no, no hace falta....-contesto.
Harry me mira alzando una ceja mientras coge las llaves del coche de la encimera y ríe- Anda, vete a ponerte tu ropa.
Recuerdo que llevo la camiseta de Harry como única ropa y me avergüenzo tiñendo mis mejillas de un color rojizo. Bajo la mirada y asiento, subo las escaleras despidiéndome de Katherine que se queda en la cocina con Harry hablando.
Subo las escaleras y me dirijo de nuevo al baño donde se había quedado mi ropa. Me pongo el pantalón con cuidado de no hacerme daño al rozar con la herida y me quito la camiseta de Harry para a continuación ponerme la mía.
Llaman a la puerta y doy mi permiso para que abran. Es Harry.
-Te venía a decir...que si quieres te puedes quedar mi camiseta- me muestra su sonrisa.
-Oh, no, no, no hace falta, en serio....-se la tiendo pero él la rechaza.
-De verdad, que a mi me da igual.
La miro y dudo unos segundos entre quedármela o no, la verdad es que me encantaría pero mi madre o mi padre sospecharían y no me traería nada más que problemas. Pero sé que Harry es muy testarudo así que, me acerco a él, quedando bajo su mirada y con la camiseta en la mano.
-Vamos a hacer un trato- le ofrezco mientras rodeo su cintura con mis brazos y le miro a los ojos- Te la quedas tú y cuando venga a tu casa tengo una camiseta para mi. ¿Trato hecho?
Harry ríe y mira la camiseta, de nuevo a mi y asiente- Esta bien, esta va a ser tu camiseta oficial.
Sonrío y le doy un beso en la mejilla.
Volvemos a bajar las escaleras dados de la mano y salimos por la puerta principal. De nuevo, rumbo a mi casa.
domingo, 1 de mayo de 2011
Capitulo dieciocho.
Primavera;2002, Chelmsford, Essex, England.
Nos adentramos en una urbanización. Me sorprende las casas, todas son iguales. Sin duda, me alegro de como es la mía.
Seguimos hasta pararnos en frente de la típica casa británica de ladrillo marrón.
Harry para el coche, mira la casa, a mi y me sonríe.
Me siento obligada siempre a devolverle las sonrisas.
Baja del coche y como de costumbre, me abre la puerta. Intenta cogerme de nuevo pero se lo impido. Refunfuña y le permito que me ayude hasta la puerta de su casa.
Poso una pierna y cojeo la que estoy sangrando.
Saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta.
Ahora me doy cuenta que no solo Harry huele así. Toda su casa huele a él. Si por mi fuera, metería su olor en un frasco y me lo llevaría a mi casa. Respiro hondo y sonrío.Es reconfortable.
-Vamos al aseo de arriba- me dice cerca del oído y yo asiento.
Subo las escaleras cojeando. Me he vuelto a negar a que Harry me lleve en brazos, no estoy discapacitada. Sé andar.
Harry se ha puesto detrás mio, tiene miedo a que me caiga para atrás y por el rabillo del ojo veo como niega con la cabeza.
-¿Ves? puedo subir yo sola-digo saltando el último escalón.
No debería de haber adelantado acontecimientos. En el ultimo salto, mi cuerpo se ha balanceado hacia atrás, no he mantenido el equilibrio y si no llega a ser porque Harry está detrás mio y me ha sujetado por la cintura me caigo.
Él ríe y asiente- Si, si, ya lo veo... tu solita.
Pongo los ojos en blanco mientras río y le acompaño hasta el aseo.
-Ven, sienta- da unas palmadas a la encimera del lavabo.
-¿Donde? ¿Ahí?
-Si, aquí-vuelve a golpearla y me acerco cojeando.
Hago un pequeño salto y con agilidad me siento ahí arriba.
Harry se agacha y me examina la herida que no ha dejado de sangrar ni un segundo. Al rededor de esta, mi pantalón se ha vuelto rojo.
-Umm...creo que te tienes que quitar el pantalón para poder curarte la herida mejor- mis ojos se agrandan tras ese comentario y siento como mis mejillas se tiñen de rojo.Harry lo nota y ríe divertido- Espera aquí.
Asiento sin decir nada y espero.
Harry vuelve al minuto con una camiseta negra entre las manos.
-Toma- me la tiende, yo la cojo y me la quedo mirando. Tiene unas letras en rojo que sobresaltan en ella y encima unas en blanco. No me paro a mirar que pone. Realmente no entiendo porque me da su camiseta. Él observa mi cara y comprende que no lo entiendo- Es para que te quites el pantalón-le miro- Es lo suficiente larga para que te tape hasta las rodillas o eso creo...
Tuerzo el morro y eso hace que Harry sonría- Te dejo el baño un momento mientras te cambias- no me da tiempo a responder una contestación y Harry sale del aseo dejándome sola.
No tengo más remedio que hacerle caso y cambiarme de ropa por mucha vergüenza que esté pasando.
Me bajo del lavabo y me quito el pantalón con cuidado, noto como se resbala por mi pierna y cuando roza con la herida me escuece. Reprimo un gesto desagradable y me lo quito del todo. Con la pierna flexionada me quito la camiseta y vuelvo a mirar la camiseta de Harry.
La acerco a mi nariz y la huelo. Otra vez su olor inunda mis napias.
Sonrío y me la pongo por encima, en efecto, como él decía me quedaba grande pero por encima de las rodillas, lo suficiente para taparme la ropa interior.
Después de coger mi ropa, doblarla y ponerla a un lado, me acerco cojeando a la puerta y la abro.
Con tan mala suerte que Harry estaba apoyada en ella y al abrir casi se cae para atrás. Río ante la casi caída y se da la vuelta para mirarme. Sube la mirada poco a poco desde mis rodillas,seguidas por mi cadera, hasta mi pecho y por ultimo mi cara.
-Te queda mejor que a mi- sonríe y no puedo evitar soltar una risilla nerviosa- Ahora si que sí, vamos a limpiarte la herida.
Asiento y me vuelvo a sentar encima del lavabo. La camiseta se eleva un poco al sentarme y se queda a la mitad de mis muslos. Harry se queda mirando lo poco que me tapa la camiseta con el Alcohol en la mano y noto como me ruborizo y rápidamente bajo la camiseta lo máximo que puedo. Él levanta la vista hasta mis ojos sonriendo y vuelve a bajarla hasta la herida.
No hemos hablado en todo este tiempo que me ha estado curando. He intentado reprimir algunas quejas de dolor pero alguna vez escocía tanto que no podía.
Por fin termina lo que para mi ha sido una eternidad y me tiende la mano para ayudarme a bajar.
-Alah, ya hemos terminado señorita quejas- dice riéndose.
Yo le saco la lengua y aceptando su mano bajo del lavabo.
-Ya me puedo poner mi ropa ¿no?-inquiero rápidamente.
-Yo creo que... tienes que esperar a que se seque el Betadine-contesta con una sonrisa picara.
Resoplo y él ríe acercándose a mi. Me pregunto como puede tener los ojos de un color azul tan intenso.
Siento como poco a poco va acortando las distancias y junta de nuevo sus labios con los míos. Al principio en un suave roce, después juega con ellos y agarro su camiseta con fuerza entre mis manos, mientras nuestras lenguas comienzan una pequeña batalla noto la mano que le queda libre subiendo por mi pierna flexionada, desde mi rodilla hasta mi muslo. Se acerca a mi cadera y sube la mano por debajo de mi camiseta. Cuando llega a la altura de mis costillas me obligo a parar y así hago.
Él ve mis intenciones y quita su mano de nuevo suavemente y acaricia mi cara. Sonríe y me da un beso en la comisura del labio.
-¿Te enseño mi cuarto?-inquiere a todavía escasos centímetros míos.
-Si-asiento y me lleva tras el.
En este camino intento apoyar la pierna, todavía me duele pero ya no tanto.
Llegamos hasta una puerta en donde hay una pegatina típica que señaliza el 'Aseo de mujeres' Sonrío y él abre la puerta.
Nada más entrar veo su cama,-su habitación es de un color azul claro- tiene un armario delante de la puerta y a cada lado de la cama hay una mesita con la bandera de Inglaterra.
-Bueno...esta un poco desordenada....-intenta excusarse.
-No pasa nada- río y entro, cerrando él la puerta tras de mi.
Paso la mirada por toda la habitación y veo que tiene un mural de fotos en el cabecero de la cama. La cama está desecha pero no le presto demasiada atención.
Tiene muchos posters y me fijo en el de un surfista que ocupa la mitad de una pared y el de un canguro.
Debajo del póster del surfista encuentro un montón de CD's amontonados y me acerco a curiosear.
La verdad es que, tiene muchos y sin ningún orden.
Encuentro varios de Blink 182 y Linkin Park.
Sonrío ante este ultimo. Es uno de mis favoritos.
-¿Te gustan?-susurra a mi lado.
Me sobresalto pegando un pequeño brinco y él ríe.
-Me gusta este- saco el disco de 'My generation' de 'The Who'. Miro la carcasa y de nuevo a Harry- es uno de mis favoritos.
Harry sonríe- Si, también de los míos.-antes de quedarnos en un silencio, él vuelve a interrumpir- ¿Te enseño la batería?
-¡Es verdad!-exclamo, miro a mi al rededor pero no veo ninguna batería- ¿Donde la tienes?
-Está en el cuarto de abajo.
Asiento y dejo de nuevo el disco en su sitio, aunque si lo hubiera dejado en cualquier otro lado, Harry no hubiera notado la diferencia.
Bajamos las escaleras de su casa, ya puedo posar la pierna bien. Y seguimos descendiendo hasta el sótano, al lado del garaje hay un pequeño cuarto donde tienen dos guitarras y al fondo una batería de color azul turquesa y platillos dorados.
Me acerco maravillada y Harry me sigue cerca.
-¿La puedes tocar?-inquiero mirándole.
Harry hace una mueca y finalmente resopla dándose por vencido, coge una silla que encuentra en la otra parte de la habitación y me hace sentarme en ella.
Después de encontrarme a mí, sitio, se sienta en el asiento que hay detrás de la batería y coge sus baquetas.
Hace chocarlas entre ellas dos o tres veces y comienza a tocarla.
Nos adentramos en una urbanización. Me sorprende las casas, todas son iguales. Sin duda, me alegro de como es la mía.
Seguimos hasta pararnos en frente de la típica casa británica de ladrillo marrón.
Harry para el coche, mira la casa, a mi y me sonríe.
Me siento obligada siempre a devolverle las sonrisas.
Baja del coche y como de costumbre, me abre la puerta. Intenta cogerme de nuevo pero se lo impido. Refunfuña y le permito que me ayude hasta la puerta de su casa.
Poso una pierna y cojeo la que estoy sangrando.
Saca las llaves de su bolsillo y abre la puerta.
Ahora me doy cuenta que no solo Harry huele así. Toda su casa huele a él. Si por mi fuera, metería su olor en un frasco y me lo llevaría a mi casa. Respiro hondo y sonrío.Es reconfortable.
-Vamos al aseo de arriba- me dice cerca del oído y yo asiento.
Subo las escaleras cojeando. Me he vuelto a negar a que Harry me lleve en brazos, no estoy discapacitada. Sé andar.
Harry se ha puesto detrás mio, tiene miedo a que me caiga para atrás y por el rabillo del ojo veo como niega con la cabeza.
-¿Ves? puedo subir yo sola-digo saltando el último escalón.
No debería de haber adelantado acontecimientos. En el ultimo salto, mi cuerpo se ha balanceado hacia atrás, no he mantenido el equilibrio y si no llega a ser porque Harry está detrás mio y me ha sujetado por la cintura me caigo.
Él ríe y asiente- Si, si, ya lo veo... tu solita.
Pongo los ojos en blanco mientras río y le acompaño hasta el aseo.
-Ven, sienta- da unas palmadas a la encimera del lavabo.
-¿Donde? ¿Ahí?
-Si, aquí-vuelve a golpearla y me acerco cojeando.
Hago un pequeño salto y con agilidad me siento ahí arriba.
Harry se agacha y me examina la herida que no ha dejado de sangrar ni un segundo. Al rededor de esta, mi pantalón se ha vuelto rojo.
-Umm...creo que te tienes que quitar el pantalón para poder curarte la herida mejor- mis ojos se agrandan tras ese comentario y siento como mis mejillas se tiñen de rojo.Harry lo nota y ríe divertido- Espera aquí.
Asiento sin decir nada y espero.
Harry vuelve al minuto con una camiseta negra entre las manos.
-Toma- me la tiende, yo la cojo y me la quedo mirando. Tiene unas letras en rojo que sobresaltan en ella y encima unas en blanco. No me paro a mirar que pone. Realmente no entiendo porque me da su camiseta. Él observa mi cara y comprende que no lo entiendo- Es para que te quites el pantalón-le miro- Es lo suficiente larga para que te tape hasta las rodillas o eso creo...
Tuerzo el morro y eso hace que Harry sonría- Te dejo el baño un momento mientras te cambias- no me da tiempo a responder una contestación y Harry sale del aseo dejándome sola.
No tengo más remedio que hacerle caso y cambiarme de ropa por mucha vergüenza que esté pasando.
Me bajo del lavabo y me quito el pantalón con cuidado, noto como se resbala por mi pierna y cuando roza con la herida me escuece. Reprimo un gesto desagradable y me lo quito del todo. Con la pierna flexionada me quito la camiseta y vuelvo a mirar la camiseta de Harry.
La acerco a mi nariz y la huelo. Otra vez su olor inunda mis napias.
Sonrío y me la pongo por encima, en efecto, como él decía me quedaba grande pero por encima de las rodillas, lo suficiente para taparme la ropa interior.
Después de coger mi ropa, doblarla y ponerla a un lado, me acerco cojeando a la puerta y la abro.
Con tan mala suerte que Harry estaba apoyada en ella y al abrir casi se cae para atrás. Río ante la casi caída y se da la vuelta para mirarme. Sube la mirada poco a poco desde mis rodillas,seguidas por mi cadera, hasta mi pecho y por ultimo mi cara.
-Te queda mejor que a mi- sonríe y no puedo evitar soltar una risilla nerviosa- Ahora si que sí, vamos a limpiarte la herida.
Asiento y me vuelvo a sentar encima del lavabo. La camiseta se eleva un poco al sentarme y se queda a la mitad de mis muslos. Harry se queda mirando lo poco que me tapa la camiseta con el Alcohol en la mano y noto como me ruborizo y rápidamente bajo la camiseta lo máximo que puedo. Él levanta la vista hasta mis ojos sonriendo y vuelve a bajarla hasta la herida.
No hemos hablado en todo este tiempo que me ha estado curando. He intentado reprimir algunas quejas de dolor pero alguna vez escocía tanto que no podía.
Por fin termina lo que para mi ha sido una eternidad y me tiende la mano para ayudarme a bajar.
-Alah, ya hemos terminado señorita quejas- dice riéndose.
Yo le saco la lengua y aceptando su mano bajo del lavabo.
-Ya me puedo poner mi ropa ¿no?-inquiero rápidamente.
-Yo creo que... tienes que esperar a que se seque el Betadine-contesta con una sonrisa picara.
Resoplo y él ríe acercándose a mi. Me pregunto como puede tener los ojos de un color azul tan intenso.
Siento como poco a poco va acortando las distancias y junta de nuevo sus labios con los míos. Al principio en un suave roce, después juega con ellos y agarro su camiseta con fuerza entre mis manos, mientras nuestras lenguas comienzan una pequeña batalla noto la mano que le queda libre subiendo por mi pierna flexionada, desde mi rodilla hasta mi muslo. Se acerca a mi cadera y sube la mano por debajo de mi camiseta. Cuando llega a la altura de mis costillas me obligo a parar y así hago.
Él ve mis intenciones y quita su mano de nuevo suavemente y acaricia mi cara. Sonríe y me da un beso en la comisura del labio.
-¿Te enseño mi cuarto?-inquiere a todavía escasos centímetros míos.
-Si-asiento y me lleva tras el.
En este camino intento apoyar la pierna, todavía me duele pero ya no tanto.
Llegamos hasta una puerta en donde hay una pegatina típica que señaliza el 'Aseo de mujeres' Sonrío y él abre la puerta.
Nada más entrar veo su cama,-su habitación es de un color azul claro- tiene un armario delante de la puerta y a cada lado de la cama hay una mesita con la bandera de Inglaterra.
-Bueno...esta un poco desordenada....-intenta excusarse.
-No pasa nada- río y entro, cerrando él la puerta tras de mi.
Paso la mirada por toda la habitación y veo que tiene un mural de fotos en el cabecero de la cama. La cama está desecha pero no le presto demasiada atención.
Tiene muchos posters y me fijo en el de un surfista que ocupa la mitad de una pared y el de un canguro.
Debajo del póster del surfista encuentro un montón de CD's amontonados y me acerco a curiosear.
La verdad es que, tiene muchos y sin ningún orden.
Encuentro varios de Blink 182 y Linkin Park.
Sonrío ante este ultimo. Es uno de mis favoritos.
-¿Te gustan?-susurra a mi lado.
Me sobresalto pegando un pequeño brinco y él ríe.
-Me gusta este- saco el disco de 'My generation' de 'The Who'. Miro la carcasa y de nuevo a Harry- es uno de mis favoritos.
Harry sonríe- Si, también de los míos.-antes de quedarnos en un silencio, él vuelve a interrumpir- ¿Te enseño la batería?
-¡Es verdad!-exclamo, miro a mi al rededor pero no veo ninguna batería- ¿Donde la tienes?
-Está en el cuarto de abajo.
Asiento y dejo de nuevo el disco en su sitio, aunque si lo hubiera dejado en cualquier otro lado, Harry no hubiera notado la diferencia.
Bajamos las escaleras de su casa, ya puedo posar la pierna bien. Y seguimos descendiendo hasta el sótano, al lado del garaje hay un pequeño cuarto donde tienen dos guitarras y al fondo una batería de color azul turquesa y platillos dorados.
Me acerco maravillada y Harry me sigue cerca.
-¿La puedes tocar?-inquiero mirándole.
Harry hace una mueca y finalmente resopla dándose por vencido, coge una silla que encuentra en la otra parte de la habitación y me hace sentarme en ella.
Después de encontrarme a mí, sitio, se sienta en el asiento que hay detrás de la batería y coge sus baquetas.
Hace chocarlas entre ellas dos o tres veces y comienza a tocarla.
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